España va a votar, otra vez, el 23 de julio, en pleno verano y en uno de los meses donde se registran las temperaturas más altas en el país. En muchas zonas de la Península se acudirá a las urnas con más de 40 ºC, lo que convierte el calor en uno de los factores que más puede condicionar el resultado de las elecciones generales adelantadas para el 23J.
Sin ir más lejos, el mes de julio de 2022 fue extremadamente cálido, con una temperatura media que resultó ser la más alta registrada en España no solo en julio, sino en cualquier mes desde el año 1961, según recoge el propio Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Con estos antecedentes, desde la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) se prevé una situación climática similar para este 2023. Su portavoz, Rubén del Campo, ya ha avanzado que el día de los comicios, el 23 de julio, se sitúa en la época más cálida del año en España, que normalmente comprende el periodo del 15 de julio al 15 de agosto.
Según los registros de la AEMET, los días de máximo calor del año en el conjunto de España siempre se suelen dar, de media, entre el 27 de julio y el 1 de agosto. Ambas fechas están muy próximas a la cita electoral del 23 de julio, por lo que lo más probable es que que las elecciones generales se celebren con temperaturas elevadas o muy elevadas.
Así, la temperatura media de las máximas un 23 de julio se sitúa de la siguiente manera en diferentes ciudades, todas con un registro alto: en Madrid y Zaragoza suele estar en torno a los 33ºC; en Sevilla es de 37ºC; 30ºC en Valencia; 29ºC grados en Santa Cruz de Tenerife; 28ºC en Barcelona; 23ºC en La Coruña.
El 23J, especialmente caluroso
La AEMET destaca además que, durante los últimos años, el 23 de julio ha sido una jornada especialmente calurosa, siendo el 23 de julio de 2022 una de las fechas a recordar por las efemérides del clima.
- El 23 de julio del año pasado, España estaba bajo la ola de calor más importante hasta la fecha con registros de hasta 44ºC en localidades como en Córdoba y de 40ºC en Madrid.
- En el año 2021, la máxima temperatura del 23 de julio alcanzó los 42ºC en Granada y los 40ºC en varios puntos del valle del Ebro.
- En 2020, la jornada del 23 de julio también superó los 40ºC en zomas de Andalucía y los 38ºC en varias localidades de la Comunidad de Madrid, así como en el sur de Galicia.
Con estas previsiones, la probabilidad de que las altas temperaturas se instalen en la Península y en las islas es más que elevada, por lo que convertiría el calor en un factor electoral clave para los resultados de los comicios.
El tiempo y la participación
Las condiciones meteorológicas siempre afectan a la vida diaria y también a una jornada electoral. El hecho de que llueva o haga calor determina los planes de la población más comunes, desde ir o no a trabajar en coche o hacer deporte, por lo que el tiempo también determina los planes ante una cita con las urnas y eso se traduce en una baja o alta participación.
Todos los estudios demoscópicos tienen en cuenta cuál es la previsión del tiempo a la hora de realizar su propio sondeo de participación en unas elecciones debido a la clara relación entre el acudir a las urnas y el resultado de los comicios.
Son la población de mayor edad y los indecisos en los que las situaciones meteorológicas influyen hasta el punto de que condicionen si acuden o no a las urnas.
No obstante, en España hay pocos estudios sobre esta cuestión. Hay que remitirse a la publicación de J.A. Caselles, de la Universidad Complutense de Madrid, recogida por El Tiempo.es, en la que se analiza la participación y la propia elección de los votantes entre los dos partidos predominantes (PP y PSOE) en las elecciones municipales desde 1987 a 2011.
El estudio concluye así que la meteorología adversa se traduce en un menor nivel de participación.
En concreto, el estudio de Caselles muestra que la participación electoral suele ser medio punto porcentual menor en aquellos lugares donde llueve, respecto a aquellos sitios donde no hay precipitaciones en el día de las elecciones.
El estudio revela además que la meteorología no afecta por igual a todos los partidos: los partidos más conservadores se benefician más por la presencia de lluvia, ya que sus votantes se ven menos afectados por el aumento de los costes de ir a votar con condiciones adversas.
Elecciones en verano
Sin embargo, pocos estudios contemplan los efectos que puede provocar el calor en una jornada electoral en cuanto a intención de voto.
Y es que la convocatoria de elecciones en verano no es habitual en nuestro país, no sólo por las elevadas temperaturas, sino porque la mayoría de los españoles eligen los meses de julio y agosto para emprender la gran salida del verano a sus destinos vacacionales.
Desde la llegada de la democracia a España, solo dos citas electorales generales han tenido lugar en verano y nunca en el mes de julio.
- La primera celebración de elecciones en España en verano fue en 1986, un 22 de junio. En aquella ocasión, el PSOE, con casi nueve millones de votos, y 184 diputados, fue el ganador de las generales.
- La segunda tuvo lugar en 2016, un 26 de junio, después de que las Cortes no invistieran a ningún candidato. Fue el PP de Mariano Rajoy el ganador de aquellos comicios.
En julio de 2020, Galicia y País Vasco sí celebraron elecciones, aunque autonómicas, el 12 de julio. No obstante, al ser territorios situados al norte del país y en plena pandemia del COVID-19, el calor no fue una de las cuestiones que más preocupó en aquellos comicios, los primeros que se celebraron tras la nueva realidad del coronavirus.