Putin y Macron hablan de ‘desescalada’
Mientras el presidente americanos Biden habla con el ucraniano Zelenski de la firmeza americana ante un posible ataque ruso que Biden sitúa en el mes de febrero, y en Moscú no se descarta reconocer la soberanía de regiones del Este de Ucrania, en Paris el presidente Macron afirma tras conversar con Putin que ambos mandatarios están de acuerdo en poner en marcha una ‘desescalada’ en la espiral de tensión que se está desarrollando en Europa.
Asimismo Macron, que hoy hablará con Zelenski, ha informado que Putin no habló en ningún momento de una intervención militar rusa, lo que por ahora ofrece un respiro y paréntesis, o tregua, en las posiciones de ambas partes.
Al menos hasta los próximos días donde están previstos dos encuentros de importancia como son la reunión el lunes del Consejo de Seguridad de la ONU. Y una visita a Washington del canciller alemán Olaf Scholz entre otras cosas para hablar del presente y del futuro del gaseoducto NST2 que une a Rusia con Alemania.
El que los EEUU no quiere que se ponga en marcha ofreciéndole a Alemania y al resto de Europa que recibe gas ruso otras alternativas energéticas que ya están en preparación, mientras y el gobierno alemán asegura que por el momento no se activará el NST2 y menos aún si Rusia traspasa la frontera de Ucrania.
Todos estas informaciones de las últimas horas permiten pensar en la idea de la ‘desescalada’ en busca de una solución pacífica al conflicto, mientras el Gobierno de Kiev solicita a los aliados europeos que no hablen en estos momentos de una posible guerra porque ello está provocando pánico en la población ucraniana y dañando mucho su economía.
Todavía estamos en tiempo de la diplomacia pero está claro que Rusia ya ha perdido una primera parte del conflicto, al reactivarse la OTAN y al desplegar armas en los países aliados del Este europeo. Y ello muy a pesar de que, en el seno de la OTAN y de la UE, existen algunas diferencias notables en lo que se refiere a la actitud más autónoma y distante de Francia y Alemania frente a las posiciones más beligerantes de EEUU y el Reino Unido.
Pero ahora toca esperar y vigilar los posibles movimientos del contrario en la frontera de Ucrania y Rusia, a sabiendas que todos los actores en presencia tienen, ante sus respectivas naciones y sus opiniones públicas, muy directas responsabilidades con posibles consecuencias en sus políticas nacionales.
El canciller Scholz porque está estrenando su Gobierno de coalición, el presidente Macron porque Francia celebra sus elecciones presidenciales en el mes de abril, en EEUU porque el liderazgo de Biden está muy dañado y en el otoño tiene elecciones legislativas sobre la renovación de la mitad de sus dos cámaras.
Y en España, aunque en menor medida, la crisis de Ucrania también llegó a las elecciones de Castilla y León y abrió un nuevo punto de desencuentro entre en el seno de coalición de Pedro Sánchez, quien de momento quedó fuera de las conversaciones de las primeras potencias occidentales.
Lo que tiene lógica porque ni en Washington, en la OTAN o en la UE se ve con buenos ojos la presencia comunista de UP en el gobierno y las críticas recientes de UP a la OTAN y al anunciado y modesto despliegue militar que el presidente Sánchez, que sigue sin comparecer en el Congreso, acababa de anunciar.