Nuevos atropellos federativos a los clubes
La FIFA, la UEFA y las federaciones nacionales mantienen su política de atropello permanente a los clubes de fútbol. En los momentos en que hay tanto en juego, varios equipos pierden jugadores por el llamado “virus FIFA”. Los futbolistas pertenecen a unas empresas que les pagan sus salarios. Los organismos oficiales se benefician del trabajo que sufragan otros. Esquilman constantemente a las entidades futbolísticas amparadas en la falsa idea del patriotismo, de la defensa de la patria.
El Mallorca se juega el descenso a Segunda, y México le quita a Giovani dos Santos. Jugará en inferioridad de condiciones. México también se lleva del Villarreal a Aquino cuando está en disputa el ascenso directo a Primera. El Valencia ha perdido al mexicano Guardado y ha tenido que luchar para que Canales saliera de la concentración de la Sub-21, para poder jugar en Sevilla donde está en juego el puesto de Liga de Campeones. Por lo mismo han tenido que pelear la Real Sociedad para contar con sus jugadores Illarramendi e Iñigo Martínez. En partidos trascendentales para sus equipos o para terceros estaban también implicados Álvaro González (Zaragoza) Alberto (Sevilla) y Álvaro Vázquez y Sarabia (Getafe). Finalmente los demás seleccionados, como Isco o Thiago, también fueron autorizados a reincorporarse a sus clubes.
La Federación Española ha puesto pegas para que los Sub-19 del Villarreal, Moi Gómez e Íñiguez pudieran viajar a Barcelona con los suyos. Ambos han jugado partidos con el primer equipo y el segundo es el único central de que puede disponer el entrenador en caso de nueva lesión. En la Sub-21 también tenía anclado al guardameta Mariño. Parece que sólo tendrá permiso Íñiguez. Cada vez que se concede autorización para que un futbolista se reincorpore a su club da la impresión de que hay un regalo federativo. Llevamos siglos pidiendo la unificación de calendarios y la exención de la obligación de acudir a encuentros amistosos. Para mayor vergüenza hay ocasiones en que se disfraza como oficial un torneo en que sólo se persigue hacer caja.
No es de recibo que las federaciones no admitan el hecho tan simple de que su existencia se debe a la de los clubes. Estos, desafortunadamente, están al servicio de los organismos nacionales e internacionales cuando debería ser al revés.