El expresidente de la Generalitat y eurodiputado de Junts Carles Puigdemont ha afirmado este martes que Junts está dispuesto a negociar, pero que el acuerdo "no puede ser un parche, sino un compromiso que debe ser histórico". "O se repiten elecciones o se pacta con un partido que no renunciará a la unilateralidad", así de contundente se ha mostrado el expresidente catalán ante los medios en Bruselas.
El eurodiputado de Junts reclama al Estado reconocer la "legitimidad" del independentismo, una amnistía a los encausados por el 'procés' y garantías de cumplimiento de los acuerdos como condiciones previas para empezar a negociar. Todo ello sin renunciar a la unilateralidad.
El expresident fija de forma pública las condiciones de su partido para apoyar la investidura del presidente del Gobierno en funciones y líder del PSOE, Pedro Sánchez, y antes de comenzar ha denunciado, en una sala acompañado por grandes nombres de su partido, que "a Junts se la ha menospreciado y arrinconado", aunque reconoce que la voluntad del acuerdo "está forzada por la necesidad".
"No estamos hablando de cualquier cosa para salir adelante y dejar a un lado a la derecha", advierte al presidente Pedro Sánchez, a quien avisa de que en este momento "no existen las condiciones para llegar a ese acuerdo", aunque asegura que si por ambas partes hay interés "esas condiciones se deberían crear".
El expresidente catalán consideró que "no parece" que el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, tenga los apoyos suficientes para ser elegido en primera o segunda votación. "Tampoco los tiene el actual presidente (Pedro Sánchez) ni el bloque de sus socios parlamentarios de los próximos cuatro años". "Por tanto, España se ve confrontada ahora mismo a uno de sus dilemas que no siempre ha resuelto bien: o vive en el bloqueo que podría cronificar la confrontación entre los dos bloques ideológicos que han polarizado las últimas elecciones o pacta", aseguró.
Puigdemont ha sido claro al enumerar uno por uno los puntos clave para abordar de cara un hipotético acuerdo. Unas condiciones "dependen de la voluntad política" y que según él, no son contrarias con la Constitución.
La primera, dijo, es el reconocer y respetar la "legitimidad democrática del independentismo". "No existe una receta autonómica para resolver los problemas de Cataluña. Lo determinante es el reconocimiento nacional de Cataluña y por tanto, su derecho a la autodeterminación", afirmó Puigdemont, que no renunció a la unilateralidad "como recurso legítimo para hacer valer los intereses del pueblo catalán".
El también eurodiputado de Junts, exigió dejar de "criminalizar" el "hecho histórico del 1-0", reivindicó la declaración de independencia, la consulta del 9 de noviembre de 2014 y criticó la sentencia del Tribunal Constitucional en 2010 contra el Estatuto catalán y la del Tribunal Supremo que condenó a los líderes independentistas en 2019 por el referéndum de 2017.
En este sentido, Puigdemont dijo que la segunda condición es una ley de amnistía "que incluya el amplio espectro de la represión iniciada desde antes de la consulta del 9-N de 2014".
Afirmó que ello es responsabilidad del Gobierno en funciones, a través de la Fiscalía General del Estado y de la Abogacía del Estado. "Se tiene que hacer para reparar una injusticia, no para olvidar ni para poner un punto final ni por supuesto, para igualar a las víctimas de estas injusticias a sus victimarios", precisó.
Por último, Puigdemont pidió la creación de un mecanismo de verificación del seguimiento y cumplimiento de los acuerdos, porque "la total falta de confianza entre las partes hace que este mecanismo sea imprescindibles y que deba operar desde el inicio de las negociaciones". "Nuestra experiencia nos impide tener ninguna confianza en la palabra que nos den y sería una irresponsabilidad emprender una negociación de futuro que no cuente con este mecanismo", apuntó el expresidente.
Puigdemont aseguró que no le inspira "el ánimo de revancha personal o partidista", porque de haber sido así, aseguró, no hubieran apoyado el acuerdo para la formación de la mesa del Congreso, que dio la presidencia del órgano a Francina Armengol.
"Ahora mismo nada hacer pensar que la necesidad de apoyo parlamentario sea suficiente como para empujarles (a PP y PSOE) a un acuerdo histórico en el que las viejas naciones sean reconocidas y dispongan de todos los derechos inherentes a su condición", dijo Puigdemont. "No parece que lo tengan que hacer ahora simplemente porque necesiten el voto de siete diputados. ¿O si? O realmente pueden hacer de la necesidad virtud?", se preguntó.
La conferencia se produce un día después de que Puigdemont se reuniera con la vicepresidenta del Gobierno y líder de Sumar, Yolanda Díaz, en Bruselas; además de Junts, entre el público están dirigentes de ERC y la CUP.