“Yo no me resigno y voy a por todas”. Con estas palabras acabó Pedro Sánchez su intervención a puerta cerrada en el Comité Federal tras escuchar en torno a una veintena de dirigentes del partido de las distintas federaciones socialistas de los que no oyó una sola crítica y obtuvo su pleno respaldo.
Como hizo Sánchez en su primera intervención, los importantes cambios que ha habido en toda la estructura del partido y del Grupo Socialista no fueron objeto de debate. La mayoría de los dirigentes que tomaron la palabra ni citaron el asunto y quienes lo hicieron fue para apoyar la decisión tomada “a dedo” por el propio líder del partido y respaldarla.
Sólo el presidente de Asturias, Adrián Barbón, tuvo palabras de reconocimiento y cariño para la que ha sido casi más de un lustro vicesecretaria general del PSOE, Adriana Lastra, de quien destacó su “trabajo y sus principios”. Pero más allá de esa referencia, no se puede decir que hubo una despedida cariñosa del partido a la ex “número dos” del PSOE.
Luego, desde el País Vasco hasta Canarias, pasando por Galicia, Baleares, Cataluña o Madrid, los distintos dirigentes que intervinieron lo hicieron para felicitar al Gobierno, apoyar la propuesta de nombres y de estrategia presentada por Sánchez en su discurso inicial.
Nadie cuestionó, al menos en público, las formas -se convocó una Ejecutiva que duró cinco minutos para la convocatoria oficial del Comité Federal que es como mandan los Estatutos y no se había hecho- en las que Sánchez ha llevado estos cambios, como hizo dos días antes el exdirigente vasco Odón Elorza y comparten en privado otros dirigentes del partido; y tampoco se habló de la denominada “ley trans”, pese al rechazo interno que hay en una parte de las mujeres feministas del PSOE.
Faltaron barones autonómicos importantes como Javier Lamban (Aragón) o Ximo Puig (Comunidad Valenciana) y el presidente castellano-manchego se limitó a escuchar a Sanchez y marcharse después de la reunión, sin tomar la palabra.
“Alfombra roja al jefe”
Sánchez, que desde su traumática salida de la Secretaría General del partido en aquel Comité Federal del 1 de octubre de 2016 siempre estuvo preocupado por el cierre de filas y que no haya críticas internas, ha conseguido su propósito de que en el PSOE se haga lo que él diga y se acepten sin rechistar sus cambios y decisiones.
Fue uno de los Comités Federales más cortos que se recuerdan pese a las decisiones de calado que se tenía que tomar y que fueron todas aprobadas por unanimidad: los nombramientos, el calendario de cara a las primarias de las elecciones municipales y autonómicas, y los Presupuestos del partido para 2023.
Antes de las 14.30 horas -cuando Sánchez no tomó la palabra hasta las 11.00 horas- estaba todo resuelto, cerrado y atado. “Alfombra roja al jefe”, manifestó a República.com un miembro del Comité Federal a modo de resumen del encuentro.
Lo que también quedó claro a los dirigentes socialistas es que Sánchez va a aguantar en el barco hasta el final. Él mismo dijo que queda año y medio para las elecciones generales y puso los deberes que aún tiene el partido por delante. El líder del PSOE confía en este tiempo revertir la caída libre en la que lleva su partido desde hace meses y, como dijo en su última frase “no se va a resignar”. El título del libro de Irene Lozano “Manuel de Resistencia” sobre Sánchez sigue estando vigente.