La nobleza tiene por costumbre presentar en sociedad a sus parejas cuando se trata de una relación encarrilada. Solo cuando ese idilio tiene visos de pasar por el altar. Ya se sabe, hasta la petición de mano, los miembros de la nobleza y las familias reales no tienen pasado amoroso oficial. Salvo Felipe VI que ha sido el único infortunado al que obligaron a anunciar una ruptura de una relación jamás anunciada con Eva Sannum. José Luis Martínez-Almeida Navascues y León y Castillo, el alcalde o Almeida para los mortales, no iba a ser menos. A sus 48 años, con esos apellidos y con un abuelo entroncado con la familia real, el alcalde de Madrid acaba de presentar oficialmente a su novia, Teresa Urquijo y Moreno.
Se trata de una joven de 26 años (22 menos que Almeida) que, por supuesto, procede de una familia de muy, pero que muy rancio abolengo. Es hija de Lucas Urquijo y Fernández de Araoz, bisnieto de Gregorio Marañón, y de Beatriz Moreno y Borbón Dos Sicilias, prima del actual duque de Calabria y tataranieta de María de las Mercedes de Borbón y Hasburgo-Lorena (Princesa de Asturias hermana de Alfonso XIII).
Almeida, el rey del fin de semana
La afortunada novia, que dirían las crónicas de antaño, ha estudiado un doble grado de derecho y ADE en la Universidad Pontificia de Comillas ICAI-ICADE. Según su perfil de LinkedIn, habla tres idiomas, ha trabajado como analista en JP Morgan y ahora lo hace en Merlin Properties. Como ven, a la bisoña enamorada de Almeida no le ha salpicado la precariedad laboral que afecta a los jóvenes españoles.
En la corte, la historia de que Almeida había sido atravesado por las flechas de cupido era un rumor a voces sin oficializar. Tras su megatriunfo electoral, el alcalde ha creído oportuno presentar oficialmente a su novia y así convertirse de nuevo en el rey de la información del fin de semana.
En lugar de organizar una pedida de mano oficial, como Dios manda, como se estila entre la nobleza, él ha escogido la plaza de toros de Las Ventas. Si somos taurinos convencidos, qué menos que apoyar la causa. Y así fue. Almeida fulminó su cotizada soltería de oro en la plaza.
José Luis y Teresa acudieron el pasado domingo 4 de junio a la Corrida de la Prensa, el evento que pone punto final a las fiestas de San Isidro y que estuvo presidida por el Rey. Por lo visto, entraron sin bombo ni platillo por la puerta de arrastre y se sentaron juntos en el burladero, justo debajo de Felipe VI. El Rey, que no se prodiga mucho por los toros, prefirió sentarse en el tendido antes que utilizar el palco.
Vida discreta
A pesar de que por sus venas corre sangre real, la joven ha llevado siempre una vida discreta y ajena a los medios, no como otros miembros de la familia. Su hermano Juan es amigo de Victoria Federica de Marichalar y Borbón. Hasta se lo han llegado a endosar como novio en alguna ocasión.
Su padre, Lucas Urquijo Fernández de Araoz, fue director de Comunicación de Roche Farma. Es hijo de Jaume Urquijo y Chacón, expresidente de Energía e Industrias Aragonesas y vicepresidente de Tabacalera, y de Carmen Fernández de Araoz Marañón, nieta de Gregorio Marañón, pensador, científico y endocrinólogo responsable, entre otras cosas, de la visita de Alfonso XIII a Las Hurdes.
Su madre, Beatriz Moreno y Borbón Dos Sicilias es descendiente directa de María de las Mercedes, Princesa de Asturias y la hermana mayor de Alfonso XIII. Es prima hermana del actual duque de Calabria, Pedro de Borbón Dos Sicilias, que a su vez es hijo del infante Carlos de Borbón Dos Sicilias, primo hermano de don Juan Carlos por línea materna y primo segundo por la paterna. Efectivamente, un lío familiar, pero todo un lío borbónico que emparenta a la novia de Almeida con la familia real en tercer y cuarto grado.
Para rizar el rizo borbónico, habría que recordar que el abuelo de Almeida, Pablo Martínez-Almeida, fue uno de los consejeros privados de Don Juan de Borbón, Conde de Barcelona y abuelo de Felipe VI. Sin duda, la sangre azul siempre tiende a la endogamia.