La izquierda no es Maduro ni Torra
Le ha costado a Pedro Sánchez romper con Nicolás Maduro y tenderle la mano al nuevo presidente interino de Venezuela Juan Guaidó, al que por fin reconocerá el próximo domingo 3 de febrero cuando se acabe el plazo que los primeros países de la UE le dieron al ‘conductor’ venezolano para que convoque unas elecciones legislativas con plenas garantías democráticas.
Sánchez rompe con Maduro y el venezolano, cada vez más solo en su país y en la escena internacional, acusa a Europa de ‘insolente’ mientras Sánchez aprovecha la ocasión para decirle a Podemos: ‘la izquierda no es Maduro’.
Y dice bien Sánchez pero debemos de añadir: ‘la izquierda no es Torra’. Y no solo porque su partido PDeCAT o La Crida, según se mire, pertenecen a la burguesía separatista catalana, sino porque Torra en un personaje fascista, violento y enemigo de la Democracia y las libertades. Y, por supuesto, está contra la solidaridad ínter regional en España y entre los catalanes.
Y entonces ¿a cuento de que vienen los pactos de Sánchez con Torra, en aras de un pretendido diálogo que no existe y que acabará mal? Pues la respuesta, ya conocida, conviene repetirla: porque a Sánchez solo interesa que Torra le apruebe los Presupuestos para permanecer en el poder hasta junio de 2020.
Y ese único objetivo de Sánchez es el que justifica también su diálogo y pactos con Podemos, partido al que el Presidente acusa de no estar en la izquierda a propósito de Maduro, porque Maduro como Torra no son ni de izquierdas ni demócratas.
Mientras que Sánchez solo es de Sánchez. Y ha roto con Maduro (o va a romper el próximo domingo) entre otras cosas porque Felipe González y Alfonso Guerra le están leyendo a diario la cartilla y acusan a Sánchez de haber incumplido su promesa de adelanto electoral y de haber hundido al PSOE en Andalucía, precisamente por sus pactos con Torra.
Mientras que la grave crisis interna de Podemos le permite a Sánchez girar hacia el centro de la política porque a su izquierda solo existes dos zombis que se llaman Pablo Iglesias e Iñigo Errejón y ambos a palos entre sí. Lo que le permite a Sánchez romper con Maduro y despreocuparse de Podemos y de lo que va quedando a la izquierda del PSOE.
Y si fuera un poco más demócrata, de una izquierda solidaria, y estuviera comprometido con España, Sánchez rompería con Torra antes de que sea tarde y de que estalle la bronca del juicio del procés. Lo que sería bueno para el PSOE y para España aunque no tan bueno para él porque entonces Sánchez deberá cumplir la promesa que hizo durante la moción de censura contra Rajoy de adelanto electoral, y a la que teme como a un nublado.
Pero por algo se empieza y bienvenida sea esta ruptura de Sánchez con Maduro al que acusa de ser ‘todo con contrario de lo que significa ser de izquierdas’. Y entonces ¿dónde queda Zapatero el asesor de Maduro? Pues en pésima situación. Otro zombi en busca de ubicación.