"¡La libertad ha triunfado nuevamente en Madrid!". Con estas palabras y ante miles de simpatizantes proclamó Isabel Díaz Ayuso hace ahora un año, la noche del 4 de mayo de 2021, su arrollador triunfo en las urnas. Unos comicios adelantados en los que el PP duplicó el número de escaños obtenidos en 2019, lo que liberó a Ayuso de seguir gobernando en coalición tras dos años de tormentosa relación con un socio para ella incómodo, Cs. Aquel día, Ayuso no solo conquistó Madrid, sino que además arrancó, sin saberlo entonces, un cambio de rumbo de la historia del PP, a tenor de todo lo ocurrido en el partido durante el último año.
Isabel Díaz Ayuso fue una apuesta personal de Pablo Casado. Pocos apostaban por ella cuando el líder del PP nombró a dedo a su amiga, una total desconocida, como candidata a la Presidencia de la Comunidad de Madrid hace tres años. Sus ocurrencias, salidas de tono y provocaciones desde el minuto 1 tanto de la campaña de las elecciones del 26-M como en sus primeros meses como presidenta sembró las dudas, incluso dentro de las filas populares, sobre si era la persona adecuada para el cargo.
La llegada de la pandemia y sobre todo su oposición constante al Gobierno de Pedro Sánchez, incluso mayor que la que hacía Casado en el Congreso, reforzaron su liderazgo. Un liderazgo envuelto en la bandera de la "libertad" y una suerte de nacionalismo madrileño, "vivir a la madrileña" lo llama ella, que explican en parte lo que sucedió aquella jornada del 4-M. Un éxito que trató de repetir sin éxito el presidente castellanoleonés Alfonso Fernández Mañueco el pasado 13-F, quedando en manos de Vox, y que también tratará de replicar Juanma Moreno en Andalucía el próximo 19 de junio.
Desde aquella noche y hasta el día de hoy, Díaz Ayuso ha dejado tras de sí un rastro de cadáveres políticos: Pablo Iglesias (al menos de la vida política activa), Ignacio Aguado, Ángel Gabilondo y... Pablo Casado, el mismo que la nombró. La líder madrileña precipitó con la ayuda indispensable de los barones, que aprovecharon la oportunidad, un golpe en Génova que acabó con la caída del primer presidente del PP elegido por los militantes y su relevo por Alberto Núñez Feijóo, proclamado por unanimidad.
Ahora un año después del 4-M, Ayuso tiene el camino despejado, sin rivales ni oposición, para hacer realidad su anhelo de hacerse por fin con el control absoluto del PP de Madrid el próximo 21 de mayo.
¿Por qué Ayuso forzó el adelanto electoral del 4-M?
Las siguientes elecciones, tras las celebradas en 2019, de la Comunidad de Madrid deberían haber tenido lugar en mayo de 2023, sin embargo varias causas precipitaron el adelanto de los comicios:
- Murcia y el efecto dominó. La voladura de otro Gobierno de coalición PP-Cs, similar al de Madrid, en la Región de Murcia tuvo un efecto dominó cuya principal consecuencia fue la convocatoria del 4-M. El 10 de marzo de 2021 se hizo público que Ciudadanos y el PSOE planeaban una moción de censura para desalojar a Fernando López Miras del Gobierno regional y otra para sacar al PP del Ayuntamiento de Murcia. Aunque la municipal acabó triunfando, la regional fracasó, debido a que tres diputados tránsfugas de Cs acabaron votando en contra de lo que había decidido su partido.
- La mala relación con Aguado. Lo ocurrido en Murcia hizo temer a Ayuso, o al menos le ofreció la excusa, de que lo mismo podía suceder en la Puerta del Sol. Una jugada con la que además se deshacía de un socio de Gobierno incómodo, Cs. No era ningún secreto que la relación entre la presidenta madrileña y su vicepresidente, Ignacio Aguado era pésima por no decir inexistente. La desconfianza entre ambos era mutua, además de las continuas desavenencias entre los socios, sobre todo a raíz de la gestión de la pandemia y las medidas adoptadas. La misma mañana que se hizo pública las intenciones de PSOE y Cs en Murcia, Díaz Ayuso apretaba el botón nuclear: convocaba elecciones para el 4 de mayo y rompía con el partido naranja.
