La vicepresidenta del Gobierno, Yolanda Díaz, explicó que se acostó muy tarde el jueves (el día de la estrambótica aprobación de la reforma laboral), y que se levantó muy pronto el viernes. Y este lunes presidió a primera hora la reunión del diálogo social para la subida del Salario Mínimo Profesional (SMI) para 2022 con la pretensión de lanzar un mensaje claro: “El diálogo social sigue”.
Y si fue inusual que Díaz presidiera la reunión del SMI antes de dejar trabajar a los técnicos del Ministerio, los sindicatos y la patronal, más lo fue que luego compareciera en rueda de prensa para dar explicaciones. Pero, lo hizo.
Así, Díaz indicó que le gustaría que el SMI subiera a 1.000 euros este año, aunque la propuesta del Ministerio se ha quedado en 996 euros. También dijo que tendrá carácter retroactivo desde el 1 de enero, y que la intención del Gobierno es aprobar en un Consejo de Ministros esta subida en breve, posiblemente antes de que acabe febrero.
Díaz, consciente de que la patronal se opone frontalmente a otra subida del SMI, dijo que no se atrevía a vaticinar si habrá un acuerdo bipartito o tripartito, pero lo que sí aseguró es que el Gobierno cumplirá el objetivo de que el salario mínimo llegue al 60% del salario medio en 2023, lo que ahora se calcula en unos 1.063 euros.
Pero otra gran parte de su rueda de prensa giró en torno a la votación del jueves sobre la reforma laboral. En este sentido, la vicepresidenta segunda volvió a insinuar que hubiera dimitido de no aprobarse la reforma, aunque sin decirlo expresamente: “Si la norma no hubiera salido adelante, yo hubiera sido coherente con mis posiciones en el Gobierno de España”. Y añadió: “Pero, paso página”.
No obstante, esta reflexión le valió para criticar la actitud de sus habituales socios de Gobierno que, en su opinión, “creían que no había peligro, aunque yo sabía que dejar el resultado final en manos de dos diputados de UPN era extremadamente peligroso”, dijo.
Para Díaz, de lo ocurrido el jueves en el Congreso hay que sacar lecciones “porque se ha puesto en peligro la vida de millones de trabajadores de nuestro país, y con las cosas de comer no se juega”, afirmó.
La mesa del diálogo social para la subida del SMI se volverá a reunir el próximo miércoles donde, en principio, debe salir ya un acuerdo o un desacuerdo. Pero Díaz insiste en que se seguirá negociando hasta el último minuto en busca de un nuevo acuerdo social.
Los sindicatos tienen todas las de ganar, porque previamente habían pedido una subida salarial de 1.000 euros para 2022. La patronal, lo más probable, es que vuelva a descolgarse como hizo en la última negociación, por su negativa total a cualquier subida del Salario Mínimo tras los incrementos que ha habido en los últimos años y que suponen un incremento del 31%, según dijo la propia vicepresidenta.
Lo que no cabe duda es que este compromiso de los socios del Gobierno de coalición se cumplirá al final de la legislatura, y hasta Yolanda Díaz dijo que la propuesta puesta sobre la mesa y el objetivo final a conseguir es el de todo el Ejecutivo y el de Pedro Sánchez.