El Rey emérito, Juan Carlos I, llegó esta tarde, pasadas las 19:00 horas, al aeropuerto de Peinador (Vigo) y desde allí se trasladó en coche a la localidad de Sanxenxo, donde tiene previsto permanecer hasta el próximo lunes, cuando se desplazará a Madrid para reunirse en el Palacio de la Zarzuela con Felipe VI, la reina Sofía y los demás miembros de su familia antes de regresar a Abu Dabi.
Don Juan Carlos ha sido recibido por su anfitrión, Pedro Campos, al bajar del avión privado y por su hija la Infanta Elena, que lo ha estado esperando en una sala exclusiva de la terminal gallega. La Infanta y Campos se han fundido en un abrazo con don Juan Carlos nada más aterrizar. Él bajó despacio la escalerilla, por su propio pie, con dificultad pero sin ayuda de un bastón. Su comitiva salió primero.
El regatista y presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo lo ha aguardado a pie de pista para llevarlo a descansar a su domicilio, en el que se alojará durante sus tres días y cuatro noches de estancia en Galicia. Una casa situada en Sanxenxo (Pontevedra), con espléndidas vistas a la playa de Nanín, en la que, como el propio Campos ha contado esta mañana, donde el padre del Rey Felipe VI reciba a sus amistades más cercanas para saludarle e intercambiar impresiones con él.
El Rey emérito, vestido con un pantalón beige y americana azul marino, y su hija han salido de Peinador en el coche particular de Pedro Campos. Delante iban Campos y Juan Carlos I, que ha saludado al bajar la ventanilla, y detrás la pareja del regatista y la Infanta.
Pasadas las ocho de la tarde, el Rey emérito ha llegado a la localidad pontevedresa. Varias decenas de vecinos les esperaban para recibirles a la altura de la carretera, ya que la Guardia Civil había cortado el acceso a la casa del regatista, donde se encontraban numerosos medios de comunicación. Con banderas de España en la mano, han sido fueron muchos los ciudadanos que han aplaudo a Juan Carlos I en cuanto ha llegado, aunque también ha habido protestas.
A su llegada a la altura del callejón por donde han accedido al domicilio de Campos, el Rey emérito ha bajado la ventanilla para saludar a los vecinos que le han aplaudido a ambos lados de la carretera, justo antes de que los periodistas se hayan lanzado a preguntarle cómo se encuentra y qué siente tras casi dos años fuera de España. Juan Carlos no ha contestado, pero sí ha hecho una seña para indicar que todo va bien.
Juan Carlos I hará su primera aparición pública en torno al mediodía de este viernes al acudir a un acto de bienvenida en el Club Náutico de Sanxenxo, donde lo recibirán sus amigos y el alcalde del municipio pontevedrés, Telmo Martín.
El amigo del Rey emérito Pedro Campos, presidente del Real Club Náutico de Sanxenxo, señaló el jueves que don Juan Carlos estaba “muy animado” y con “mucha ilusión” por regresar a España después de casi dos años en Abu Dabi. “Está muy animado, con mucha ilusión de volver a España. Ese es el mensaje principal que me ha trasladado. Luego me ha dicho que quiere ver a la tripulación, Sanxenxo y el mar... todo eso”, comentó a la prensa Campos, quien habló por última vez con el emérito el miércoles por la tarde con él.
El regatista gallego, amigo íntimo de Don Juan Carlos, reveló además que el Rey emérito sabía “perfectamente” que su regreso a España ha generado “muchísima expectación”.
El regreso a España se enmarca en el deseo de don Juan Carlos de "desplazarse con frecuencia a España para visitar a la familia y amigos, y organizar su vida personal y su lugar de residencia en ámbitos de carácter privado", según el comunicado de Zarzuela.
El lunes visitará Zarzuela
El Rey emérito se desplazará a Madrid el lunes, día 23, cuando se verá en el Palacio de la Zarzuela con Felipe VI, la Reina Sofía y los demás miembros de su familia, según ha informado la Casa del Rey en un comunicado.
El hecho de que don Juan Carlos se desplaza a Madrid el lunes para mantener la reunión familiar y ese mismo día tome el avión de vuelta a Emiratos Árabes Unidos corrobora que no pernoctará en la Zarzuela y sólo lo hará en la casa de Campos.
Felipe VI fue quien adelantó que se vería con su padre tras hablar con él por teléfono el pasado domingo durante su breve estancia en Abu Dabi para mostrar sus condolencias por la muerte del anterior jefe de Estado de Emiratos. La Casa Real justificó el que padre e hijo no se vieran en persona en que “las características de la ceremonia” fúnebre no lo hacían posible.
Al día siguiente de la conversación telefónica, fue el periodista Fernando Ónega, amigo de don Juan Carlos, quien desveló el regreso, que consistiría en un viaje breve con parada en Sanxenxo y también en Madrid.
El alcalde del municipio pontevedrés, Telmo Martín, lo confirmó el martes y enmarcó la visita en la regata preparatoria del Mundial de la clase 6m que acogerá dentro de un mes, un título que don Juan Carlos conquistó en las dos últimas ediciones con el “Bribón”. "Nosotros estamos encantados de poder demostrarle el cariño que sentimos por él después de casi dos años de ausencia", dijo Martín.
