El patriarcado no da tregua a las mujeres. Si pillan a Leonardo Di Caprio en la cubierta de un barco luciendo barriguita, el actor está fofisano, gordiflaco, sanigordo o incluso lorzamero. Di Carprio sería un dad boy atractivo. ¡Ay!, pero si, por ejemplo, las cámaras atrapan la imagen de Berta Vázquez o María Pedraza en la alfombra de los Goya, las redes sociales se pueblan de duras críticas por su cambio físico. Una por engordar, la otra por estar demasiado delgada. La búsqueda de la perfección física ha provocado que la edad media del primer tratamiento de cirugia estética haya bajado de los 35 a los 20 años, según datos de la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME). Lo cierto es que entrar en un quirófano implica un riesgo. En lo que va de 2023 han fallecido nueve influencers como consecuencia de una cirugía estética que no necesitaban. La última, Luana Andrade.
La modelo brasileña de 29 años falleció el pasado 7 de noviembre en un hospital privado de Sao Paulo tras sufrir una embolia pulmonar durante una intervención estética, en concreto, una liposucción. Andrade acarició la fama cuando participó en la sexta temporada del reality show brasileño Power Couple. Entre sus paredes compartió protagonismo con su novio João Hadad. La cuenta de Instagram de Luana Andrade superaba los 565 mil seguidores.
La red de la 'falsa' felicidad
El culto al cuerpo, casi siempre femenino, cada vez gana más adeptos. Las redes sociales se han convertido en el espejo para la exhibición de los nuevos cánones de belleza. De todas ellas, Instagram se lleva la palma. La red de la falsa felicidad, la perfección y la belleza es hoy una mini sociedad cibernética en la que las nuevas líderes de tendencias (porque lo de opinión sería bastante discutible) seducen a sus seguidoras, cada vez más jóvenes.
Muchos de los influencers se ha convertido en anuncios andantes que arrastran a sus seguidoras a imitar sus maravillosos cuerpos o a desear sus prósperos, boyantes y ufanos estilos de vida. Hay una generación que no sabe qué es vivir sin rede sociales y, como afirman los psicólogos, el cerebro normaliza aquello que más ve y en redes sociales estamos continuamente viendo cuerpos perfectos, más de los que vemos habitualmente.
Para José Carlos Fuentes, psiquiatra clínico y forense, una de las causas de este boom, es que el exceso de perfección engaña al cerebro.“Hay más causas, pero esta sería una de ellas. Asimilamos esos cánones perfectos como algo normal, pero la realidad es que esos cuerpos están manipulados”, ya sea por filtros o por el bisturí.
Perder la vida en el quirófano
De ahí que las intervenciones quirúrgicas, esas que suponen un mayor riesgo y una mayor recuperación sean cada vez más frecuentes. Con la sombra del Black Friday sobrevolando sobre nuestros cogotes, la SEME recomienda a los futuros pacientes de medicina estética que, por su seguridad, nunca se realicen tratamientos rebajados. Recuerda que campañas de este tipo son contrarias al código deontológico de la profesión médica.
No todo es esplendor en las redes. La búsqueda de la perfección o la eterna juventud le ha robado la vida a una decena de influencers. Además de Andrade, el pasado 1 de octubre falleció la modelo y empresaria argentina Jacqueline Carrieri. A punto de cumplir 49 años, Carrieri murió en Los Ángeles como consecuencia de una cirugía estética. Por lo visto, una complicación en el quirófano generó un coágulo que acabó con su vida. Carrieri había nacido en Mendoza y era madre de dos hijos.
Silvina Luna falleció por un problema derivado de una mala praxis en una operación estética.
Mala praxis en la cirugía estética
Más indignante fue el fallecimiento de Silvina Luna. El 31 de agosto la parca se llevó a la modelo, actriz y presentadora argentina por culpa de un cuadro crónico de hipercalcemia e insuficiencia renal derivada de un problema de salud que arrastraba desde 2011. En roman paladino, una mala praxis en una operación de cirugía estética.
El examen forense del cuerpo revelaba la "existencia de grandes granulomas, que son áreas inflamadas formadas por masas de células inmunes con las que el sistema inmunológico intenta aislar sustancias extrañas, normalmente organismos infecciosos, que no ha podido eliminar". Por lo visto, el material que le inyectó el cirujano Aníbal Lotocki desencadenó el fallecimiento de la exconcursante de Gran Hermano.
Dos semanas antes había fallecido, también en Buenos Aires, Mariano Caprarola. Paciente del mismo cirujano plástico, el estilista y presentador de televisión arrastraba problemas de salud por culpa de una cirugía estética. Semanas antes, Caprarola había denunciado a Lotocki en una entrevista. “Hice algo por estúpido, por no pensar las consecuencias; pero nunca pensás que un amigo te va a traicionar como me traicionó, que te va a inyectar muerte”.
La cosa no quedó ahí, Caprarola además de arremeter contra el galeno confesó que vivía con miedo, porque tras Lotocki había alguien importante cubriéndole las espaldas. “Si revelo quién lo protege, terminaré muerto en una cuneta. Son dos los desgraciados, el que lo protege y él mismo. El día que la Justicia lo ponga tras las rejas voy a salir a decir que es un asesino”, confesó.
De una meningitis a un quirófano clandestino
El 31 de agosto falleció Crystal Villegas. La influencer había viajado de Texas a México para al practicarse un cambio de implantes, un realzamiento de senos y una cirugía de abdomen. En el quirófano contrajo la bacteria de la meningitis que la tuvo cuatro meses luchando por su vida.
Villegas era una generadora de contenido que destacaba por hacer publicaciones sobre recomendaciones financieras y de emprendimiento en diferentes redes sociales. Residía en Texas y se operó en México, para abaratar costes. Tenía 31 años y era madre de tres hijos.
Christina Ashten Gourkani, la doble de Kim Kardashian.
Puede que el nombre de Christina Ashten Gourkani no les diga nada. En las redes sociales era conocida por ser la doble de Kim Kardashian. Llegó a acumular 632 mil seguidores. De tanto querer parecerse al original (que no deja de ser también un producto neumático creado con bisturí), Gourkani (34 años) falleció el pasado 20 de abril en un quirófano clandestino en medio de una cirugía estética en la que se le inyectó silicona en los glúteos, lo que terminaría por causarle un paro cardíaco. A lo largo de su vida, la modelo invirtió casi 25 mil dólares en cirugías para ser idéntica a la empresaria norteamericana.
Magnolia Morales, 30 intervenciones quirúrgicas
El día de reyes de 2023, la muerte de Magnolia Morales (29 años) una conocida influencer tras operarse para perder peso puso en la picota a la medicina estética mexicana. Por lo visto, entre los meses de julio y diciembre de 2022, Magnolia se había sometido a 30 intervenciones quirúrgicas. La joven tenía perforaciones y laceraciones en los órganos del aparato digestivo provocadas por las complicaciones de una manga gástrica.
Para poder pagar la operación de reducción de estómago, que costaba 65.000 pesos (unos 2.900 euros), Magnolia había participado en una tanda. En México cundina. Se trata un sistema informal de ahorro y préstamo en el que un grupo de personas acuerda contribuir con una cantidad fija de dinero en un fondo común durante un período de tiempo determinado. Las consecuencias de una mala práctica médica fueron devastadoras. La familia denunció al hospital y al doctor que realizó la crirugía. Todavía están esperando justicia.
Antes de someterse a una operación de cirugía estética se deberían valorar muchos parámetros, entre ellos los psicológicos. Al final siempre surgen voces arrepentidas. Y si no se que lo pregunten a Linda Evangelista o a Courteney Cox.