1 DE OCTUBRE

Cinco años del 1-O: de lo que parecía la ruptura de España al fin de la unidad del independentismo

El 1 de octubre de 2017, el independentismo catalán amenazó con romper el "orden constitucional" de un país; cinco años después, aparece distanciado, al borde de la ruptura y con un gobierno a punto de poner fin a la ya frágil coalición entre ERC y Junts

1-O. Una persona sostiene un banderín en la manifestación convocada por la ANC con motivo de la Diada

EUROPA PRESSUna persona sostiene un banderín en la manifestación convocada por la ANC con motivo de la Diada

Cinco años después, el 1 de octubre de 2017 sigue siendo una fecha que marcó un antes y un después en la historia de Cataluña y también de España. Aquel independentismo que lanzó un pulso al Estado, que amenazó con la ruptura de un país y que dejó sin autonomía a Cataluña durante siete meses, aparece ahora, en 2022, sin unidad, con un Govern al borde de la ruptura y con nueve condenas a prisión por delito de sedición.

El origen de todo hay que buscarlo en el famoso Estatut y en la lectura del mismo que hizo el Tribunal Constitucional (TC). La frustración que generó en la sociedad catalana el recorte de la justicia sobre el Estatut llevó a Artur Mas a convocar, en noviembre de 2014, una consulta soberanista -no vinculante y sin el aval del Estado-.

Esa consulta, fue el anticipo de unas elecciones en 2015 que fueron planteadas como un plebiscito sobre la independencia de Cataluña.

El independentismo logró en aquellas elecciones la mayoría absoluta -en escaños, que no en votos-. Mas fue sustituido como president, en una auténtica solución de compromiso, por Carles Puigdemont que decidió poner en marcha su particular hoja de ruta hacia la independencia.

Se trataba de la conocida vía escocesa, mediante la cual, la Generalitat ofrecía al entonces Gobierno de Mariano Rajoy acordar las condiciones del referéndum para la autodeterminación. La vía escocesa no funcionó.

Así que la preparación del referéndum del 1 de Octubre comenzó a fraguarse casi en la clandestinidad con Carles Puigdemont y Oriol Junqueras como cabezas pensantes, junto con los líderes de la ANC y Òmnium Cultural. Su primera acción, la aprobación de la Ley del referéndum; a la que siguió la reacción: el recurso del Gobierno y la admisión a trámite del mismo por parte del Tribunal Constitucional, que llevó a la suspensión de dicha ley. El Govern no solo hizo oídos sordos a la resolución del Constitucional, sino que llamó a la desobediencia.

Agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil fueron desplegados en Cataluña para trata de imperdir, en coordinación con los Mossos la votación. Muchos de los agentes estuvieron alojados en barcos, uno de ellos imposible de olvidar con la imagen de 'Piolín' en uno de los lados de la embarcación.

Y llegó el 1-O de 2017

Más de cinco millones de catalanes fueron llamados a las urnas en diferentes locales de votación, bajo un censo universal y muchos de ellos ocupados con anterioridad por activistas independentistas ante el temor de que no les dejaran entrar el día de la votación.

La tensión de la jornada se palpó ya a primera hora de la mañana, cuando los Mossos, con Josep Lluís Trapero al frente, se limitaban a levantar actas ante la multitud de personas que acudían a votar, sin requisar urnas ni cerrar colegios, pese a la ilegalidad del referéndum. Ante estos hechos, Policía Nacional y la Guardia Civil entró en acción.

Las cargas policiales comenzaron a repetirse, en diferentes puntos de Cataluña, unas imágenes que ocuparon buena parte de los informativos nacionales e internacionales y que los independentistas emplearon para deunciar la "represión" del Estado español: 800 personas heridas, según la Generalitat; 400 agentes heridos, según el Ministerio de Interior.

La jornada finalizó con un recuento de más de dos millones de votos que dieron la victoria a la independencia con el 90%

Dos días después, el 3 de octubre, miles de personas protestaron en Barcelona para reivindicar el 'sí' a la independencia. Pero ese día pasó a la historia por el mensaje del rey Felipe VI a la nación en el que llamaba a asegurar el "orden constitucional".

El 27 de octubre se vivió también la histórica -aunque simbólica- declaración unilateral de la independencia de Cataluña, que provocó la aplicación, por primera vez,  del artículo 155 de la Constitución, que llevó a la convocatoria de elecciones anticipadas en Cataluña, a la suspensión de la autonomía durante siete meses, la rocambolesca huída de Puigdemont  y  las posteriores nueve condenas de prisión a los líderes del Procés.

Y llega el 1-O de 2022

España afrontaba esos días su mayor crisis política desde el final de la dictadura y en el ánimo de todos pesaba la posibilidad de que el orden constitucional y la unidad del Estado se rompiera por el independentismo. Pero cinco años después de ese 1 de Octubre de 2017, el Centro de Estudios de Opinión de Cataluña  revela que el 52% de los catalanes es ahora contrario a la independencia, un número alejado del 47% de los catalanes partidarios en 2017.