- Encuestas favorables. Más allá de lo ocurrido en Murcia, en el equipo de la presidenta de Madrid rondaba desde meses atrás la idea de que en cuanto se pudiera y con los sondeos a favor era necesario cambiar de socio de Gobierno. Cuando Ayuso decide adelantar las elecciones todas las encuestas le auguraban una clara ventaja: prácticamente doblaría su resultado de 2019.
El mejor resultado del PP en una década
Todas las encuestas se quedaron cortas: Ayuso arrasó en las urnas logrando el mejor resultado del PP en la Comunidad de Madrid en la última década tras más de 26 años ininterrumpidos de los populares en el poder.
- Ayuso arrasa. Consiguió 65 escaños y el 44,4 % de los votos, el doble que en 2019 donde obtuvo 30 diputados y el 22% de los votos.
- El tercer mejor resultado del PP en la región. Ayuso no solo duplicó su resultado de 2019, sino que logró el tercer mejor resultado para su partido en la Comunidad, solo a siete de la mayoría absoluta alcanzada por la expresidenta Esperanza Aguirre en 2011 y a dos de la conseguida en 2007. Sin embargo, estas dos victorias de Aguirre se produjeron en un contexto en el que aún imperaba el bipartidismo, lo que da aún más mérito a la proeza lograda por Ayuso.
- Gobierno en solitario. Además de fulminar a la izquierda, al sumar más que los tres partidos juntos, se quedó a solo 4 escaños de la mayoría absoluta, lo que le dejó las manos libres para gobernar en solitario sin necesidad de Vox, con el que sumaba 78 escaños. Lo único que necesitaba de los de Rocío Monasterio era su abstención en la investidura, aunque finalmente votaron a favor a cambio de su compromiso de aceptar algunas de sus exigencias como derogar las leyes LGTBI vigentes en la Comunidad de Madrid y cerrar Telemadrid, dos compromisos que a día de hoy no se han cumplido y que, a juzgar por las declaraciones de la propia Ayuso, no lo harán en lo que resta de legislatura.
Iglesias, Sánchez y Cs, los grandes perdedores
Tres fueron los grandes perdedores del 4-M:
- Pablo Iglesias: El adelanto electoral pilló por sorpresa a Unidas Podemos. El líder de Unidas Podemos, ante los sondeos que auguraban la desaparición de la formación morada de la Asamblea de Madrid, decidió abandonar el Gobierno, dejando su cargo como vicepresidente segundo y ministro de Asuntos Sociales, para presentarse como cabeza de cartel en la cita del 4-M. Pese a su 'sacrificio' y lograr 10 diputados, 7 más que en 2019, Iglesias abandonó la política la misma noche de las elecciones tras el arrollador triunfo de Ayuso.
- Pedro Sánchez y el PSOE. Otro de los grandes derrotados en la jornada del 4-M fue sin lugar a dudas Pedro Sánchez. "El sanchismo no entra en Madrid", señaló una exultante Ayuso aquella noche electoral desde el balcón de Génova tras conocerse los resultados. Y es que la líder madrileña se había erigido mucho antes de la convocatoria de los comicios, desde el inicio de la pandemia, en la verdadera oposición al Gobierno de Sánchez. El PSM, con Ángel Gabilondo a la cabeza, firmó el peor resultado de su historia al pasar de ganar las elecciones en 2019 a perder 13 escaños y 275.000 votos.
- La desaparición de Cs. El partido naranja fue la tercera víctima del 'capricho' electoral de la presidenta madrileña. Ni el 'efecto' Edmundo Bal fue capaz de frenar lo que auguraban todas las encuestas: la debacle de Cs y su desaparición en la Asamblea de Madrid tras pasar de 26 escaños en 2019 a ninguno el 4-M.
Victoria con sabor agridulce de Mónica García
En una contienda electoral teñida de intereses cruzados de carácter nacional fue Mónica García, al frente de Más País, otra de las ganadoras de la noche.
