“El PSOE, para más garantías, tiene una serie de procedimientos internos, de trabajos para conformar esa posición por la que pasarán todas estas decisiones y por la que podrán expresarse todos los militantes tengan la condición que tengan”.
Con estas palabras, la ministra Portavoz Isabel Rodríguez, en respuesta a una pregunta sobre el posicionamiento del ex presidente Felipe González a los acuerdos con Carles Puigdemont en torno a la amnistía o el derecho de autodeterminación, pareció apuntar a que la militancia socialista podrá pronunciarse sobre los hipotéticos acuerdos que se alcancen con Junts per Catalunya de cara a la investidura de Pedro Sánchez en una consulta.
Los Estatutos del PSOE y los reglamentos que lo desarrollan recogen que cualquier pacto de gobierno o que acuerde facilitar que otro partido gobierne, ya sea a nivel municipal, autonómico o nacional, tiene que ser sometido a una consulta a la militancia, que será vinculante y de obligado cumplimiento. Sin embargo, nada precisa de un acuerdo de investidura.
No obstante, entre las competencias de la Ejecutiva Federal del PSOE está “convocar las consultas a la militancia sobre aquellos asuntos de especial trascendencia que se determinen reglamentariamente”. Es decir, la dirección federal tendrá la última palabra.
Curiosamente, en los Estatutos sí se precisa que dicha consulta a la militancia será obligatoria “sobre los acuerdos de Gobierno en los que sea parte el PSOE o sobre el sentido del voto en sesiones de investidura que supongan facilitar el gobierno a otro partido político”, pero no se precisa con exactitud si también sería obligatorio sobre los acuerdos alcanzados para la investidura del propio candidato socialista.
Lo que también establecen los Estatutos del PSOE es que dichas consultas a la militancia “serán, con carácter general, vinculantes”, y “el resultado de las consultas vinculantes será de obligado cumplimiento para aquellos que deban adoptar las medidas necesarias para ejecutar el objeto de la misma”.
Ferraz ganó todas la consultas
Desde la llegada de Pedro Sánchez a la secretaría general del PSOE se han formulado dos consultas a la militancia sobre acuerdos de Gobierno y las dos las ganó Ferraz, es decir, la dirección federal.
La primera vez, además, fue una decisión precisamente sobre la investidura de Pedro Sánchez, que adoptó previamente la Ejecutiva y que, además, no situaba al líder del PSOE en una situación cómoda. En concreto, en febrero de 2016 se preguntó: “El PSOE ha alcanzado y propuesto acuerdos con distintas fuerzas políticas para apoyar la investidura de Pedro Sánchez a la Presidencia del Gobierno. ¿Respalda estos acuerdos para conformar un Gobierno progresista y reformista?". A ella sólo cabía responder sí o no. Y el acuerdo alcanzado era con Ciudadanos, lo que ni siquiera se especificaba en la pregunta, de cara a una investidura que luego resultó fallida.
En aquella consulta el 78,97% de las bases del partido respaldó el acuerdo que Sánchez había alcanzado con Ciudadanos en la consulta a la militancia planteada por la Ejecutiva..
La participación ascendió a un 51,7% del censo, lo que hizo respirar a la dirección pues así se legitimaba más el resultado, y se temía una movilización mucho menor
La segunda consulta fue en noviembre de 2019 para ratificar los pactos para formar un Gobierno de coalición con Unidas Podemos, en aquella ocasión la militancia del PSOE avaló de forma abrumadora el pacto entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias para formar un gobierno de coalición progresista”. En concreto, el 92% de los afiliados que participaron en la consulta apoyaron el pacto con la formación morada. La participación alcanzó el 63,1%, es decir casi 12 puntos más que la del referéndum interno del pacto con Ciudadanos en febrero de 2016, que fue del 51,7%.
A nadie se le escapa que una consulta, si finalmente se alcanza un acuerdo con Puigdemont en torno a la investidura y basado en una ley de amnistía, no será fácil de digerir para la militancia del PSOE y hay un cierto riesgo para Sánchez. No obstante, todo indica que estará obligado a hacerlo y, en estos casos, el líder socialista no se esconde.