La moción de censura

Seis lecturas de una moción de censura que posicionó a todos los partidos de cara a las generales

Sánchez se aferra a su gestión y al Gobierno de la gente. El PP hace bandera de la moderación y busca no cometer errores. Vox sigue instalado en el ruido y tender la mano al PP. Yolanda Díaz presenta sus credenciales al margen de Podemos.

Seis lecturas de una moción de censura que posicionó a todos los partidos de cara a las generales

VOXLos diputados de Vox se han fotografiado con su candidato Ramón Tamames tras la votación de la moción de censura.

La peculiar moción de censura vivida en el Congreso el martes y el miércoles terminó como se sabía desde el principio que iba a terminar. El peculiar candidato a la presidencia del Gobierno, Ramón Tamames, obtuvo sólo los votos de la ultraderecha, que fue quien le llevó a esa extraña situación, y del tránsfuga de Ciudadanos, Pablo Cambronero.

Pero aunque fuera conocido el resultado, las más de quince horas de debate parlamentario arrojaron interesantes lecturas políticas y cada formación empezó claramente a posicionarse de cara a las elecciones generales que se avecinan a finales de año, ya que por fin quedó claro que en ningún caso y bajo ninguna circunstancia Pedro Sánchez tiene intención de hacer coincidir las elecciones municipales y autonómicas. Y, como contaba Sabina y dicen en La Moncloa, “le sobran los motivos” para no hacerlo. Fue como un Debate del Estado de la nación en el que cada formación fijó sus posiciones. Estas son algunas de las claves que dejó la moción de censura:

1. El Gobierno, más que satisfecho

Dicen que hubo un ministro que, en tono irónico, comentó en los pasillos del Congreso que ellos desearían una moción de censura cada semana. Y es que para el Ejecutivo fue un paseo militar. A Sánchez le sirvió para explicar la gestión del Gobierno con todo detalle, para vender sus medidas sociales (subida del SMI, reforma del mercado laboral, subida de las pensiones, etc) y, además, para insistir en el mensaje que será central en la campaña socialista que no es otro que advertir de que el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, gobernará con la ultraderecha de Vox. Y estos son los tres ejes de la precampaña del PSOE hasta las generales: el Gobierno de la gente; presumir de la gestión ante situaciones muy difíciles y lanzar el mensaje de que o se repite el Gobierno de coalición o la ultraderecha llegará a La Moncloa.

Pedro Sánchez junto a Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera.

Pedro Sánchez junto a Nadia Calviño, Yolanda Díaz y Teresa Ribera. EFE

2. Un Gobierno estable

También le sirvió el debate a Pedro Sánchez para ahuyentar los fantasmas de una crisis amplia de Gobierno o de ruptura con Unidas Podemos. El presidente presumió de estabilidad y enmarcó las diferencias con los morados en las habituales tensiones de un Gobierno de coalición y que son dos formaciones distintas. Pero Sánchez, como se repite en el argumentario del PSOE cada día, destacó que en esta legislatura se han aprobado más de 200 leyes y es una de las más fructíferas en esta materia de toda la etapa democrática.

3. Yolanda Díaz ya es candidata

Tuvo que sacar los codos, con los suyos sobre todo. Pero la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, sólo un día después de proclamar que el 2 de abril anunciará definitivamente que será candidata a la Presidencia del Gobierno dentro de ese espacio político que ha creado y se denomina Sumar, utilizó abiertamente la tribuna del Congreso y la moción de censura para presentar sus credenciales. Hizo un discurso como destacada dirigente del Gobierno de coalición, hizo un discurso en defensa del Gobierno de coalición e hizo una apuesta porque el futuro pasa por el Gobierno de coalición. Pero también esbozó la idea de lo que quiere que sea su proyecto. No pudo tener mejor escaparate, y lo aprovechó.

4. Unidas Podemos, molesto

La formación morada a duras penas ocultó su malestar con el escaso protagonismo que tuvo en la moción de censura y que todo el foco estuviera puesto en Yolanda Díaz. Ione Belarra y e Irene Montero no desaprovecharon la ocasión en los pasillos del Congreso para destacar las diferencias con la parte socialista del Gobierno en la la ley del “sólo sí es sí” o la ley de Vivienda, contrastando con el discurso de unidad de acción que hizo Diaz. Y más que significativo fue que la vicepresidenta entrase al hemiciclo acompañada por el líder IU, Alberto Garzón; y el portavoz de En Común, Jaume Anses. A día de hoy no parece probable que Belarra o Montero acudan al acto del 2 de abril.

Las ministras de Derechos Sociales, Ione Belarra, y de Igualdad, Irene Montero, revisan sus teléfonos durante el debate de la moción de censura. EFE

5. El PP, la moderación y no cometer errores

La huida del líder el PP, Alberto Núñez Feijóo, de las dos jornadas de la moción de censura le acarrearon numerosas críticas desde muchos frentes, pero no le inquietan a él ni a su partido. La portavoz popular hizo un discurso aseado, incidiendo en los puntos que serán ejes de su campaña, que fundamentalmente se basan en advertir que Sánchez seguirá gobernando con los independentistas y populistas; y que si alguien representa la moderación y el centro político en España es el PP. Eso sí, evitaron desmarcarse de la ultraderecha de Vox, aunque pasar del voto en contra en la penúltima moción de censura presentada por este partido a la abstención de este miércoles, no deja de ser una declaración de intenciones para el futuro. El PP salió indemne y satisfecho. En las filas populares está instalado que sólo queda esperar y no cometer errores para llegar a la Moncloa en 2024.

Vox y Tamames, satisfechos en el vodevil

Y también salieron más que satisfechos tanto Vox como Ramón Tamames, felices del vodevil que montaron en el Congreso y que les dio dos días de protagonismo. Ni las críticas mayoritarias y generalizadas a la intervención de Tamames desde todas los frentes, ni la inconsistencia de una moción que iba sin programa de Gobierno alternativo o la soledad parlamentaria hicieron mella ni en el catedrático ni en la formación de ultraderecha. Se fotografiaron al final en el hemiciclo del Congreso felices y contentos. Vox quiere que se hable de ellos aunque sea mal y aspira a tener la sartén por el mango para llegar a muchos gobiernos, empezando a partir del 28 de mayo tras las municipales y autonómicas; y con la esperanza de que Feijóo para entrar en La Moncloa dependa de sus votos. Ese es su escenario.