En un inesperado movimiento el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha agitado el tablero político al adelantar por sorpresa las elecciones generales al 23 de julio. En una declaración institucional, el líder del PSOE, que ha asumido en primera persona la debacle socialista y el retroceso de las fuerzas progresistas este 28M, ha señalado que las urnas son la mejor manera de clarificar la voluntad de los españoles ante un mapa nacional teñido con "nuevas mayorías conformadas por el PP y por Vox".
En menos de 12 horas, Sánchez ha tratado de dar la vuelta a la victoria de la derecha, plantándole una inesperada campaña electoral, en la que buscará cambiarle el paso y vincular a Alberto Núñez Feijóo con Vox. Una convocatoria que abre un nuevo escenario político y que ha pillado con el pie cambiado, además de a los grandes ganadores de la noche, PP y Vox, también a Podemos y el proyecto Sumar de Yolanda Díaz -obligados a entenderse en tan solo 10 días-, y a Ciudadanos -sin candidato y prácticamente arrasado tras perder este domingo el 85% de sus concejales en toda España y quedarse fuera de todos los parlamentos autonómicos en liza.
Los populares protagonizaron este domingo un vuelco en las municipales, ganando al PSOE por cerca de 750.000 votos y recuperando hasta seis comunidades autónomas, entre ellas la emblemática Comunidad Valenciana. Un "resultado incuestionable", tal y como lo ha definido la presidenta madrileña Isabel Díaz Ayuso, aunque en un gran número de ciudades y autonomías los de Feijóo necesitan el apoyo de Vox, una formación que ha reiterado tras la noche electoral el mismo mensaje que ha estado jaleando durante toda la campaña: no aceptará "chantajes" ni tampoco dará ningún apoyo gratis.
Una inflexible postura que obligará al PP a iniciar una ronda de complejas negociaciones con el partido de Santiago Abascal para asegurar que la derecha gobierne en el máximo de lugares donde ambas fuerzas sumen mayorías absolutas. Sin embargo, el adelanto electoral de Sánchez podría condicionar, al hacerlas coincidir con la precampaña, estas negociaciones de cara a investiduras y los posibles pactos de Gobierno en cinco de las comunidades que los populares han arrebatado al PSOE -Extremadura, Cantabria, Aragón, Baleares y Comunidad Valenciana-, donde necesitan el apoyo de Vox, y en menor medida en la Región de Murcia donde bastaría con su abstención.
A ello se suma la negociación en hasta 18 capitales de provincia, donde Vox es decisivo para la suma de mayorías absolutas. En Andalucía, el PP deberá buscar su apoyo para ser elegido en primera vuelta en Sevilla, donde ha triplicado el resultado, en Huelva y en Córdoba. Los 'populares' también necesitan sus votos en Toledo, Guadalajara y Ciudad Real en Castilla-La Mancha; en Cáceres; en Valencia, Castellón y Alicante, las tres provincias de la Comunidad Valenciana; y en Segovia, Valladolid y Burgos en Castilla y León. También habría mayoría de PP-Vox en el Ayuntamiento de Oviedo; en los de Huesca y Zaragoza en Aragón; y en el Consistorio de Palma, en Baleares.
La precampaña coincidirá con el plazo en el que se constituyen los Ayuntamientos, el próximo 17 de junio, y los Parlamentos autonómicos, a partir del 13 de junio. Aunque en algunos casos la formación de los gobiernos regionales puede retrasarse, la constitución de las Mesas de los Parlamentos dará ya una pista de las negociaciones del PP en este sentido.
Feijóo tendrá que decidir si acude a las urnas el próximo 23 de julio con estos pactos ya formalizados en estas comunidades y ayuntamientos, o bien trata de postergarlos tras reflexionar sobre cómo pueden afectar a la campaña electoral y las generales. Más teniendo en cuenta que estas negociaciones con la ultraderecha será una de las banderas que tratará de agitar la izquierda de cara a esos comicios. Sin embargo, el PSOE tampoco se libraría de la polémica de los pactos, ya que en Navarra PSOE y Bildu se necesitan respecto al Gobierno foral y a la alcaldía de Pamplona.
De momento, el líder del PP mantiene su oferta al PSOE de un acuerdo recíproco para que gobierne la lista más votada, aunque también ha matizado en su comparecencia este lunes que respetará las alianzas que puedan producirse en aquellas autonomías donde sus candidatos han desbancado al PSOE. Propuesta que el PSOE probablemente rechazarán, lo que permitirá a Génova tratar de responsabilizar a los socialistas de sus acuerdos con Abascal.
Abascal: "Ni chantajes ni apoyos gratis"
En este contexto, Abascal ha asegurado este lunes que su formación tiene "la mano tendida" para llegar a acuerdos con el PP tras las elecciones autonómicas y municipales de este domingo, pero considera que ahora la responsabilidad recae en los 'populares', que deben decidir si quieren formar una mayoría con Vox "u optar por otro camino".
Abascal ha evitado marcar las líneas de Vox en la negociación y ha asegurado que su voluntad es construir "la alternativa" con el PP para echar a Sánchez de La Moncloa y derogar las políticas "nocivas" de la izquierda. Para ello, dará unas directrices a sus direcciones regionales para abrir las conversaciones con el PP, con el mismo discurso en todos los territorios. "Nuestra mano está tendida, hoy no es día de exigencias, ultimátums ni palabras gruesas", ha explicado con la esperanza de encontrar en el otro lado "respeto, altura de miras, responsabilidad y patriotismo".
En este contexto, ha asumido como "un deber" la construcción de esa "alternativa" y ha asegurado que Vox se entregará a ello "en cuerpo y alma". Por ello, ha evitado marcar líneas rojas y ha insistido en que el PP, en aquellos sitios donde ha ganado pero no tiene mayoría para gobernar, es el que debe decidir si está dispuesto a hablar con Vox o quiere "optar por otro camino".
Más allá de dilema que enfrenta Feijóo, Génova pone el foco a su vez en el de Vox que aunque no regalará sus votos tampoco podría permitirse apuntalar a la izquierda antes de unas generales. En cualquier caso, en el PP ya se ha asumido que los pactos con Vox apenas le penalizan, tras haber cruzado esa línea roja con el Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León. En cualquier caso, el PP seguirá centrándose en apelar al voto útil del centroderecha en torno al PP frente al sanchismo y sus aliados.