El 1 de Mayo sindical pide mejora salarial
Es lamentable que los grandes sindicatos españoles, CC.OO y UGT, no hayan exhibido en las manifestaciones de este 1 de Mayo (cada vez mas reducidas, unos 10.000 manifestantes en Madrid) un mar de banderas de Ucrania, aunque algunos de sus dirigentes si se han solidarizado con los trabajadores ucranianos que sufren la guerra pero sin denuncias frontales y rotundas contra los crímenes del nuevo zar ruso, Vladimir Putin.
Y ello y a pesar de que la guerra de Ucrania está en el origen del deterioro creciente de la economía española como lo airea a diario el Gobierno de Pedro Sánchez y es causa notoria de la enorme inflación que nos invade.
Los sindicatos españoles están de capa caída y han perdido contacto con la realidad. Y capacidad de representación especialmente en el mundo digital donde apenas tienen influencia. Y menos aún que la van a tener a medida que avanza la digitalización de la vida pública y empresarial. Y el teletrabajo y el número de los autónomos ‘digitales’ que se ganan la vida en este sector que ya son una legión en continuo crecimiento y donde los sindicatos no tienen capacidad de penetración.
Al final el discurso salarial se reduce a los salarios y al empeño sindical de que la CEOE y la CEPYME incluyan en los convenios cláusulas salariales. Y especialmente ahora en pleno auge imparable de la inflación. Pero deberían reconocer que el crecimiento del primer trimestre de 2022 se ha quedado en el 0,3 % -cerca de la recesión- y que ahora están en alza el paro, la deuda, el déficit y las hipotecas, lo que no favorece la progresión salarial. Y lo que ha obligado al Gobierno a anunciar que los salarios de los funcionarios no se actualizarán con el IPC.
Como una añadida novedad del 1 de Mayo, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz anunció la reforma del ‘Estatuto de los Trabajadores’, aunque no parece que ese objetivo, político y electoral, vaya a discurrir en la actuales circunstancias a gran velocidad. Y menos cuando la economía va de mal en peor en España, y cuando en nuestra Europa suenan las alarmas de la posible expansión de la guerra de Ucrania a otros países.
Y ante este horizonte que los sindicatos no quieren ver, a UGT y CC.OO. no se les ocurre otra cosa que amenazar con nuevas huelgas y movilizaciones de protestas salariales. Aunque lo dejan para ‘el segundo’ semestre del año porque saben que la incertidumbre y el riesgo de que la guerra llegue a otros países de la UE y la OTAN, como amenaza Rusia, es cierto y una posibilidad.
Pero de momento los sindicatos ocultan las banderas de Ucrania y el hecho real de que buena parte de la crisis económica y social española la debemos a Putin. El aliado de los partidos españoles de izquierda extrema y radical, a los que también deberían denunciar los sindicatos, si su anunciado apoyo a los trabajadores de Ucrania fuera tan cierto como pregonan sin enarbolar las banderas ucranianas que ayer ni vimos desfilar.