El mito de Putin
Se esgrime la cuestión sobre la cuantía de las bajas rusas en el curso de la primera fase de la invasión de Ucrania por Vladímir Putin. En un ambiente mixto de miedo y desconfianza que, por una parte, oprime a la población ucraniana, sacudida por los inmisericordes embates de la artillería rusa y, por otra, atenaza el ánimo público mundial, la propaganda del Kremlin hace anuncios escandalosamente triunfalistas sobre la marcha de la campaña militar, pero las evidencias señalan una cosa bien distinta.
Lo que Putin planteó inicialmente como un paseo militar se está resolviendo en un doloroso rosario de atascos que podría dar al traste con sus planes y propósitos.
Este escenario ha obligado a Rusia a una profunda reconsideración que incluye la expectativa, cada vez menos probable, de una mayor implicación por parte de China en la tensión con Oriente-Occidente.
Pero lo cierto es que tanto la feroz resistencia ucraniana, como la unidad que Europa ha demostrado (para sorpresa de propios y extraños) parecen estar definiendo un nuevo rumbo en los equilibrios geopolíticos globales. Todo ello deja un escenario plagado de incógnitas que, en todo caso, va comprometiendo (y disolviendo rápidamente) el mito de Putin.