- Sorpasso al PSOE. Un triunfo con sabor agridulce, por la victoria de Ayuso, con el que el partido de Íñigo Errejón consiguió lo que no pudo jamás Podemos y Pablo Iglesias: dar el sorpasso a los socialistas. Aunque ambas formaciones empataron en escaños, 24, los de Mónica García superaron al PSM en número de votos, 4.000 votos más que la candidatura de Gabilondo.
- Una campaña basada en "hablar de lo real" y de los madrileños. La médico anestesista elegida por Errejón se alzó como líder de la oposición en la Asamblea de Madrid con una campaña diferente a la del resto de candidatos. Mediante una campaña en la que se negó a ser partícipe de lo que llama el "fango" y el "ruido", Mónica García conectó con gran parte del electorado por hablar de los problemas de la región, de la pandemia, de ecología, de feminismo, de lucha contra la corrupción... El resultado de ello se tradujo en una subida sin paliativos: de 20 a 24 escaños, del 14,69 % al 16,97 % del escrutinio y de 475.672 a 614.572 votos.
- Un referente de la izquierda madrileña. Su papel como líder de la oposición y 'azote' de la presidenta madrileña en la Asamblea de Madrid ha convertido a Mónica García en todo un referente de la izquierda madrileña. No es casual que fuera una de las invitadas- junto a Mónica Oltra, Ada Colau y Fátima Hamed.- al acto con Yolanda Díaz celebrado el pasado noviembre en Valencia para sentar las bases del frente amplio que la líder de Unidas Podemos quiere poner en marcha de cara a las generales de 2023.
Las claves de la victoria de Díaz Ayuso
El triunfo de Ayuso en las elecciones del 4-M fue el resultado de una conjunción de factores sin los cuales no es posible explicar el resultado que arrojaron las urnas.
- Pilló por sorpresa a todos sus adversarios. El adelanto electoral de la presidenta madrileña cogió a la mayoría de fuerzas políticas con el pie cambiado, sobre todo a su hasta entonces socio Cs, que vio como de la noche al días sus votantes se echaban en brazos de la líder popular.
- Marcó la agenda. Desde el mismo día de la convocatoria electoral y durante toda la campaña fue Ayuso quien marcó los tiempos y los temas de la agenda, con la mayor parte de sus rivales rebatiendo sus argumentos en base a simples dicotomías: comunismo o libertad, cerrar o no cerrar los bares, subir o bajar impuestos...
- La libertad. Ayuso convirtió a "la libertad", así en abstracto, en el eje de su campaña al tiempo que creó un discurso identitario basado en "vivir a la madrileña". La candidata del PP asoció su campaña a su manga ancha con las restricciones de la pandemia y su negativa a cerrar negocios, en definitiva la libertad de la gente para ganarse la vida. El problema de sus rivales era que al ser concebidos como lo contrario tenían muy complicado luchar contra ello.
- La antítesis de Sánchez e Iglesias. Ayuso se erigió en la alternativa al Gobierno de coalición de Sánchez e Iglesias con un discurso en clave nacional. Una estrategia con la que buscaba no solo el apoyo de los votantes de la derecha sino también de la izquierda descontenta con la gestión del Ejecutivo, especialmente respecto a su gestión de la pandemia. Hablar de temas nacionales también le permitía a la candidata del PP no hablar de los problemas de Madrid o de asuntos como la muerte en las residencias de mayores de la región durante la primera oleada de la pandemia.
- La “implicación a fondo” de Sánchez en la campaña. La estrategia de Ayuso se fortaleció aún más gracias a la participación e implicación de Sánchez casi diaria en la campaña del 4-M, tanto en actos con Gabilondo como a través de declaraciones contra la presidenta madrileña. Esto hizo que Ayuso fuera percibida por parte de electorado madrileño como la jefa de la oposición del Gobierno de España.
- Una participación histórica. Había dudas sobre si sería positivo o negativo que las elecciones se celebraran un día laborable, un martes. Sin embargo, la afluencia a las urnas despejó la incógnita. En plena pandemia, un 76,25% de los ciudadanos acudió a los colegios electorales, lo que supuso el dato más alto de participación de la historia electoral de la comunidad autónoma.
