La parodia nacional, Bendodo, Aguirre, Emérito y Qatar
El Gobierno y su entorno mediático están recibiendo con una buena traca de petardos al líder del PP y de la oposición Alberto Núñez Feijóo. A quien, por otra parte, su recién estrenado Coordinador General del PP, Elias Bendodo, lo ha metido en un buen lío al decir que ‘España es un Estado plurinacional’, añadiendo a semejante disparate el tal Bendodo que él oyó decir eso mismo a José María Aznar, lo que tampoco es verdad.
Y, naturalmente, Feijóo ha obligado a rectificar a Bendodo y ha tenido que salir a afirmar con firmeza que ‘España es una nación’ y nada más.
Y mientras tanto siguen estallando los fuegos de artificio del tiempo pasado que sin duda fue peor, con las andanzas ‘villarejas’ de Cospedal el martes, y las de Aguirre ayer, en las que la ex presidenta de Madrid Esperanza Aguirre nos confiesa que sus tres ex vice presidentes, Gonzalez, Prada y Granados eran unos corruptos, pero que Granados era muy simpático.
Naturalmente, todo ello bajo el cartel luminoso que Pedro Sánchez encendió en el Congreso de los Diputados la semana pasada y donde con letras de neón se decía algo así: ‘Mangantes en los gobiernos del PP’.
Y estamos seguros de que la traca en cuestión no va a acabar ahí y que van a salir otros artistas de la mangancia, Zaplana, Matas, Rato, etc, e incluso en el PP se temen algún tipo de golpe bajo contra el mismísimo Feijóo.
Y si no, al tiempo, porque Sánchez es implacable y ya está en precampaña electoral de Andalucía y necesita embarrar un poco el terreno de juego para que Juanma Moreno no se acerque a la mayoría absoluta. Estrategia para la que Sánchez necesita mucho ruido, proyección televisiva e inflar el fantasma de Vox, como pronto se verá.
De ahí, también, que haya soltado los lebreles de Podemos para lanzar una campaña preventiva ante el esperado regreso del Rey Juan Carlos a España, donde tiene previsto participar en una regata en Sanxenxo. Lo que solivianta a la izquierda radical y lo considera una provocación, porque consideran que el Rey emérito no debe volver nunca más a España y menos para montarse en un barco de vela con sus amigos.
Y preocupados estamos con la posibilidad de que las ministras y ministros de Podemos se lancen en tromba contra el Emir de Qatar, Tamim Bin Hamed Al Zani, llamándolo ‘dictador y represor de las mujeres’. Lo que sería un gran desastre nacional porque el catarí es un buen ‘aliado estratégico’ de España, como exportador del gas y petróleo que tanto necesita nuestro país en estos tiempos energéticos tan difíciles de sobrellevar.
Vamos, que si el Emir se lo pide a Felipe VI, el monarca español puede que se viera obligado a interceder ante Florentino Pérez para que Mbappé se quede en el PSG, equipo propiedad de Qatar.
En este país vamos de sobresalto en sobresalto como está comprobando Feijóo tras su llegada a Madrid, aunque para Sánchez lo de los sobresaltos forma parte de su estilo de liderazgo y de gestión del Gobierno nacional y él ya está acostumbrado.
Aunque parece que las elecciones de Andalucía, por lo que anuncian las encuestas -una cómoda mayoría para el PP- si que preocupan a Sánchez, aunque aún falta para la noche electoral un poco más de un mes. Pero él ya tiene en marcha la maquinaria electoral y la de triturar a los adversarios a ver si suena la flauta y puede amortiguar en algo la esperada derrota del PSOE y la victoria del PP.