Mucho se había especulado estos últimos días sobre si Felipe VI haría alguna mención este sábado en su tradicional discurso de Navidad, el noveno de su mandato, sobre la fuerte tensión política en puertas de un año electoral y la inédita crisis institucional desatada el pasado lunes entre el poder legislativo y el Tribunal Constitucional.
En su mensaje a los españoles en Nochebuena, el Rey, fiel a su neutralidad constitucional, aludió de manera velada a ambos asuntos, sin señalar a nadie, advirtiendo de que España no es ajena a los riesgos que amenazan a las democracias en todo el mundo: el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones, apelando a éstas últimas a que se guíen por "la razón que demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir", recordando que su función es que "respondan al interés general" y pidiendo que éstas se fortalezcan.
"Un país o una sociedad dividida o enfrentada no avanza, no progresa ni resuelve bien sus problemas, no genera confianza. La división hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece", señaló Felipe VI, quien advirtió que "España no es una excepción" a los riesgos a los que están expuestas las democracias en el mundo. Riesgos, entre los que destacó tres: la división, el deterioro de la convivencia y la erosión de las instituciones.
En un contexto marcado por el clima de crispación política y el choque institucional sin precedentes tras la resolución del TC de frenar la tramitación en el Senado de la reforma para la elección de sus magistrados, el Rey ha reivindicado el papel de la Constitución como "referencia" de la unión de los españoles que nos "asegura estabilidad, cohesión y progreso". "Es nuestro mayor patrimonio", ha subrayado.
En este sentido, Felipe VI ha apelado a la convivencia, una convivencia que "necesita guiarse por la razón y que demanda anteponer la voluntad de integrar frente al deseo de excluir". "En esa tarea, necesitamos fortalecer nuestras instituciones. Unas instituciones sólidas que protejan a los ciudadanos, atiendan a sus preocupaciones, garanticen sus derechos, y apoyen a las familias y a los jóvenes en la superación de muchos de sus problemas cotidianos", ha añadido.
El Rey ha advertido de que, pese a haber pasado casi 45 años de la aprobación de la Carta Magna, no "se puede dar por hecho todo lo que hemos construido". Por ello, ha apelado a todos los ciudadanos a no ignorar los riesgos a los que se enfrentan las democracias hoy en día y a las instituciones a que "respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud".
La guerra de Ucrania y sus consecuencias
Más allá de la situación política, el Rey ha querido dedicar buena parte de sus palabras al conflicto en Ucrania y sus devastadoras consecuencias en la economía y su impacto en las familias. Desde que estalló el conflicto el pasado 24 de febrero, el jefe de Estado se ha pronunciado sobre la guerra en numerosas ocasiones para condenar la invasión rusa y solidarizarse con el pueblo ucraniano y los refugiados.
Felipe VI ha empezado su discurso lamentando que en febrero, cuando creíamos haber superado lo peor de la pandemia del COVID, Rusia invadió Ucrania. "Desde entonces, hemos sido testigos de 10 meses de una guerra que ya ha causado un nivel de destrucción y ruina difíciles de imaginar en nuestra realidad cotidiana. Hemos vivido el sufrimiento del pueblo ucraniano y seguimos sintiendo, con una profunda tristeza, la pérdida de miles de vidas humanas", ha clamado.
El monarca ha recordado que esta nueva guerra en Europa no solo es una amenaza para los ucranianos sino que tiene una trascendencia global, donde la seguridad colectiva se ha visto también amenazada. En este sentido, ha destacado el papel de España que, no solo ha reforzado con sus aliados la capacidad de defensa colectiva, sino también ha reafirmado su compromiso de que la soberanía, la integridad territorial y la independencia de los Estados son principios irrenunciables de un Orden Internacional basado en reglas y que siempre debe buscar la paz. Prueba de ello, ha destacado, fue la Cumbre de la OTAN que se celebró a finales de junio en Madrid, un cónclave que sirvió para reforzar la unidad de todos los miembros de la Alianza y también de la UE.
Además de las devastadoras consecuencias de la invasión rusa en el pueblo ucraniano y en la seguridad global, Felipe VI mostró su preocupación también por su impacto en la economía a consecuencia de la crisis energética, la elevada inflación y el encarecimiento de la cesta de la compra y de los carburantes. El Rey hizo hincapié en los más vulnerables, en las familias que peor lo están pasando, recordando que hay familias que no pueden afrontar esta situación y necesitan el apoyo continuo de los poderes públicos para paliar sus efectos económicos y sociales. "Tener que hacer frente a gestos cotidianos, como encender la calefacción o la luz o llenar el depósito de gasolina, acaba siendo una fuente de preocupación e implica, en muchos casos, importantes sacrificios personales y familiares", ha lamentado.
En este contexto de gran preocupación e incertidumbre, marcado por una guerra a las puertas de Europa y sus consecuencias económicas, Felipe VI ha hecho un llamamiento a los españoles a la esperanza, a no "renunciar a que las cosas puedan cambiar y mejorar". "Somos un país que, como ahora, siempre ha sabido responder, no sin dificultades ni sacrificios, a todas las adversidades, que no han sido pocas a lo largo de estos años", ha añadido.
En este punto, ha incidido en que, además de "creer en nosotros mismos" y "nuestra capacidad", es necesario un mayor compromiso con las "dos columnas vertebrales sobre las que se asientan nuestro presente y nuestro futuro", la democracia española y la UE. Sobre este segundo asunto, ha destacado el hecho de que España vaya a ejercer la presidencia rotatoria de la UE en el segundo semestre de 2023.
"Debemos seguir compartiendo objetivos con un permanente espíritu de renovación y adaptación a los tiempos. Con confianza en nuestro país, en una España que conozco bien, valiente y abierta al mundo: la España que busca la serenidad, la paz, la tranquilidad; la España responsable, creativa, vital y solidaria. Esa España es la que veo, la que escucho, la que siento en muchos de vosotros; y la que, una vez más, saldrá adelante. En manos de todos nosotros está", ha concluido.