El Athletic no sabe manejar el problema Llorente
El Athletic Club de Bilbao no está digiriendo adecuadamente el problema de Fernando Llorente. El presidente se topó con la negativa del jugador para prolongar el contrato y el malestar se ha traducido en broncas permanentes.
Al futbolista se le ha creado mal ambiente en Bilbao y la venganza es pobre y perjudicial para el club. El peculiar entrenador del primer equipo, Marcelo Bielsa, no está contribuyendo a imponer la calma. Al jugador le silban en San Mamés porque no se ha sabido manejar el asunto. Si jugara habitualmente, como lo ha hecho en campañas anteriores, y marcara goles, que es lo suyo, la cuestión podría ser más o menos agradable para los socios, pero en la grada habría tranquilidad.
Javi Martínez se fue como apestado. En Bilbao parece que siguen creyendo en la fidelidad a los colores como sucedía antaño en muchos casos. Eran los tiempos en que los futbolistas acababan por proclamarse aldeanos que con boina en la cabeza y misa los domingos salían al campo a ser campeones.
Han cambiado los tiempos y los mejores jugadores aspiran a pertenecer a clubes con más aspiraciones. No es sólo el dinero, que cuenta mucho, sino la propia estima profesional. Martínez, Navarro, y Llorente, nacido en Pamplona, pero riojano de Rincón de Soto (buenas peras ¡vive Dios!) han querido crecer después de haber sido internacionales y campeones del mundo. En Bilbao el futuro era conocido. No se puede aspirar a mayores metas que las de la pasada campaña en que se llegó a dos finales, Copa del Rey y Liga Europa y se perdió ambas. Llegar a ambas finales fue muy meritorio y, especialmente, por la campaña europea.
Ronald Koeman arruinó la vida futbolística a Cañizares, Albelda y Angulo. Sólo el segundo continuó pero ya sin plaza en la selección por el injusto castigo del entrenador y el presidente. Con Llorente se está haciendo algo parecido. Grave error porque el año que viene cambiará de aires y tratará de ser el que fue.
El Athletic está perdiendo la valiosa aportación futbolística de Llorente y crearle más problemas no facilitará la paz, ni la tregua. La última ha sido convocarle para conferencia de prensa del club cuando ya se sabía que tenía un compromiso adquirido con una televisión. No es ese el camino. En el Bernabéu, el pasado sábado, el público le ovacionó cuando le vio hacer ejercicios de calentamiento. Fue como sentencia exculpatoria. En San Mamés no saben manejar el problema.
En San Mamés no hay memoria. El club traspasó a Garay, Alesanko y Zubizarreta al Barça. Hizo buen negocio y los jugadores fueron felices.