¿Qué tiene Froilán que, sin querer o queriendo, siempre es el perejil de todas las salsas? Felipe Juan Froilán de Todos los Antros, perdón Santos, Marichalar y Borbón es el cuarto en la línea de sucesión española. El caso es que hoy podría ser el Príncipe de Asturias. No lo es gracias a su abuelo. El mismo que parece tiene la intención de acogerlo en su seno en Abu Dabi para evitar más titulares como los que ha protagonizado esta semana. "Froilán desalojado de un after ilegal con menores y drogas".
Al rey emérito debemos agradecerle que este jovencito indómito, de profesión desconocida, no sea el actual heredero de la corona. Cuentan los viejos periodistas que, tras la muerte de Franco, una de las condiciones que puso Juan Carlos para apoyar a un posible gobierno constitucional, parlamentario y monárquico fue que Elena no reinara. Suárez intentó hacerle cambiar de opinión. “Venían nuevos tiempos”, decía. A lo que el Rey le contestó: “¡Una mierda para los nuevos tiempos! ¡Elena no puede reinar y punto en boca! ¡No tengo que dar más explicaciones!”.
Y así, señores y señoras, el rey que llegó al trono a dedo, injustamente le cortó las alas a su primogénita, pero libró a sus súbditos de tener que bregar con un Príncipe de Asturias imprudente, parrandero, vividor, tarambana, zascandil, calavera, botarate. Más que un Príncipe de Asturias, Froilán sería el Rey de todas las fiestas.
La del domingo fue una más en su expediente como crápula redomado. Ya la conocen. La Policía Municipal de Madrid desalojó un after ilegal en la calle de Orense de Madrid, en los bajos de Azca, por exceso de aforo (en un local con capacidad para 99 personas, había 229). En el garito requisaron diversas sustancias estupefacientes e identificaron a los clientes, entre los que se encontraba el hijo de la infanta Elena y nieto del rey emérito Juan Carlos I.
No crean que el nieto real tras la redada se fue a casa con el rabo entre las piernas, no. Todavía le quedaban ganas de fiesta y, según publica Vanitatis, acudió a otro after en Vallecas.
La vigilancia ya no puede más
Ni los escoltas se hacen con él. Sí, el hijo de la Infanta Elena, a pesar de no ser familiar real, lleva escolta desde la pasada Navidad. Su nombre surgió en una reyerta a la salida de una discoteca en la calle Goya de Madrid y desde entonces tiene destinados tres guardaespaldas encargados de su protección, aunque no se sabe quién asume el coste. Ni por esas. Por lo visto ya no pueden más. “La vigilancia tiene sus limitaciones".
Sostiene Voz Populi que la labor de los escoltas es evitar cualquier tipo de agresión al protegido, pero si éste se la salta o no obedece las recomendaciones “ningún escolta puede actuar como niñera”. Según desvela el diario, a los agentes que le cubren las espaldas al sobrino de Felipe VI les ha tocado la “difícil tarea de ser unos cubre-babies”. De casta le viene al galgo. Su abuelo tenía la buena costumbre de zafarse de sus escoltas a lomos de una moto y tirando de velocidad. Tanto es así que incluso le llegaron a poner doble escolta, para evitar sus escapadas y escarceos (nocturnos o no).
Froilán no será Familia Real, pero en la Familia Real y en Zarzuela son conscientes de que tienen un problema muy gordo con la actitud vital de este jovencito. Dicen que lo quieren fuera. Como al abuelo. Lo quieren enviar lejos, a la tierra de los jeques, aunque él parece que se resiste. Su abuelo también se resistió y al final tuvo que ceder. Veremos a ver si claudica el nieto que, hace ya tiempo, es mayor de edad, saber y gobierno.
Lo de Froilán es un suma y sigue. Viene de largo. Desde la patada que le propinó a su prima Victoria López de Quesada y Borbón Dos Sicilias, el nieto real fue calificado como un niño caprichoso y malcriado. Lo cierto es que, durante su infancia, adolescencia y puede que, en su juventud, su conducta disruptiva, siempre se ha asemejado a los comportamientos provocados por el TDAH. Sus reacciones, sus malas notas o el que haya repetido de curso han traído de cabeza a la familia y han alimentado páginas y páginas del papel couché.
Falta de educación de base
Dicen que su madre está muy preocupada, que ya no sabe qué hacer, que no se hace con él. Comportamientos así son el reflejo de una falta de educación de base. De actuaciones permisivas o, en el caso de ciertos trastornos del neurodesarrollo, el resultado de no haber cogido el toro por los cuernos, aceptar lo que hay y buscar tratamiento. Sea como fuere, el individuo se forma en los siete primeros años, luego esa base se moldea. Si creces creyéndote el rey del mambo, sin límites y con una tarjeta black en el bolsillo... Pocos sustos ha dado el jovencito.
El pasado invierno la lio parda en una discoteca con una pistolita de gas. Incordió tanto a los clientes que los miembros de seguridad le invitaron a salir del local.
El 17 de julio de 2022 cumplió 24 años y celebró su casi cuarto de siglo con sus amigos en Opium, una discoteca marbellí. La fortuna quiso que ese día se formara una reyerta que terminó con cinco personas heridas, cuatro de ellas por arma de fuego y una quinta por una puñalada. Sin contar los innumerables clientes contusionados al intentar salir en bandada para huir del tiroteo. Lo cierto es que el joven y sus amigos se encontraban en un reservado diferente al del tiroteo. Al principio casi ni se enteraron de la movida. De hecho, nadie sabía de su presencia hasta que estalló la bronca.
Los reyes eméritos se llevaron un buen susto al enterarse por los medios de que su nieto mayor estaba presente en la reyerta de mafiosos de la que ya han sido detenidos dos de sus responsables. Una movida bautizada como el Froilángate.
Durante el confinamiento, emulando a su hermana, tampoco no dudó en saltarse las normas. Los paparazzi le pillaron en la calle sin mascarilla y fumando un cigarro como si aquello no fuera con él.
Hasta ahora, su mayor escándalo había sido un autodisparo en el pie. Tenía 13 años cuando la Casa Real emitió un comunicado oficial en el que se matizaba que el nieto del entonces Rey de España estaba realizando “prácticas de tiro cuando se disparó en el pie”.
Nadie se creyó la excusa. Sobre todo, cuando a la Reina Sofía se le escapó que “estaban de caza”, deporte que no es santo de su devoción.
Por su parte, su madre la Infanta Elena intentó restarle importancia al suceso: "Con los niños siempre pasan estas cosas", dijo en su momento. Hombre, con los niños hay que tener mil ojos, pero no es muy habitual que se peguen un tiro en el pie. Con el debido respeto, con los niños hay que saber poner límites. Aquel susto resucitó el incidente de su abuelo, que con 19 años fue el responsable de la muerte de su hermano, Alfonso de Borbón, a causa de un "accidente con una pistola", según la versión oficial de la casa del rey.
Nos quisieron vender que Froilán había sentado la cabeza al finalizar sus estudios de Business en una Universidad Americana afincada en Madrid. Parece que el señorito no está por la labor.