El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, volvió a sorprender y a tomar una decisión impulsiva, como le ha caracterizado durante toda su trayectoria política. No dio tiempo al PP a asumir su victoria, ni a escuchar reproches de su partido, ni a un análisis más sosegado de las votaciones del pasado domingo. A las 9:00 horas se anunciaba que se retrasaba la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE, a las 10.15 horas se convocaba a los medios para una comparecencia de Pedro Sánchez en La Moncloa sin preguntas; y a las 11.15 horas el presidente del Gobierno anunciaba la convocatoria electoral para el próximo 23 de julio.
Sánchez, con gesto serio, empezó afirmando: “Acabo de mantener un despacho con su majestad el rey en el que he comunicado al jefe del Estado la decisión de convocar un Consejo de Ministros esta misma tarde para disolver las Cortes y proceder a la convocatoria de elecciones generales".
Y, a continuación, explicó la decisión. "He tomado esta decisión a la vista de los resultados de las elecciones celebradas ayer porque el sentido del voto traslada un mensaje que va más allá, y por eso como presidente del Gobierno y también como secretario general del PSOE asumo los resultados en primera persona y creo necesario dar una respuesta y someter nuestro mandato democrático a la voluntad popular. Creo que la mejor salida es dar la palabra a los españoles para que expresen en las urnas su voluntad", afirmó.
Sánchez va a por todas
Sánchez, según fuentes internas, no va a las elecciones ni con espíritu derrotista ni las da por perdidas. Y, según dichas fuentes, lo que ha venido a decir es que si de verdad se quiere derogar el “sanchismo” que eso lo digan los ciudadanos.
Además, en el PSOE se está empezando a analizar que no está tan claro que PP y Vox tengan mayoría absoluta en unas generales. En este sentido, se apunta que tanto en el País Vasco como en Cataluña la participación ha sido muy baja el pasado domingo, y que son territorios muy favorables a los socialistas.
Sánchez, en contra de lo que se decía, ha sacrificado ser el presidente de la Unión Europea el próximo semestre -que lo hubiera sido durante todo el periodo si hubiera convocado elecciones en diciembre- y, por el contrario, otro reto que ya expresó este lunes en su comparecencia, será pedirle a los ciudadanos que el próximo 23 de julio también decidan quién prefiere que represente a España en este periodo.
Además, Sánchez asumió la responsabilidad de los malos resultados del domingo y asume las elecciones como una obligación política porque cree que a él le toca dar la cara. Y no hay ninguna duda que será el candidato socialista aunque formalmente se abra el proceso de primarias en el partido.