Los talibanes ocupan 17 capitales afganas
Las caídas en racimo de 17 capitales afganas en manos de los talibanes coronan en fracaso de la acción norteamericana en esa parte de Asia, coparticipada por sus socios de la Alianza Atlántica, tras el abandono de la ocupación militar por parte de las tropas estadounidenses.
La gravedad de la marcha atrás en la política exterior de Washington contra el radicalismo en la zona viene definida por el menosprecio de las vidas perdidas allí en los sabidos combates contra los insurgentes, a las que hay que hay sumar las muertes ocasionadas a la población civil; además, en ese orden de decepciones, tales prácticas se añaden ahora a las ocasionadas por los daños en el clima fruto del abandono de la anterior administración del Acuerdo del Clima de París, protagonizado por el inefable predecesor de Biden.
Dentro del problema de Afganistán es de señalar el temor de la comunidad internacional a que la ofensiva talibán, causando un movimiento migratorio sin precedentes -en clave de huida por la presión del régimen islámico-, lleve a un desastre humanitario como el sobrevenido en Siria.
Este fiasco militar estadounidense, que se une a su larga lista histórica de operaciones fallidas, deja tras de sí un complicadísimo puzzle, un caos regional que otros tendrán que venir a enmendar y a sufrir.