La batalla de Madrid se jugará en la capital. Quedan 100 días -hoy- para las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo. Salvo milagro, se puede dar por descontado que Isabel Díaz Ayuso revalidará su victoria. La duda está en si sube o baja de los 65 escaños que logró el 4 de mayo de 2021. Entonces se celebraron elecciones anticipadas después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid decidiera mover pieza y desprenderse de sus bisoños compañeros de viaje en el Gobierno: Ciudadanos, liderado entonces por Ignacio Aguado.
Las encuestas no son fiables. Suelen estar en su mayoría patrocinadas y cocinadas por la propia Puerta del Sol. Se da por hecho que puede subir o bajar tres escaños sobre los que tiene hoy. En el entorno de Génova se cree que puede perder algún representante. Nada preocupante que ponga en riesgo el poder.
Ella misma declaró hace dos años que era consciente de que había tenido mucho voto prestado. Lo cierto es que Díaz Ayuso, a quien sólo el conflicto en la Sanidad pública puede desestabilizar y causarle alguna herida menor, volverá a ser presidenta de Madrid con un 99% de probabilidad. Lo contrario sería más que sorprendente.
Esto cuatro años después de que la hoy indiscutida líder del PP de Madrid y uno de los temidos valores del PP nacional cosechara el peor resultado de la historia del PP. Desde 1991, los conservadores habían ganado todas las elecciones autonómicas. Ayuso perdió. Con ella de cabeza de cartel el PP pasó de 48 a 30 escaños. El PSOE ganó las elecciones y obtuve 37 representantes.
Sin embargo, todo cambió en la vida de una candidata de última hora que tenía previsto abandonar la política y volar hacia Latinoamérica, gracias al apoyo de Ciudadanos. La formación liderada entonces por Albert Rivera entregó el poder, de forma aún inexplicable, al PP tanto en el Ayuntamiento como en la Comunidad. No negoció una administración por otra. Se conformó con los segundos puestos.
Ayuso alcanzó el poder gracias a este pacto. Luego mató a sus socios y se quedó sola.

Sánchez, Maroto y Lobato en la presentación de la candidatura a la alcaldía de Madrid.
Victoria segura de Ayuso
Volverá a ganar y volverá a contar, si lo necesita, con el respaldo de Vox. Si no obtiene la mayoría absoluta, la clave estará en la fuerza de la ultraderecha: o irrelevante o lo suficientemente importante como para pedir entrar en el Gobierno.
La victoria de Ayuso se asentará, además, en el declive del PSOE en Madrid. No parece que su candidato, Juan Lobato, vaya a conseguir remontar el vuelo y devolver a los socialistas al resultado de 2019, cuando fue la fuerza más votada y obtuvo 37 escaños. Después, en 2021, se convirtió en tercera fuerza política, perdió 13 escaños y quedó por debajo de Más Madrid.
Desde que en 1995 el PSOE perdiera el Gobierno de la Comunidad -ya en 1991 gobernó gracias al apoyo de Izquierda Unida-, sus cuatro candidatos -Cristina Almeida, Rafael Simancas, Tomás Gómez y Ángel Gabilondo- no consiguieron gobernar.

Ayuso, en un acto institucional.
En mayo de 2003 Simancas sumó junto a Izquierda Unida los diputados suficientes para gobernar, pero el 10 de junio dos de sus compañeros lo traicionaron, se repitieron las elecciones y, en octubre, el Gobierno se quedó en manos del PP. El Tamayazo, un caso de presunta corrupción que aún hoy es un caso oscuro de la política madrileña, apartó a los socialistas de la Puerta del Sol.
En 2019 Gabilondo volvió a obtener el triunfo para los socialistas, pero no pudo gobernar por la coalición que formaron la segunda y tercera fuerza política: PP y Ciudadanos. Isabel Díaz Ayuso e Ignacio Aguado.
Más Madrid, con Mónica García, parece más fuerte, pero todos los datos indican que no consigue crecer los suficiente como para que el PP deba temer por el triunfo.
A 100 días de las elecciones el electorado de izquierda se siente desorientado por las disputas internas en la izquierda de la izquierda. La falta de unidad y la disgregación del voto entre varias opciones favorece, por la Ley D’Hont de reparto de escaños, a las fuerzas mayoritarias y unidas.
La confrontación entre Más Madrid, Podemos y la nebulosa de Sumar, que en España lidera Yolanda Díaz y que aún no es nada, parece que dividirá el voto de este sector electoral el 28 de Mayo.

