El PP gana pero estará al antojo de Vox para seguir gobernando en Castilla y León

La ultraderecha pasa de uno a trece diputados y Abascal plantea que su candidato sea vicepresidente del Gobierno. Los socialistas pierden la condición de partido más votado. Entran con fuerza los partidos de la España Vaciada. Igea, será el único procurador de Ciudadanos. UP pierde un diputado.

Vox celebra "una noche histórica"

EFEVox celebra "una noche histórica"

Vox celebra "una noche histórica"
El PP volvió a ganar las elecciones en Castilla y León, pero fue la única alegría que tuvo en la noche del 13-F. Para volver a gobernar necesitaría sí o sí a la ultraderecha, porque Vox se convirtió en el verdadero triunfador de las elecciones de este domingo al pasar de uno a trece, que serán los diputados que se sentarán ahora en las Cortes de Castilla y León.

El fracaso del partido que adelantó las elecciones para intentar acariciar la mayoría absoluta resulta más que evidente, porque queda lejos de su objetivo inicial de acercarse a la mayoría absoluta, y para para seguir manteniendo el poder en esta comunidad -donde lleva gobernando 35 años- estará al antojo de lo que le pida el partido de ultraderecha. De hecho, el PP sólo creció dos diputados y obtuvo un porcentaje de voto similar a 2019, donde cosechó el peor resultado de su historia.

El propio presidente de Vox, Santiago Abascal, anunció que su intención de que su formación entre a formar parte del Gobierno de Castilla y León, y que serán muy exigentes en el cumplimiento estricto de su programa electoral. Para que quedara claro, empezó su acto tras conocer los resultados diciendo: “¡Qué cara de vicepresidente se les está poniendo a Juan García-Gallardo!”, en referencia al candidato de este partido a la Presidencia de la Junta de Castilla y León.

Mañueco, en su primera intervención, no desveló si compartirá gobierno con Vox, pero dijo que sí quería un Ejecutivo estable para toda la legislatura y que, en principio, “hablará con todos”.

Pero la repercusión de este resultado en la política nacional y el futuro liderazgo de Pablo Casado está por ver, así como la respuesta que le dará el PP. En Génova cerraron filas y se agarraron como un clavo ardiendo al detalle de volver a ser el partido más votado, aunque apenas superaron a los socialistas en punto y medio.

En Ferraz, que fue un solar la noche electoral ya que acudieron a la sede muy pocos dirigentes de la Ejecutiva para seguir el recuento, tampoco estuvieron para celebraciones, ya que esperaban, como poco, repetir triunfo en número de votos que obtuvo en 2019.

Pero el PSOE perdió la condición de partido más votado, bajó cinco puntos en intención de voto frente a 2019 y perdió siete escaños. Luis Tudanca, una vez más, no podrá conseguir su sueño de ser presidente de Castilla y León.

A Tudanca se le vio visiblemente afectado por el resultado, felicitó a Mañueco y dejó en el aire una enigmática frase que podría anunciar su despedida en el liderazgo del PSOE en Castilla y León: “Otros vendrán que puedan conseguir el cambio”.

Y tampoco le fue mejor a sus socios de coalición. Unidas Podemos perdía un diputado de los dos que tenía, y pese a ir en esta ocasión en una candidatura conjuntamente con Izquierda Unida, apenas mejoró el porcentaje de votos, quedando escasamente por encima del 5%.

Quienes sí cumplieron las expectativas fueron los partidos de la España vaciada. Unión del Pueblo Leonés subió a tres escaños; “Soria Ya” arrasó en su provincia y logró otros tres procuradores y “Por Ávila” mantuvo el que tenía. Y el candidato de Ciudadanos, Francisco Igea, logró que su formación no desapareciera de las Cortes de Castilla y León. No obstante, los ocho escaños que suman entre todos le son insuficientes al PP para llegar a una mayoría absoluta.

Aunque fueron unas elecciones autonómicas, que sólo implicó al 5% del electorado total de España, no dejan de arrojar datos muy significativos: el PP sigue sin despegar pese al derrumbe de Ciudadanos. Los socios del Gobierno de coalición van a la baja. Y Vox sigue emergiendo con fuerza elección tras elección. Y el partido naranja va camino de la desaparición. Serán las elecciones andaluzas, bien antes del verano o después, la que tendrá que confirmar o no estas tendencias.

Sobre el autor de esta publicación

Luis Villajos

Luis Villajos (Madrid, 1982) es subdirector de Republica.com. Lleva desde 2011, casi desde su fundación, trabajando en este diario. Su paso por diferentes puestos hasta el actual le confieren una amplia visión del funcionamiento de la redacción. Está especializado en información política, aunque también le interesan la actualidad internacional y los temas de denuncia social.