Putin y Biden reculan en Ucrania
Parece que la tensión militar ucraniana pierde fuerza y la vía diplomática se abre paso tras una anunciado paréntesis logrado en el encuentro de Viena entre los ministros de Exteriores de Rusia y USA, Lavrov y Blinken, los que no descartan un encuentro entre Putin y Biden para acabar del todo con esta situación.
Podría decirse que los líderes ruso y americano han reculado los dos y que las amenazas y el pretendido regreso a la ‘guerra fría’ solo ha sido como un juego de ajedrez donde uno y otro han avanzado sus peones, caballos y los alfiles, pero sin poner en riesgo la derrota de ninguno de los dos.
Sin embargo en esta crisis ucraniana, que aún está lejos de acabar, ambos presidentes han perdido prestigio y credibilidad. Biden porque el jueves quiso hacer, en una rueda de prensa, un distingo entre una leve agresión militar de Rusia a Ucrania y una invasión en toda regla ofreciendo, en cada caso, dos respuestas distintas de USA de menor o mayor intensidad.
Lo que provocó un escándalo entre los aliados de Washington y la prensa americana que acusó a Biden de aceptar una invasión ‘limitada de Rusia’ lo que desató las iras de dirigentes de los partidos Demócrata y Republicano. Y lo que obligó a La Casa Blanca a emitir un comunicado urgente en el que desmentía a Biden y señalaba que cualquier invasión grande o pequeña de Rusia a Ucrania sería respondida con dureza por los EEUU.
Este patinazo de Biden se añade al pésimo balance de su primer aniversario en La Casa Blanca que incluye muy bajas cotas de popularidad y muy serios problemas con la crisis sanitaria, el empleo y la economía.
Mientras Putin, que parecía inflexible en su amenaza a Ucrania, también ha puesto el pie en el freno, por la cuenta que le trae y sobre todo por temor a las represalias económicas de Occidente contra Rusias. Un país que está muy afectado por la crisis sanitaria económica, que necesita los recursos de Occidente y sobre todo el poner en marcha su segundo gaseoducto NST2 marítimo y por el Ártico que el gobierno alemán de Olaf Scholz amenazaba con bloquear.
Hay un indicador en esta crisis que siempre negó el riesgo real de un posible enfrentamiento militar en la frontera de Ucrania. Y ese indicador han sido los mercados financieros que no se movieron y no tomaron en serio la amenaza de un conflicto armados. Y si el dinero no huye eso prueba que nada grave va a pasar.
En cuanto a España el presidente Sánchez, apoyado en esto por Casado, ha hecho el gesto de enviar unos aviones a Bulgaria y dos barcos al Mar Negro. Y con ello el presidente español cree que ha quedado muy bien con USA y con la OTAN. Aunque ha vuelto a dejar en franca evidencia la fragilidad de su Gobierno y la cohesión.
Porque los ministros y los dirigentes de Podemos se han opuesto a este muy pequeño y más bien simbólico despliegue militar español, con el que Sánchez ha querido subrayar su papel de aliado seguro y de anfitrión de la próxima cumbre de la OTAN en Madrid, prevista para el mes de junio.
Mientras que sus socios de Podemos han aprovechado el incidente para meterlo en la campaña electoral de Castilla y León al viejo grito de ‘bases fuera y OTAN no’. Y para presentar al PSOE como un partido belicista e incluso para comparar a Sánchez con el Aznar de la guerra de Irak.
O sea, de momento todos tan contentos, se aleja el peligro de guerra, las espadas ya no están en alto y ‘pelillos a la mar’.