El Atlético de Madrid ha recuperado al mejor Diego Forlán. Éste pertenece a la elite mundial, al grupo de  jugadores que dan su auténtica talla en las ocasiones decisivas. En la final de la Copa América marcó dos goles y ayudó a que Uruguay se convirtiera en la selección que más triunfos ha obtenido en este certamen suramericano.

Algunos escritores uruguayos, entre ellos Mario Benedetti y Eduardo Galeano, han dicho alguna vez que su país entró en el mapa a patadas. Fue con motivo de su triunfo en los Juegos Olímpicos de 1924. Hasta entonces media Europa aún creía que era una provincia argentina.

Uruguay ha consolidado sus fronteras cada vez que ha ganado un Mundial, 1930 y 1950, y en aquellas ocasiones en que ha sido protagonista en otros campeonatos. Ocurrió en Suráfrica y fue allí donde  Forlán fue proclamado el mejor delantero.

Estaba en los pronósticos que la Copa América solamente podía ser para Argentina, que jugaba en casa, o Brasil. En algún comentario dije que convendría no olvidarse del tapado, que como otras tantas veces era Uruguay.

La selección charrúa sin Messi, sin Neymar, sin Alexis Sánchez, sin ninguno de los jugadores consagrados mundialmente en las canchas y en los despachos por los negocios millonarios que por su fichaje se manejan, ha vuelto a vencer.

El equipo uruguayo ha ganado ya diecisiete veces el preciado trofeo de su zona. Ya es la selección supercampeona. Forlán luchó en todos los partidos y en los anteriores a la final le faltó el gol. Lo encontró por partida doble en el momento justo.

Forlán vivió la pasada temporada más que discutido. No se entendió bien con Quique Sánchez Flores y el público que lo vio triunfar en el Mundial no le perdonó un error. Ahora que el Atlético ha perdido la imagen de Kun Agüero ha recuperado al mejor Forlán.