Rita Maestre (Más Madrid), Reyes Maroto (PSOE), José Luis Martínez Almeida (PP) y Begoña Villacís.
Almeida, en duda
En el Ayuntamiento de Madrid el escenario parece estar menos claro. Es un clamor en el PSOE que los esfuerzos electorale deben ponerse en la reconquista de la capital, toda vez que Díaz Ayuso parece hoy por hoy invencible.
Los socialistas consideran que los ciudadanos no valoran bien la gestión de Almeida. Hay que añadir otro ingrediente: la decadencia y previsible desaparición de Ciudadanos. Estas son las bazas que prevén jugar los socialistas para crecer y, junto a Más Madrid, desalojar al PP del poder.
Hasta el alcalde da por muerta a su socia, Begoña Villacís, una candidata desacredita tras ofrecerse al PP como corriente interna y no conseguir, después, tras dar marcha atrás, ganar las primarias de su partido,.
El problema del PSOE es que su candidata, Reyes Maroto, es una desconocida que a día de hoy sigue en el Ministerio de Industria y cuyas apariciones en Madrid apenas tienen repercusión.
El desastre del PSOE en Madrid se pone de relieve cuando se repasan los candidatos que han aparecido en escena desde que Juan Barranco fuera desalojado de la Casa de la Villa en 1989 tras una moción de censura de PP y CDS que convirtió a Rodríguez Sahagún en alcalde.
El PSOE volvió a apostar por Juan Barranco en 1991 -el PP ganó por mayoría absoluta y Álvarez del Manzano se convirtió en alcalde de la ciudad- y en 1995. Pero, a partir de ahí, cada contienda electoral ha presentado un cartel nuevo.
Seis candidatos diferentes en seis elecciones. Siete si tiene en cuenta ya las elecciones del próximo 28 de mayo y a la aspirante Reyes Maroto.
En 1999, Fernando Morán. En 2003, Trinidad Jiménez. En 2007, Miguel Sebastián. En 2011, Jaime Lissavetzky. En 2015, Miguel Carmona. En 2019, Pepu Hernández.
En 1991 los socialista obtuvieron 21 concejales con Barranco. Después empezó a caer hasta que Trinidad Jiménez consiguió el mismo resultados en 2003. A partir de entonces, caída libre. Hoy tiene 8 concejales, es la cuarta fuerza política y sus perspectivas no parecen ir más allá de sumar dos o tres, como mucho cuatro, a su bancada en Cibeles.
Para la izquierda, la clave de las elecciones municipales estará en Más Madrid. Parte como la fuerza ganadora de las elecciones de 2019, cuando sumó 19 de los 57 ediles en disputa. Su candidata, Rita Maestre, no provoca en la derecha en el centro derecha el rechazo que sí provocan otros candidatos de su fuerza o de Podemos.
En cualquier caso, el control de la pelota lo tiene el PP: gracias a la coalición con Ciudadanos y el apoyo puntual de Vox recuperó la Alcaldía en 2019, tras cuatro años de gestión de la izquierda con Manuela Carmena a la cabeza.

La vicealcaldesa de Madrid, Begoña Villacís.
Los votos de Ciudadanos, clave
Las fuerzas parecen estar equilibradas. Almeida, además, deberá tener en cuenta que los electores, cuando coinciden dos o más elecciones, pueden (y suelen) discriminar el voto. Es decir, no todos los que votan a Ayuso lo votarán a él. Es más probable que todos los que lo apoyen a él apoyen también a Ayuso.
Esto ha pasado ya en muchas ocasiones en Madrid. En 1999, Alberto Ruiz-Gallardón, candidato a la Comunidad de Madrid obtuvo en la ciudad de Madrid 65.000 votos más que su compañero de partido José María Álvarez del Manzano, que revalidó, pese a todo, la Alcaldía.
El análisis electoral en el caso del Ayuntamiento es sencillo: quien logre convencer a los votantes de Ciudadanos se acercará al triunfo. En 2019, la fuerza de Villacís obtuvo 312.536 votos.
Si Ciudadanos no supera los 78.000 votos -o más- se quedará fuera. Todo hace indicar que la mayoría de esos votos irán al PP. Si no es así y la izquierda resiste -aunque bajen unos y suban otros- y mantiene el apoyo de hace cuatro años, puede volver al poder.