A ‘la santa’ Margarita Robles se le ve la peana
Es verdad que Margarita Robles está considerada una buena ministra de Defensa, que goza de prestigio en las Fuerzas Armadas y en los ámbitos de la OTAN y la UE. Y que tanto en el ala moderada del PSOE como en el PP se la considera como la ministra constitucional que mejor representa y que más respeta las instituciones de este país, especialmente La Corona.
Y es, desde esta ‘respetable’ posición, desde donde Robles está actuando frente a los ataques que desde dentro del Gobierno los ministros de UP, a los que se suman con fervor los dirigentes de ERC y Bildu, están lanzando contra ella, el CNI y su directora, Paz Esteban, a propósito del presunto espionaje legal a dirigentes separatistas catalanes, el que según Robles no siempre contó con la autorización del juez predeterminado.
Creemos lo que dice la ministra Robles y confiamos que la presidenta del CNI dirá la verdad en la comparecencia que tiene prevista ante la Comisión de Secretos Oficiales. A la que la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, ha dado entrada -por orden del presidente Sánchez- a los diputados de UP, ERC y Bildu, los ‘lobos que se mezclan con las ovejas’ a decir de Emiliano García Page, presidente socialista de Castilla La Mancha.
La ‘manada de lobos’ en cuestión ha pedido la dimisión de Robles y de la directora del CNI -a pesar de que saben que el gran responsable de todo esto es Sánchez- y Robles les ha respondido con firmeza en defensa de la legalidad y la Justicia del país, haciendo un encendido elogio del CNI, de las instituciones españolas y las Fuerzas Armadas, lo que está muy bien.
Pero nada de esto hubiera ocurrido si Sánchez no hubiera metido al lobo de Podemos en el Gobierno -al principio con Pablo Iglesias, el macho alfa de la manada-, lo que se hizo con la bendición y con la complicidad de Margarita Robles, ‘la Santa’ del Gobierno. La que también aplaudió los pactos de la gobernabilidad y estabilidad de la legislatura de Sánchez con PNV, Bildu y ERC y el precio que se pagó por ellos, incluidos los indultos a los golpistas a los que Sánchez, Robles y Esteban ordenaron espiar con Pegasus.
Y ahora resulta que ella misma, Robles, el presidente Sánchez, la ex ministra González Laya -y puede que decenas de personas más- también han sido espiados con el sistema Pegasus -‘donde las dan las toman’- que al parecer utilizó contra ellos el Gobierno marroquí del Rey Mohamed VI, el novedoso aliado de Sánchez en el Sáhara Occidental.
De lo que se deduce que Robles no es tan ‘santa’, ni tan demócrata, ni tan escrupulosa con la Justicia como pregona desde su rol de ‘la buena de la película’ porque si lo fuera no habría entrado en ese Gobierno con UP. O ya hace tiempo que se habría marchado cuando los ministros de Podemos comenzaron a criticar al Rey, la OTAN, la UE, la entrega de armas a Ucrania, el aumento del Presupuesto de Defensa, o la Cumbre de la Alianza Atlántica que se va a celebrar en Madrid, y todo esto de su competencia.
Dirá Robles, ahora en su nuevo papel de víctima de Pegasus, y para sus adentros, a todos lo que piden su cabeza eso de ‘ladran luego cabalgamos’. Pero lo cierto es que más que ladrar aúllan como lobos depredadores que son del sistema democrático y de la Constitución. Lo que hace que a esta presunta ‘santa’ ministra de Defensa se le vea la peana de madera porque, en realidad, ella comparte con naturalidad y todas las semanas el Consejo de Ministros con estos pretendidos lobos que se la pretenden merendar.