A poco más de 24 horas de que se inicie el pleno extraordinario del próximo jueves para la convalidación del decreto de ahorro energético y de ayudas, el Gobierno no tiene aún garantizado el apoyo suficiente de la Cámara Baja para su aprobación.
Para salir adelante el decreto, el Gobierno necesita más votos a favor que en contra y, de momento, a duras penas llega a los 160 votos afirmativos, sumando PSOE, Unidas Podemos y, previsiblemente, los votos de Más País, Compromís, Teruel Existe o el Partido Regionalista Cántabro. También es previsible que EH-Bildu se incline por apoyar la medida.
Pero, con todo, la clave está en el sentido del voto de ERC y PNV, que todavía no han desvelado cuál será su posición final. La abstención de ambos partidos no tendría mayores consecuencias, pero un voto en contra sumado a los partidos de derecha que ya han anunciado esta posición podría hacer decaer el decreto.
Las cuentas, en todo caso, están más que justas y hay que echar mano de la calculadora. Y también dependería de otros partidos que, con uno o dos diputados, como BNG, Coalición Canaria o Nueva Canaria deberán optar entre sumarse al voto del “no” para tumbar el decreto, o mostrar su disconformidad con una abstención y no impedir su convalidación.
De hecho, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ejercerá su voto telemático desde Ecuador, donde se encontrará el jueves de viaje oficial. No es que Sánchez lo haya solicitado expresamente, es que el voto de ese pleno será completamente telemático porque todavía no está lista el nuevo panel de votación. Esto añade, además, un nuevo punto de incertidumbre a la votación.
No obstante, como pasó con la reforma laboral, todo va a estar decidido por muy pocos votos, salvo que durante este miércoles los grupos parlamentarios clarifiquen sus posturas.
Para ello, va a ser muy útil la reunión de la Diputación Permanente de este miércoles en el Congreso, a la que acudirán los portavoces parlamentarios de todas las formaciones políticas y que, con toda seguridad, será aprovechado por el Gobierno y por el Grupo Parlamentario Socialista para buscar esa ansiada mayoría.
Además, en esta ocasión se estrenará Patxi López como nuevo portavoz del PSOE y en él recaerá en buena medida una gran parte de la negociación parlamentaria. López está más que experimentado en este tipo de negociaciones tanto en Madrid como en el País Vasco, y no deja de ser un valor seguro en estas circunstancias. Tal vez, por ello, el Gobierno tiene cierta inquietud pero da por hecho que el decreto verá la luz.
Diputación Permanente: tres vicepresidentas y cuatro ministros
Más allá que entre bambalinas antes o después se negocie en torno al pleno del jueves, la Diputación Permanente abordará un total de siete peticiones de comparecencia que afectan a tres vicepresidentas y cuatro ministros.
Lo más probable es que no se apruebe ninguna por la vía de urgencia, es decir, que comparezcan los miembros del Gobierno antes del inicio del periodo de sesiones previsto para el 1 de septiembre, pero sí que den cuenta a la Cámara Baja posteriormente y ya en periodo ordinario.
La mayoría de las peticiones de comparecencia vienen del PP por las que reclaman explicaciones en torno a los incendios de este verano, el aumento de la inflación, la situación hidrológica del país o los datos de empleo. También se llama a la ministra de Defensa por la retirada de agentes del CNI del País Vasco y Cataluña o el despliegue de las tropas españolas por la guerra de Ucrania.
Salvo que los partidos del bloque de la investidura se unan puntualmente a alguna de estas solicitudes, es probable que no salga ninguna adelante.