- Se desmonta un mito de la izquierda. Unido a lo anterior, el dato de participación desmontó un viejo mantra de la izquierda: a menor nivel de participación más posibilidades de que gobierne la derecha porque la izquierda se queda en casa. No sucedió, la izquierda acudió a votar pero Ayuso ganó en 176 de los 179 municipios de la región y en los 21 distritos de Madrid capital.
- Iglesias como efecto movilizante. Si bien Pablo Iglesias movilizó a los suyos, logrando salvar a Unidas Podemos de su desaparición, también esta claro que movilizó a la derecha. El lema "Comunismo o libertad" no fue casual y tiene buena parte de culpa de este voto en contra de la coalición.
- Miguel Ángel Rodríguez. No puede explicarse el triunfo de Ayuso sin la figura de MAR. Fue su director de campaña y quien la ha convertido en un fenómeno político con un relato político creíble, al margen de contenidos y propuestas.
El anhelo de replicar el 4-M
Replicar el éxito del 4-M se ha convertido desde entonces en una obsesión del PP en otras regiones en las que ya gobernaba en coalición con Cs, Castilla y León y Andalucía, donde con diferentes pretextos se ha justificado un adelanto electoral con el anhelo de poder gobernar en solitario.
- Mañueco, rehén de Vox. La jugada de adelantar las elecciones no le salió bien al presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco. Defendiendo que Cs estaba negociando a sus "espaldas" con los socialistas y Por Ávila enmiendas para los Presupuestos de 2022, Mañueco rompió con su socio y convocó elecciones anticipadas para el 13-F. Aunque las encuestas le auguraban una clara victoria, a medida que discurría la campaña se iba alejando de la mayoría absoluta ante el ascenso de Vox. Tal era el 'pinchazo' en las encuestas que Génova tuvo que duplicar lo actos de Díaz Ayuso, relegada en un principio, y que acabó convirtiéndose en la estrella de la campaña electoral, siendo invitada también al cierre. No fue suficiente. El PP sacó 31 escaños, a diez de la mayoría absoluta, y Vox pasó de 1 a 13 procuradores. El resultado fue que Mañueco quedó en manos de Vox con un Gobierno de coalición, donde los de Abascal cuentan con la vicepresidencia y tres consejerías, además de la Presidencia de las Cortes.
- Andalucía, próxima cita. La próxima cita electoral será el 19 de julio en Andalucía, después de que Juanma Moreno firmara la semana pasada la disolución de las Cortes. Bajo el argumento de la parálisis parlamentaria y la necesidad de tener listo para final de año el Presupuesto de 2023, los andaluces volverán a las urnas antes del verano en lugar de diciembre que es cuando correspondía. Sin embargo, sobre estos comicios, el primer test electoral del PP de Feijóo, planea el fantasma del 13-F y el temor de que el PP acabe arrastrado a otro Gobierno de coalición, esta vez con Vox ante la debacle de Cs.
De la caída de Casado al Congreso del PP de Madrid
Tras su victoria el 4-M y conseguir su ansiado gobierno en solitario, las aspiraciones de Díaz Ayuso se centraron en hacerse con el control del PP de Madrid, lo que desató un enfrentamiento con la dirección de Pablo Casado que se recrudeció a cuenta de las acusaciones cruzadas sobre un presunto espionaje y una comisión que se embolsó el hermano de la presidenta madrileña. Una guerra entre Sol y Génova que se saldó con la caída del líder del PP y la llegada de Feijóo, lo que dejó vía libre a la presidenta madrileña para hacerse con el control del partido en la región.
- Liderar el PP de Madrid. Fue a la vuelta del verano, el 1 de septiembre del año pasado cuando Isabel Díaz Ayuso hizo pública su intención de liderar el PP de Madrid, además de urgir a la dirección nacional del partido a acelerar el cónclave regional previsto para el primer semestre de 2022. Génova no solo rechazó la reclamación de la presidenta de Madrid, sino que tampoco apoyó públicamente su candidatura. Incluso el entonces secretario general del PP, Teodoro García Egea, defendió el actual modelo, en el que el partido está dirigido por una gestora en manos de Pío García-Escudero.
