Ruptura total del PP de Casado con Vox

El candidato ultraderechista a sustituir a Sánchez solo obtiene los 52 votos de su bancada

Ruptura total del PP de Casado con Vox

Pablo Casado.

El líder del Partido Popular, Pablo Casado, se ha convertido en el protagonista de la recta final del debate de la moción de censura de Vox contra el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Lo ha hecho al anunciar el `no´ del grupo parlamentario popular al aspirante Santiago Abascal, una decisión que ha mantenido en vilo a su propio partido hasta última hora.

En un discurso ciertamente brillante, tal vez el mejor que ha pronunciado en el Hemiciclo, Casado ha reivindicado para el PP la alternativa real al gobierno de coalición progresista, al tiempo que ha reclamado las esencias ideológicas del centro derecha homologable con los países de la UE.

El líder del PP se ha empleado a fondo para descalificar de plano, con duros adjetivos y conceptos a la formación de ultraderecha. “Nosotros no somos ni furia ni rabia. No es que seamos cobardes, es que no queremos ser como ustedes”, ha sentenciado. No ha sido la única frase contundente que ha empleado Casado para separarse radicalmente de la “compañía” de Vox, cosa que no había ocurrido hasta ahora.

El primer sorprendido ha sido el propio Santiago Abascal, quien ha acusado el golpe cuando ha subido a la tribuna para replicar a su antiguo compañero de filas. “No me lo esperaba”, ha confesado entre sorprendido y aturdido.

Durante su discurso Casado ha sido realmente inmisericorde con Abascal, a quien ha recordado haber estado 15 años “empleado del PP”. También le ha tildado de ser ya “un problema para España” y convertirse en “la derecha que más gusta a la izquierda. Usted, señor Abascal, ofrece a la izquierda una garantía de victoria”. En términos concluyentes ha definido a Vox como “mucho ruido y pocas nueces, o tienen ningún proyecto”.

El protagonista de la moción de censura ha acusado el golpe. “Lamento lo que ha hecho usted aquí porque ha frustrado las esperanzas de mucha gente”, ha dicho dolido por lo que ha entendido que era un ataque a su persona. “no le voy a contestar con la misma moneda”, ha acertado a decir. El debate entre ambos ha sido un continuo reproche, circunstancia que se ha observado con complacencia desde las bancadas de la izquierda.

Despejada esa incógnita el resultado de la votación no ha deparado sorpresa alguna. La moción de censura tan solo ha recaudado 52 votos a favor, los mismos que escaños tiene el grupo de Vox. El resto del Hemiciclo, 298 escaños, ha votado en contra, la mitad de forma telemática. El resultado más pobre de las cinco mociones de censura debatidas en la Cámara baja desde 1980.

Al final del debate, antes de la votación, el presidente del Gobierno ha pedido la palabra para, en síntesis, platear a Casado una oferta de negociación para renovar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). “Si usted quiere estoy dispuesto a parar el reloj hasta que usted se siente a negociar la renovación de este órgano y otras instancias constitucionales”.

Ha sido uno de los aspectos reseñables de la sesión final de la moción de censura, que ha transcurrido bastante alejada de las broncas de otras sesiones. En un momento determinado salió a la tribuna, en nombre del Gobierno, el vicepresidente segundo del Ejecutivo, Pablo Iglesias. Sin duda para reivindicar una parte de protagonismo como jefe de filas de una parte de la coalición gubernamental.

No estuvo acertado, ni por el momento elegido – tras acabar un primer lance entre Casado y Abascal – ni por los argumentos empleados, un tanto forzados según discurría el debate. Empleó un tono moderado y se permitió alabar “la brillantez” del discurso hecho por el líder del PP, casa que el propio Casado, en un turno “especial” que le concedió la presidenta Batet, no agradeció en absoluto. Es más, el popular se explayó en criticar toda la gestión del Gobierno, especialmente en relación a la pandemia.

El único momento que alteró el tono apaciguado de los debates fue cuando el aspirante Abascal calificó de “floreros figurante para un decorado, colocadas por el macho Alfa” a las cuatro diputadas que actuaron como portavoces del grupo de Unidas Podemos. Esas palabras fueron duramente contestadas desde la bancada de la izquierda e incluso desde los escaños del Gobierno. Antes de eso las representantes de la formación morada fueron muy críticas con Abascal y la formación de ultraderecha.

Como anécdota cabe reseñar que tras anunciar la presidenta Batet el resultado de la votación todo el hemiciclo prorrumpió en fuertes aplausos al unísono, tanto la bancada de Vox, que había perdido la moción, como el resto del Hemiciclo. Los últimos en sumarse a las palmas, un tanto desconcertados, fueron los escaños del PP; pero también lo hicieron.