Terror en Uvalde (Texas)
Conmoción en los EEUU por la matanza de 19 niños y dos profesoras en un colegio de la localidad de Uvalde, en Texas, perpetrada por un joven de 18 años , Salvador Ramos, quien antes de dirigirse a la escuela asesinó a su abuela y que finalmente y tras el ataque fue abatido por la policía.
Estamos ante la segunda gran matanza en una escuela de los EEUU ante el estupor de la sociedad norteamericana y de los dirigentes políticos de este país que, empezando por el presidente Joe Biden, claman contra la venta de armas de asalto sin límites y exigen el control de este negocio que ha dejado tras de sí un ingente reguero de cadáveres.
Lo grave de esta situación es que, lejos de provocar un escarmiento, les sirve de aliciente a otros criminales enloquecidos que volverán a repetir semejantes crímenes sin sentido ni justificación alguna, que en este caso parece ser el hecho de que el asesino Salvador Ramos sufrió acoso de sus compañeros en sus años de colegio.
Ante esta situación y el riesgo de que se repita ¿qué hacer? Solo cabe una respuesta y una solución de contención. Poner controles y vigilancia de la policía o de agentes privados de seguridad en todos los colegios y centros de enseñanza, con ayuda de un presupuesto especial del Gobierno de los EEUU e imponer límites y controles a la venta de armamento, sobre todo a los jóvenes.
Y especialmente en lo que se refiere a armas de gran calibre y potencial mortífero como los rifles de asalto y ametralladoras que facilitan este drama y modelo de masacres.
Unas matanzas de niños y personas inocentes que son indicio y prueba de una sociedad norteamericana que, de un tiempo a esta parte, ha perdido muchos de sus valores morales y democráticos y se desliza por la peligrosa senda de los populismos extremos.
Como los que se iniciaron con la llegada de Donald Trump al poder. Y que alcanzaron sus momentos más dramáticos con el asalto al Capitolio de los EEUU por una banda de facinerosos jaleada por el propio presidente Trump.
Lo que no puede ocurrir es que tras lo ocurrido en Uvalde (Texas) no pase nada y no se tomen medidas y decisiones drásticas en la venta de armas y en la seguridad de los centros de educación. Porque eso sería tan grave y tan dramático como la propia matanza que acaba de ocurrir.