Florentino, en la cima mundial económica
A Santiago Bernabéu no lo eligieron los socios y fue presidente hasta su muerte. Florentino ha pasado por tres elecciones y en la primera fue derrotado por Ramón Mendoza. Su carrera presidencial, en este momento, presagia mandato tan largo como el de don Santiago. Con el recordado dirigente, el club alcanzó los mejores momentos de su historia. Con el actual, el club ha llegado ya a la cima económica mundial y parece destinado a sumar incluso más títulos que su siempre bien ponderado antecesor.
Bernabéu no llegó a la cima porque su amigo presidente de la Federación, el atlético Rafael Barroso Sánchez-Guerra, lo nombrara como se hacía en los prolongados años de la posguerra. Con anterioridad fue jugador, directivo, entrenador y cualquier función que se le encomendara. Cuando ocupó el palco lo hizo con todos los conocimientos propios de la época.
Florentino no fue feliz en la primera etapa tal vez porque vivió con más entusiasmo que con los conocimientos que obliga la conducción no sólo de una sociedad en lo económico, sino también de lo deportivo. Como a otros antecesores, la comunicación con la plantilla le resultó tan agradable como ingrata. Ahora, ya no es el presidente entusiasta, sino el que trata el club como gran empresa en la que hay que presentar resultados favorables constantemente.
En el fútbol hay dos balances sobre los que hay que tener similar atención y parecidos éxitos. Florentino ha presentado los fastuosos números del club, pero el éxito económico, el haberse colocado en la cabeza mundial del deporte en la cuenta de resultados, no tendría aprecio y aplausos de socios y simpatizantes si ello no estuviera acompañado de los triunfos futbolísticos.
El Madrid ha padecido los mejores años del Fútbol Club Barcelona y ello ha sido el déficit de Florentino porque en ellos no ha conquistado los títulos que los presupuestos presuponían. Un año más, la contabilidad de la entidad ha vuelto a dar grandes números y el equipo, aunque ha comenzado con contrastes, también ha comenzado a dar señales de que está capacitado para volver donde tantas veces ha solido.