Fútbol y radio, guerra por los carruseles
El fútbol y la radio se han declarado “la guerra de los carruseles”. No se trata de elegir plataforma como ocurrió con las televisiones. La Liga de Fútbol Profesional quiere cobrar un canon a las emisoras de por las transmisión de los partidos. Fundamentalmente, los carruseles.
Las gentes del fútbol ya pensaron en la posibilidad de percibir dineros de las radios. José Luis Núñez, ex presidente del Barcelona, en los años ochenta ya planteó la cuestión. Las emisoras entienden que si ellas se benefician del fútbol también colaboran eficazmente a la difusión de los partidos.
Hay compensación recíproca entre radios y clubes de fútbol porque la magnificación del espectáculo proporciona más socios, seguidores y proveedores de toda índole. Ciertamente, los carruseles son espectáculo y proporcionan beneficios que, en ocasiones, son muy sustanciosos. No ocurre lo mismo por la narración de partidos aislados en los que los gastos de la emisora no siempre están compensados publicitariamente.
En deportes existe canon en Juegos Olímpicos, Campeonatos del Mundo de fútbol y Eurocopas. En los torneos entre clubes más que canon lo que cobran los clubes son el pago de los servicios que ofrecen: la cabina y los instrumentos básicos para la conexión.
El carrusel tuvo problemas en sus comienzos. Vicente Marco transmitía los partidos del Bernabéu desde el edificio Lima. Entonces, los graderíos no eran tan altos y se podía ver desde muy lejos y con prismáticos lo importante del partido. En el Atlético no se pusieron pegas, pero para disimular, Quilates transmitía los encuentros del Metropolitano subido en la taza de un excusado para desde la ventana del mismo, en el fondo sur del estadio, dar cuenta de lo que ocurría.
La costumbre, la tradición, es no cobrar y en ello se basan los clubes. El problema, ahora, es menor porque existe unión entre todas las cadenas públicas y privadas. Si el próximo año la Liga sacara a subasta los derechos radiofónicos, como hizo con la televisión, habría quizá una empresa privada que se haría con los derechos para revenderlos y entre las cadenas surgiría la guerra que hoy no existe.
Lo mejor que pueden hacer Liga y radios es conversar y pactar lo razonable antes de que el problema se enquiste. Las emisoras reclaman el derecho a la información y los clubes entienden que en los carruseles hay negocio y argumentan que existe lucro cesante.