El regreso a España del anterior jefe del Estado se allanó una vez que la Fiscalía del Tribunal Supremo decidió el pasado 2 de marzo archivar las investigaciones sobre sus presuntos negocios irregulares en el extranjero. La polvareda que provocaron las informaciones sobre cómo gestionó dinero a espaldas del fisco llevó a don Juan Carlos a trasladarse a vivir de manera temporal a Abu Dabi.
Tras la decisión de los fiscales de cerrar el caso, don Juan Carlos comunicó por carta a Felipe VI pocos días después su deseo de regresar a España.
La tormenta política
Todo ello en medio de una fuerte tormenta política en torno a la figura del exjefe del Estado y su regreso a España que parece solo defender el espectro político de la derecha, con un PSOE enfrentado de nuevo a sus aliados de investidura.
El nuevo líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha recibido con agrado el regreso de Juan Carlos I: "Soy absolutamente partidario de que el Rey emérito, si lo considera oportuno, pueda volver a su país. Que yo sepa no tiene ninguna causa pendiente en nuestro país, es ciudadano español y mantiene su pasaporte como ciudadano europeo y, por tanto español".
Vox también estaría en consonancia con el discurso de los populares en torno al regreso de exjefe del Estado, según se desprenden de las palbaras del portavoz de la formación, Iván Espinosa de los Monteros. "Se trata de una persona de nacionalidad española que puede visitar su país cuando quiera, no tiene nada que ocultar pese a los continuos intentos de la izquierda de señalar y acusar falsamente: no hay nada".
Ciudadanos, a través también de su portavoz, Edmundo Bal, ha defendido que el Rey emérito pueda regresar a España como "un ciudadano libre". Aunque cuando comenzaron a conocerse las causas judiciales en torno a Juan Carlos I, los de Inés Arrimadas expresaron su "decepción" con el exjefe del Estado, ahora han llegado a pedir a los ministros de Unidas Podemos que dimitan por "meterse" con la monarquía.
Y con la derecha unida en la defensa del regreso del emérito, el PSOE se limita a asegurar que "no hay nada que objetar", en un intento de mantener una posición de partido en el Gobierno, pero que le distancia -una vez más- de sus socios de Gobierno y aliados de investidura, que critican que Juan Carlos I regresa a su país para participar en una regata, en lugar de para dar explicaciones por sus actividades económicas.
El portavoz socialista, Héctor Gómez, defendió este martes en una rueda de prensa en el Congreso recogida por Efe que este retorno está dentro de los cauces legales y ha mostrado su "máximo respeto" al Rey emérito y a las decisiones de la Casa Real. Gómez manifestó su total confianza en la monarquía y en el "importante" papel que sigue desempeñando y ha incidido en que todas las explicaciones sobre la visita debe trasladarlas la Casa Real.
Críticas de los socios de Gobierno
No piensa lo mismo que el PSOE su socio de coalición, Unidas Podemos, ni la mayoría de los partidos que apoyan la investidura de Pedro Sánchez: PNV, EH Bildu, Más País y Compromís han criticado la próxima visita del Rey emérito.
"No sé si lo mas adecuado es aparecer en una regata", ironizaba este martes el portavoz del PNV, Aitor Esteban, en el Congreso mientras que desde Unidas Podemos, Pablo Echenique, consideraba "infame" un regreso que demuestra que la monarquía "puede delinquir con total impunidad".
La portavoz de Bildu en el Congreso, Mertxe Aizpurua, criticaba que la inviolabilidad "perpetua" de la jefatura del Estado siga sin ser regulada, señalando que "ahora sí se puede decir que se está viendo un espectáculo real, en todas sus acepciones, sin precedentes". "¡Bienvenidos a la edad media!", ironizaba Aizpurua, asegurando que el Rey emérito "viene al Estado a pasar revista, a tomar posesión de sus dominios y si puede ser del mar, también".
Miriam Nogueras, de Junts per Catalunya, se mostraba indignada por que un "rey ladrón" vuelva a España sin ningún problema y que un cantante como Valtonyc, que en sus canciones habla de ese "rey ladrón", esté exiliado y perseguido por la justicia española.
"Si por matar un elefante pidió disculpas, por evadir impuestos y cobrar comisiones ilegales, como mínimo merecía una rueda de prensa dando explicaciones y asumiendo responsabilidades", subrayó también el diputado del PDeCAT, Ferrán Bel, que también reprocha al emérito participar en una regata y no dar explicaciones por todos los "escándalos" que ha protagonizado.
Para Íñigo Errejón, de Más País, la vuelta del Rey emérito es "absolutamente bochornosa" y ha denunciado que "ha perdido el respeto a los españoles, convencido de que puede hacer lo que le da la gana". Según recoge Efe, Errejón ha recordado que la Fiscalía vio indicios de sus delitos, pero que estos habían prescrito o estaban protegidos por la inviolabilidad del rey, y ha reiterado que es el momento de hacer modificaciones institucionales para que no se repitan.
Desde Compromis, Joan Baldoví, ha recalcado que le provoca "vergüenza ajena" que el rey emérito haya dicho que viene a regatear y que está desentrenado, "mientras que a algunos políticos de izquierdas les abren y reabren causas absolutamente nimias".