El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, hizo un discurso ante el Comité Federal en calidad de presidente del Gobierno más que de líder del partido -prácticamente pasó de puntillas sobre los cambios que han propiciado esta reunión- donde hizo bandera tanto de la gestión hecha por su Ejecutivo como de la necesidad de priorizar las señas socialdemócratas.
Sánchez repasó prácticamente todas las medidas aprobadas por su Gobierno que, según dijo, están destinadas a la mayoría social de este país. Y se preguntó en varias ocasiones si en estas duras circunstancias que le han tocado vivir en esta legislatura qué hubiera pasado si en La Moncloa estuviera gobernando el PP.
“¿Cómo serían las cosas si la derecha estuviera al frente del Gobierno? No hubiera habido ayudas a las empresas, hubiera habido cierre de empresas; no hubiera habido ERTE hubiera habido despidos; no hubiera subido el Salario Mínimo Interprofesional, ni estaría el Ingreso Mínimo vital, ni la mayor oferta de empleo público de nuestra democracia, y las pensiones hubieran perdido poder adquisitivo”, afirmó.
Sánchez aprovechó el acto para anunciar que la próxima semana PSOE y Unidas Podemos presentarán conjuntamente en el Congreso una proposición de ley para imponer impuestos a las compañías energéticas y a la banca. Aseguró que no es una “medida comunista”, recordó que así lo aconsejan la mayoría de los organismos internacionales y que se está aplicando en la mayoría de los países europeos. Pero, además, aseguró que esa proposición de ley prohibirá taxativamente que la imposición de estos impuestos sea trasladada por estas empresas posteriormente a los ciudadanos.
La próxima semana registraremos una Proposición de Ley para aprobar los impuestos a las grandes energéticas y entidades financieras. El texto prohibirá que las compañías trasladen los costes a la ciudadanía.
Gobernar es elegir y elegimos estar con la clase media y trabajadora. pic.twitter.com/ye79RSxoi8
— Pedro Sánchez (@sanchezcastejon) July 23, 2022
Una buena parte de su intervención la dedicó a hablar sobre el cambio climático, reiteró la negativa de España a la propuesta europea sobre reducciones en el consumo de gas, aunque mostró su convencimiento de que se llegará a un acuerdo. Aseguró, además, que España tiene todo lo necesario para liderar la revolución verde. “Y no vamos a caer en viejos trampantojos como la vuelta a la energía nuclear”, dijo.
Sánchez indicó que el rumbo del PSOE tiene que ser las políticas socialdemócratas y recordó que en toda la etapa de la democracia es cuando este país más ha avanzado. “La socialdemocracia siempre ha sido el motor que ha hecho avanzar a España”, afirmó.
En la parte final de su discurso, Sánchez se limitó a agradecer a Adriana Lastra, Felipe Sicilia y Héctor Gómez el trabajo realizado, y pidió a sus sustitutos -María Jesús Montero (vicesecretaria), Pilar Alegría (portavoz del PSOE) y Patxi López (portavoz en el Congreso)- que “toca meter una marcha más”, dijo.
Año y medio por delante
Volvió a insistir en que queda un año y medio para las elecciones generales, pero que antes de ello hay que afrontar la aprobación de unos nuevos Presupuestos Generales del Estado; esperar el fin de la guerra de Ucrania, seguir luchando contra la inflación y la Presidencia española de la Unión Europea el último semestre de 2023.
Pidió al PSOE afrontar estos retos “con esfuerzo, con diálogo, con capacidad de acuerdo, con empatía y con compromiso social” porque, según dijo, son las señas de identidad de los socialistas.
Acabó arengando al PSOE para volver a ganar las elecciones municipales y autonómicas de 2023. “Vamos a ir a por todas. Y les pido a todos los progresistas que vayamos juntos a por todas”.