La coalición de Gobierno y los pactos de Sánchez patas arriba
La Junta Electoral de Andalucía ha excluido a Unidas Podemos (UP) -por presentar tarde su documentación- de la coalición ‘Por Andalucía’ con la que un conglomerado de la izquierda radical andaluza pretendía unir a todos los partidos de este sector -con la sola ausencia de Adelante Andalucía de Teresa Rodríguez, que van por su cuenta- en las elecciones del próximo 28 de junio.
Semejante desbarajuste es el resultado de la bronca interna entre UP e IU en Andalucía, por ver quien lideraba esta coalición. Una pelea a cara de perro que ganó IU (con la ayuda de Yolanda Díaz) porque el cartel lo encabezará la dirigente de IU, Inma Nieto. Y ahora falta por ver cómo se incorporan -puede que como independientes- los candidatos de UP a las listas electorales de la coalición en la que han quedado oficialmente excluidos.
Y desde luego hay que ser muy tontos, como han demostrado que son los dirigentes andaluces de UP- para que se le pasaran los plazos y la hora de la presentación de su documentación porque estuvieron peleándose con IU has el último minuto y perdieron el tren.
Estamos ante un incidente de mediana relevancia y pintoresco que da una idea del caos que se ha instalado en Unidas Podemos desde que Pablo Iglesias dejó la política, aunque sigue entrometiéndose permanentemente en la vida y las iniciativas de UP.
Partido donde, además de esta bronca en Andalucía, mantienen un pulso constante con Yolanda Díaz a la que Iglesias propuso para liderar el cartel electoral de UP en las próximas elecciones generales.
Y a la que ahora UP no cesa de entorpecer su estrategia para la formación de una nueva plataforma política porque Iglesias, Belarra y Montero quieren mantener el control del proyecto e imponer su primacía en el pretendido ‘frente amplio’. Lo que puede provocar la retirada de Díaz, o su ubicación en otro proyecto con IU, Más Pais, ECP, Compromis y los verdes.
Las discrepancias con Yolanda Díaz de Belarra y Montero llegan incluso a posicionamientos dentro del Gobierno de Sánchez. Por ejemplo, sobre el envío de armas a Ucrania que apoya Díaz y rechaza Belarra. Y ya veremos si también a favor y contra la celebración de la cumbre de la OTAN en Madrid.
Y todo esto ocurre cuando estas furiosas ministras de UP están pidiendo, desde dentro del Gobierno, el cese de la ministra de Defensa Margarita Robles por el espionaje del CNI a 18 dirigentes catalanes, lo no deja de ser el colmo del disparate en el seno de un gobierno democrático donde unos ministros piden públicamente el cese de otros ante las narices de Sánchez sin que el presidente ponga orden y cese a los ministros de UP.
Un Gobierno desde donde uno partido, que están en el Ejecutivo como UP, exige una comisión de investigación en el Congreso sobre el espionaje del CNI en contra del criterio del Presidente Sánchez y del PSOE. Y lo que se ha salvado gracias a la oposición del PSOE con la ayuda del PP, Cs y Vox.
Y para que no falte de nada Sánchez está intentando, a la desesperada, el recomponer la relación rota con ERC tras conocerse el espionaje del CNI con Pegasus que también alcanzó al propio presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, el que también le pide a Sánchez la cabeza de la ministra Robles y de la directora del CNI, Paz Esteban.
En suma el gobierno de Sánchez y sus pactos de estabilidad política para acabar la legislatura está hecho unos zorros y ofrecen unos espectáculos que desde el PP, tanto Feijóo como Rajoy, han calificado como ‘aquelarre’ y como ‘jaula de grillos’ al tiempo que exigen a Sánchez un adelanto electoral.
Pero Sánchez está dispuesto a comerse todos los sapos que hagan falta con tal de continuar con esta ‘corte de los milagros’ que están a punto de llegar a las manos en medio de este vulgar zafarrancho de todos contra todos. Algo impensable que ocurra en un gobierno de nuestro entorno europeo y que en España está a la orden del día y puede acabar fatal.
Aunque de momento la trifulca no llega a la ruptura, porque entre ellos se pelean pero luego se soportan y se recomponen para seguir disfrutando del poder. Al menos hasta que la situación sea insostenible lo que puede que esté al caer. Y todo ello ante el asombro generalizado de los españoles y de los votantes y los militantes del PSOE que ven el desastre de su Gobierno y que temen que todo ello acabe de muy mala manera y en un santiamén.