Dudas en el Barça y firmeza en el Madrid
La primera jornada de la liguilla de Liga de Campeones ha dado cal y arena. Las victorias de Madrid y Barcelona eran previsibles. Que el Atlético sufriera en Grecia, también, aunque no se presentía la derrota. El empate del Athletic Club en su nuevo y magnífico gran estadio tampoco formaba parte de un resultado negativo y el empate lo es. Los cuatro, sin embargo, mantendrán las aspiraciones a clasificarse para la ronda de las eliminatorias directas. El Barça creó dudas y el Madrid se reconcilió con el Bernabéu.
Independientemente del juego expuesto por los cuatro, acordes con sus características fundamentales, ha resultado más sorprendente el hecho de que el Barça pasara tantos apuros para derrotar al Apoel. Luis Enrique apostó por dar participación a la cantera y de ello pudo obtener consecuencias interesantes. La aparición de Samper, a quien ya se le habían visto condiciones en encuentros amistosos, ha sido hecha a considerar. El entrenador echó mano hasta de diez jugadores nacidos en La Masía de la que siempre aparece algún jugador interesante.
Es erróneo considerar que el fondo de armario para competir en Europa y en los dos torneos nacionales puede estar basado en la cantera. Los jóvenes necesitan partidos para hacerse un hueco en el equipo. El Barcelona puede sentirse satisfecho con la constante aparición de futbolistas con grandes posibilidades. No obstante, con ellos hay que tener mucha paciencia. Contra adversarios superiores al equipo chipriota es demasiado riesgo recurrir a gente de la casa en exceso.
El Madrid tuvo que pasar una ITV en el Bernabéu tras las derrotas ante Real Sociedad y Atlético de Madrid. El equipo se ganó las bendiciones y con ello el perdón de la masa con la goleada. Independientemente del goce que siempre produce una abundante victoria, los socios madridistas pudieron reconciliarse con sus jugadores. Hasta Casillas comenzó a tener alguna complacencia a pesar de los muchos silbidos del comienzo.
El Barça exhibió un fútbol lleno de dudas. La verticalidad que trató de impulsar Luis Enrique se vio menos y poner de nuevo toda solución en las artesanales jugadas de Messi y Neymar siempre es peligroso porque abrir hueco en las defensas contrarias siempre cuesta.
El Madrid hizo un fútbol directo con entradas por las bandas y la participación de todos los jugadores en el juego de ataque. El Barça volvió al entretenimiento pausado del balón lo que lleva en muchos minutos causar cierto sopor. Al final del encuentro acabó pidiendo la hora. Es de suponer que en encuentros de mayor responsabilidad el entrenador no recurrirá a tantos experimentos.