Tras casi catorce horas de intervenciones, el Debate del estado de la Nación concluyó en su primera fase con dos conclusiones claras: Pedro Sánchez afianzó la estabilidad en el Gobierno de coalición, pero no tuvo el pleno apoyo de sus habituales socios parlamentarios para lo que resta de legislatura que, además, afianzaron sus reivindicaciones independentistas.
Así, Sánchez se reconcilió con Unidas Podemos y Unidas Podemos con Sánchez tras pasar unas de las semanas más críticas del Gobierno de coalición. Las propuesta de gravar con impuestos a las eléctricas, gasistas y el sector petrolero y también al sector financiero es considerado por el partido morado con un triunfo a sus planteamientos y un giro del Gobierno a la izquierda.
Lo mismo opina Más País y Compromís. Íñigo Errejón aplaudió el “giro de timón” de Pedro Sánchez aunque le pidió que llegue hasta el final. Mientras que Joan Baldoví le instó a seguir en el mismo rumbo y lanzar más medidas progresistas.
Pero uno de los socios parlamentarios más importantes de Sánchez, como es el PNV, no recibió con agrado la intervención del presidente del Gobierno ni las medidas que anunció en la primera jornada del Debate del estado de la Nación.
El portavoz del PNV, Aitor Esteban, acusó a Sánchez de “no cuidar las relaciones parlamentarias” y no haber informado a su partido de las medidas anunciadas, lo que está en el acuerdo entre ambas formaciones.
Por ello, el dirigente vasco en un tono más desafiante que lo que es habitual en él, aseguró que puede correr riesgo su apoyo parlamentario y, el primero, el respaldo al impuesto a la banca.
Además, Aitor Esteban puso sobre la mesa otros incumplimientos del acuerdo alcanzado con Sánchez para la investidura y volvió a reivindicar uno de los puntos más polémicos, como el referido al compromiso del Gobierno de impulsar, a través del diálogo entre partidos e instituciones, las reformas necesarias para adecuar la estructura del Estado al reconocimiento de las identidades territoriales.
La portavoz de Bildu, Mertxe Aizpurúa siguió por el mismo camino y advirtió a Sánchez que “más pronto que tarde podremos constituir una república vasca”. La portavoz abertzale aplaudió los impuestos a las eléctricas y a la banca, pero les parecieron medidas insuficientes, por lo que exigió al Gobierno la intervención de los precios.
Y, por su parte, la portavoz de Junts per Cat, Miriam Nogueras, rechazó de nuevo que su partido participe en la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat y afirmó con toda rotundidad: “Seguir dando estabilidad a usted y a la mesa de diálogo es alejarnos de nuestro objetivo principal, que es la independencia".
El resto de grupos que intervinieron en la segunda sesión parlamentaria fueron previsibles en sus planteamientos habituales. Inés Arrimadas, por Ciudadanos, hizo un discurso muy crítico con Sánchez, al que acusó de olvidar a los jóvenes y poner en peligro las pensiones. Y entre los minoritarios, Sánchez volvió a encontrar cercanía con los nacionalistas cántabros y Teruel Existe; y hostilidad en la CUP, Foro Asturias y los dos tránsfugas de UPN. Nada nuevo.
Sánchez quiso acabar con un mensaje conciliador. Puso en valor que se haya vuelto a la normalidad tras más de siete años sin celebrarse el Debate del estado de la Nación. Y, en especial, dio las gracias al apoyo recibido por parte de su grupo parlamentario y de… Unidas Podemos.