Sánchez y Aragonès han hecho las paces
Se han saludado correctamente en Barcelona y han quedado en verse pero todo apunta a que el presidente Sánchez y el presidente catalán Aragonès ya han hecho las paces a pesar que el primero ha espiado al segundo hasta el mismo día de la investidura de Sánchez, que apoyó ERC el 4 de enero de 2020.
Pero esto que el señor de La Moncloa ha pretendido disimular, admitiendo que al él también también le ha espiado un Pegasus, no va conducir a una ruptura entre el gobierno de coalición de España y el primer gobernante de la Generalitat y adjunto de Oriol Junqueras al frente de ERC.
El pacto de legislatura de Sánchez con Podemos, Bildu, PNV y ERC es un pacto de hierro, casi un pacto de sangre. Y por eso que garantiza a todos ellos el disfrute del poder el pacto es prácticamente irrompible. Hay mucho en juego y no serán desavenencias, por bruscas que parezcan como esta del espionaje del CNI a 18 dirigentes catalanes y Aragonés incluido, las que vayan a provocar la ruptura y el adelanto electoral en España.
Y además si las cosas se pusieran mal para Sánchez para eso tiene a Feijóo de bombero institucional, como se vio a la hora de bloquear una Comisión de Investigación que los radicales del Combo Frankenstein querían abrir en el seno del Congreso de los Diputados sobre el espionaje del CNI.
Sin embargo la extrema izquierda y los separatistas todavía insisten en pedir las cabezas de la ministra de Defensa, Margarita Robles, y de la directora del CNI, Paz Esteban, para que se ‘depuren responsabilidades’. Y parece claro que Robles no va a caer y ya veremos si Sánchez cesa a la directora del CNI para entregar su cabeza a los enemigos de España, lo que sería por parte del presidente una concesión excesiva y de consecuencias insospechadas.
Porque a fin de cuentas Paz Esteban hizo lo que tenía que hacer -y con la autorización y conocimiento de Sánchez- tras los acontecimientos violentos que se desataron en Barcelona en el otoño de 2019 cuando se conoció el fallo de la sentencia condenatoria del Tribunal Supremo contra los jefes del golpe de Estado catalán.
Y si Sánchez cesa a Esteban y entrega su cabeza a Aragonés eso retumbará en toda España. Y especialmente en el seno del CNI donde el malestar y la indignación, por todo lo que está pasando, no cesa de crecer. Y en ese mundo opaco de los espías la posibilidad, no descartable, de que alguien decida el revelar más información y datos del contenido de los espionajes en cuestión puede convertirse en una bomba política y mediática imposible de controlar y con una onda expansiva descomunal.
Y eso imaginamos que Sánchez también se lo advertirá a Aragonés porque esas revelaciones podrían provocar un estruendo en Cataluña y en el resto de España, y ahí incluido especialmente en el electorado del PSOE.
De manera que todo apunta a que Sánchez y Aragonés ya han hechos las paces o las van a hacer en los próximos días una vez que pase este fin de semana y que se vaya desinflando la crispación. La que, en ningún caso, va a poner en peligro el pacto de legislatura de Sánchez con UP, ERC, PNV y Bildu por la cuenta que les trae a todos ellos y el enorme beneficio que les aporta esta asombrosa coalición.
Y también porque Sánchez les dice a sus ‘compinches’ que si hay adelanto electoral esas elecciones las puede ganar el PP para gobernar con Vox. Y en ese caso el ogro Abascal se comerá crudos a todos los niños de la izquierda y cuando acabe con ellos también se comerá a sus papás.