Reyes Maroto, la candidata del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, estuvo diez meses en el paro allá por 2013. Tenía un currículum de muy alto nivel y, en algún momento, tuvo que pensar que aquello de la “meritocracia” era un engaño.
Antes de llegar al paro, no había parado de estudiar y trabajar en su vida. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad de Madrid y cuenta con un Postgrado en Economía y Finanzas por el Centro de Estudios Monetarios y Financieros (C.E.M.F.I.) y un Máster en Evaluación Sanitaria y Acceso al Mercado por la Universidad Carlos III de Madrid.
Su currículum dice que desde 1999 ocupó plazo de profesora no asociadas en la Universidad Carlos III de Madrid,
Además, Maroto desarrolló una amplia trayectoria profesional que incluye el paso por empresas como la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) (1998-2003),
Asistencia Técnica QUASAR (2003-2005) en Analistas Financieros Internacionales AFI (2005-2011), la Fundación IDEAS (2011-2013) y en el Grupo Parlamentario Socialista en el Parlamento Europeo (2014-2015).
Ya en el 2015, dejó su labor de profesora en la Carlos III y su trabajo en la empresa privada, porque el candidato socialista a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo, la llamó para su su equipo y le pidió que fuese en su candidatura. Y Maroto aceptó el envite.
No era ni militante del PSOE, pero creía en el proyecto de Gabilondo y, tal y como es ella, se implicó a fondo. Se afilió posteriormente al partido e, incluso, entró en la dirección del PSOE madrileño dos años después como Secretaria del Área de Desarrollo Sostenible. En la Asamblea, llevó el área económica y negoció todos los Presupuestos.
En el 2018, cuando Sánchez llegó al Gobierno, fue llamada para ocupar la cartera de ministra de Industria y Turismo. Dicen que la recomendó el entonces secretario general del PSOE Madrileño, Jose Manuel Franco -como lo que se llama en el PSOE “cuota de federación”-; pero otras fuentes aseguran que Sánchez ya conocía su valía.
Estuvo en todas las quinielas a que iba a salir del Gobierno en 2020 cuando Sánchez ganó las elecciones y repitió el Ejecutivo; y la daban por muerta políticamente cuando el presidente renovó su Ejecutivo en el verano de 2021. Pero Sánchez no prescindió de ella.
En el Ejecutivo ha pasado desapercibida… mediáticamente. Pero ha frenado grandes crisis de empresas industriales como la de Vestas, la de Alcoa, o las huelgas del metal en Cádiz. Y su último gran éxito fue la planta de vehículos eléctricos en Sagunto. Todo ello, sin ruido.
Su nombre fue utilizado por Ángel Gabilondo en las últimas elecciones autonómicas en Madrid para anunciar que sería su vicepresidenta económica si ganaba las elecciones. Pero aquello era un órgano a la grande, aunque Maroto se prestó a ello. Igual que ahora se ha prestado a decir sí al difícil reto de la Alcaldía de Madrid.

El candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid en 2021, Ángel Gabilondo, y Reyes Maroto
Y es que Maroto es disciplinada, seria y rigurosa. Es trabajadora hasta el agotamiento personal y de su equipo, y el apelativo de “hormiguita” con el que la definió el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños -sin citar “copyright”- es lo más acertado que se puede decir de ella.
Pero, sobre todo, Maroto es una técnica/política. Sabe mucho de empleo, hace lectura de los datos como nadie, busca respuestas efectivas y prioriza resultados. Alguien que la conoce bien dice que se podría decir que es una “tecnócrata” al estilo Mario Draghi.
Eso sí, tiene por bandera el feminismo y lo lleva ejerciendo en todas funciones desde hace lustros. De aplicarse la frase del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero -ahora más que repudiado en las filas feministas del PSOE- de que “no se puede ser socialista sin antes ser feminista”, Maroto cumple la segunda premisa. Sobre la primera... es más tipo Draghi.