Pedro Sánchez marcó su hoja de ruta hasta el final de la legislatura y decidió virar a la izquierda. De forma clara, contundente, y con medidas que el Gobierno prefiere llamar “progresistas” antes que de “izquierdas” -pero que contemplan una buena parte de las peticiones de Unidas Podemos- hizo hasta 14 anuncios de claro tinte socialdemócrata.
Desde el Gobierno se dice que hizo un discurso “poderoso, progresista e ideológico” y hay más que satisfacción en La Moncloa, donde reconocen que llevan semanas preparando esta intervención con múltiples ministerios. Pero no quieren revelar si la parte de Unidas Podemos conocía los anuncios… aunque sí los conocía.
Y la mejor prueba de ello es que desde Unidas Podemos se hizo una de las intervenciones más condescendientes con el Gobierno desde que se inició la legislatura. El portavoz de la formación morada, Pablo Equenique, respaldó las nuevas medidas anunciadas por el presidente, se atribuyó una parte del mérito a la insistencia de su formación política por subir los impuestos a las eléctricas y a la banca, pero hizo un anuncio más importante: “Estamos preocupados por el avance reaccionario y queremos reeditar este Gobierno de coalición en 2023, y creemos que lo que ha anunciado hoy aquí permite reeditarlo”, dijo.
Fue la parte central del debate, porque sin el líder del PP en la tribuna -Alberto Núñez Feijóo dijo que sólo iba a escuchar y que no hablará del Debate hasta este miércoles- la disputa con el primer partido de la oposición quedó más que descafeinada. La portavoz popular Cuca Gamarra no tuvo una de sus mejores intervenciones y Sánchez la inundó con datos de crecimiento, de empleo y de medidas adoptadas por su Gobierno. “Tenemos una oposición que no hace más que mentir”.
El trampantojo de ETA
Gamarra volvió a usar el trampantojo de ETA y hasta llegó a pedir un minuto de silencio en el Congreso por el asesinato de Miguel Ángel Blanco -una potestad que corresponde a la Mesa del Congreso y con acuerdo-. Pero en esta ocasión el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quiso entrar en el debate que fue el hilo conductor del discurso del PP, y lo hizo en términos muy duros contra el partido conservador: “Quienes han utilizado el dolor de las víctimas de terrorismo con fines espurios ha sido el PP”, afirmó.
Sánchez hasta trajo a la tribuna del Congreso la memoria de Alfredo Pérez Rubalcaba, exministro de Interior y uno de los principales artífices del fin de ETA, para denunciar que el PP quiera apropiarse ahora de su figura. Sánchez recordó que el PP llamó a Rubalcaba “cómplice y encubridor de ETA” y también la respuesta que el ex ministro le dio en 2005 desde la tribuna del Congreso acusando directamente al PP de estar siempre “buscando réditos políticos con el terrorismo”.
Sánchez recordó que ETA fue derrotada hace más de diez años pero acusó al PP de “parapetarse detrás del dolor de las víctimas de ETA”. Dijo que su Gobierno y el PSOE respalda por igual a las víctimas del terrorismo que a las víctimas del franquismo, y se preguntó sí el PP hace lo mismo.
El debate acabó con un enfrentamiento, en teoría, entre el portavoz de ERC, Gabrilel Rufián; y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; porque el líder republicano ocupó gran parte de su intervención en arremeter contra la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, que no podía intervenir en el debate. Fue tan extraño que hasta Sánchez tuvo que salir en defensa de su vicepresidenta y reprochar a ERC su voto en contra de la reforma laboral.
En torno a las 21.00 horas concluyó la primera sesión del Debate del estado de la Nación. La conclusión de la primera sesión es que el Gobierno supura satisfacción; el PP intenta salir a flote y confía en que Feijóo este miércoles ponga las cosas en su sitio y por fin hable; Vox estuvo en su línea con la emigración y sus discursos habituales; Unidas Podemos hasta se encuentra incómoda estando tan de acuerdo y ERC fue Gabriel Rufián. Este miércoles, continuará.