- El problema de la gestora. Díaz Ayuso reclamó poner fin a la "anomalía" que supone que el partido en Madrid esté dirigido por una gestora desde 2018 tras la renuncia de Cristina Cifuentes por el 'caso Máster'.
- Tensa relación y hasta una "cobra". La relación entre los en otro tiempo amigos, Casado y Ayuso, se tensó en los meses siguientes ante la negativa de celebrar el Congreso del PP madrileño y los continuos ataques de la presidenta madrileña a la dirección nacional. Génova incluso llegó a plantear un candidato alternativo para hacerse con el control del PP de Madrid, José Luis Martínez Almeida, aunque éste nunca llegó a postularse. La tensión entre ambos llegó hasta tal punto que estuvieron 40 días sin coincidir y cuando lo hicieron, en la presentación del libro de Mariano Rajoy el pasado 2 de diciembre, el reencuentro dejó una esperpéntica escena cuando Ayuso le hizo una 'cobra' al líder de su partido, después de que el expresidente del Gobierno intentara colocarlos juntos en el photocall.
Momentazo vivido en directo en @MVTARDE: Rajoy intenta colocar juntos a Casado y a Ayuso para la foto pero no ha podido ser. Recordemos que el libro se llama ‘Política para adultos’. pic.twitter.com/sgcWbDnAWa
— Josué Coello (@josue_coello) December 1, 2021
- Un supuesto espionaje. Todo saltó por los aires cuando el pasado 16 de febrero se filtró que el entorno de la presidenta de Madrid había sido supuestamente espiado por orden de Génova. El objetivo era el hermano de Díaz Ayuso, Tomás, por la adjudicación de un contrato para comprar mascarillas en lo peor de la pandemia. La líder madrileña señaló directamente a Pablo Casado como responsable de este escándalo.
- La comisión de Tomás Díaz Ayuso. Casado contratacó ante tales acusaciones y no solo le abrió un expediente a Díaz Ayuso, sino que además le puso cifra a la comisión que se habría embolsado Tomás Díaz Ayuso. "Yo no permitiría a mi hermano cobrar 300.000 euros por un contrato adjudicado directamente por mi Consejo de Ministros cuando morían en España 700 personas", señaló el presidente del PP deslizando un posible tráfico de influencias. La guerra había estallado y ya no había vuelta atrás. Díaz Ayuso, "dolida" porque habían atacado a "lo más sagrado", la familia, admitía que su hermano había cobrado una "contraprestación por su mediación comercial" de más de 55.000 euros en un contrato por valor de 1,5 millones de euros con una empresa que comercializó con mascarillas en abril de 2020.
- La empresa del amigo del pueblo. Poco a poco se fueron revelando más detalles de este contrato y se conoció que la empresa contratada para traer 250.000 mascarillas de China era Priviet Sportive SL, que pertenecía a Daniel Alcázar, amigo de la familia Ayuso. Además se hizo público que la Comunidad de Madrid otorgó a dedo casi una veintena de contratos a Artesolar Iluminación, la empresa en la que Tomás Díaz Ayuso aseguraba trabajar como gerente de Desarrollo de Proyecto, algo que después matizó que solo era asesor externo.
- El PP, abierto en canal. La guerra desatada entre Sol y Génova dilapidó en menos de un mes la ventaja que algunos sondeos daban al PP sobre el PSOE de Pedro Sánchez. La situación se volvió tan insostenible que los barones entraron en escena aprovechando que el río estaba revuelto. Tras una interminable Junta Directiva Nacional el pasado 24 de abril, Casado aceptaba convocar un Congreso extraordinario los días 2 y 3 de abril para elegir a su sucesor.
- Feijóo da el paso. Un cónclave al que solo se presentó Alberto Núñez Feijóo, quien por fin dio el paso al que no se atrevió en 2018. Así el 3 de abril, el presidente gallego fue proclamado por unanimidad el nuevo presidente del PP.
- Vía libre para el Congreso del PP de Madrid. La llegada de Feijóo a Génova despejó el camino para la convocatoria del esperado Congreso del PP madrileño, donde Díaz Ayuso será coronada el próximo 21 de mayo presidenta del partido en Madrid con urnas pero sin ninguna oposición.