Cinco años después de ese 1-O, la coalición del Gobierno de la Generalitat entre ERC y Junts se tambalea, la CUP critica toda la estrategia llevada a cabo en torno a la independencia y ANC y Òmnium toman cada una caminos distintos. ¿Por qué ha pasado el independentismo catalán de poner en jaque a todo un Estado a perder toda su unidad?

Hay que recordar que aunque los partidos independentistas sumaron mayoría en las últimas elecciones autonómicas celebradas en 2021, la coalición pende de un hilo.

Y básciamente por la propia negociación de la independencia: ERC es partidaria del diálogo con Madrid y Junts cree que negociar es igual a perder el tiempo, ya que el Estado nunca va a contemplar el referéndum.

Este miércoles ese hilo tembló. El presidente del Govern, Pere Aragonès (ERC), destituía al vicepresidente, Jordi Puigneró (Junts), por una cuestión de confianza, poniendo en riesgo la coalición independentista.

En otro lado del independentismo, la ANC se hacía oir en la Diada, fiesta regional catalana del 11 de septiembre, con una manifestación mujy crítica con el propio Govern, cuyos representantes no acudieron.

¿Qué fue de Puigdemont, Junqueras y 'los Jordis'?

Cinco años después, los protagonistas de aquel 1-O también han recorrido diferentes caminos.

  • La cara más visible de aquel momento, Carles Puigdemont, ha visto como su protagonismo ha ido perdiendo fuerza en estos cinco años. Tras ser destituido, huyó a Bélgica, donde reside. La distancia ha mermado su influencia política. Actualmente es eurodiputado de JxCat y presidente del Consejo de la República. Ya no tiene relación con Junqueras.
  • Oriol Junqueras ha pasado de ser vicepresidente del Govern y conseller de Economía y hombre clave en toda la logística del 1-O a cumplir condena de cárcel y quedar inhabilitado para ejercer un cargo público, pese al indulto. Sigue liderando ERC. Es uno de los que apuestan por el diálogo como solución.
  • Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, 'los Jordis'. Eran líderes de la Asamblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, respectivamente. Su rol fue decisivo al frente de las principales entidades civiles y como miembros del "Estado Mayor" que asesoraba al Govern. Sànchez fue además uno de los cerebros del 1-O, como persona que encargó la compra e importación de urnas desde China. Fueron los primeros encarcelados del procés y recibieron una dura condena judicial, tras la polémica imagen de ambos subidos al techo de un vehículo policial en una manifestación. Tras el indulto, Sànchez optó por la política y lideró JxCat hasta junio de este año. Cuixart no dejó el activismo y presidió Òmnium, hasta que este año se mudó a Suiza para encabezar la rama internacional de la entidad, tal y como informa Efe.

Llamada a la unidad y al cambio

Esta pérdida de unidad del independentismo catalán también tiene su explicación más allá del Procés. Y es que el contexto social y político ha cambiado y mucho en Cataluña, y en España. La pandemia, el coste de la vida, la inseguridad en las calles han ido dejando a un lado el sentimiento de independencia: ya no es la prioridad para muchas personas.

Conscientes de esa pérdida de unidad, los independentistas se han movilizado para cerrar filas en una aparente muestra de cohesión. Las redes sociales han sido estos días previos al aniversario un hervidero con llamamientos a la participación en los actos de este 1-O.

Figuras políticas como el conseller Lluís Puig, el cantautor Lluís Llach o el propio Carles Puigdemont, han animado a acudir a la convocatoria para reivindicar y "defender" "el acto de desobediencia civil más importante desde la Guerra Civil", según defiende la expresidenta del Parlament Carme Forcadell.

Pero también se están movilizando en pro del cambio. El sábado 17 de septiembre, el Colectivo Primero d'Octubre de ERC movía también ficha con un llamamiento abierto a toda la militancia a buscar alternativas a la actual dirección de Oriol Junqueras y su secretaria general, Marta Rovira, criticando que se han ido "alejándo de los objetivos del referéndum del 1 de octubre".

 

La lengua, punto de unión

Durante estos cinco años de deriva independentista, la lengua ha parecido ser el único nexo de unión en el separatismo catalán a través de la cifra del 25% de castellano en las aulas catalanas, un porcentaje fijado por primera vez por el Tribunal Superior de Cataluña en 2014.

La obligatoriedad de impatir el 25% de castellano a todo el sistema educativo unía a finales de 2020 al Govern con los partidos favorables al modelo de inmersión con un único lema: la única lengua vehicular que se debía impartir en las asignaturas era el catalán.

El Gobierno catalán eludió la aplicación de la sentencia con un decreto ley sobre el uso de las lenguas, reconociendo al castellano pero no con caracter "vehicular", rechazando la aplicación de cualquier porcentaje de uso de lenguas en las escuelas.

El TSJC vio "fraude de ley" de la Generalitat en el momento que eludía la aplicación de la sentencia.

Sobre el autor de esta publicación

Sara Taboada

Sara Taboada (Madrid, 1974). Aprendió el oficio en sus primeras prácticas en El Diario de Burgos. Ha trabajado en La Estrella Digital y como jefa de prensa de la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha. En República.com firma noticias relacionadas con política, internacional y medio ambiente.