Mas salta al vacío en ausencia de Rajoy
Pocas horas después que el expresidente Zapatero dijera que ETA estaba acabada la banda terrorista puso una bomba en la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas y el atentado le pilló al entonces presidente del Gobierno iniciando unos días de descanso en la residencia oficial del Coto Doñana. Allí es donde el presidente Rajoy va a iniciar sus vacaciones de verano en el mismo día en el que Artur Mas ha firmado el decreto de convocatoria de unas elecciones autonómicas que pretende sean plebiscitarias para declarar la independencia de Cataluña al margen de la legalidad y la Constitución española.
Sin duda un hecho sin precedentes en la Historia de España que no ha merecido ayer la presencia ni la respuesta del presidente Rajoy, sino la sola y melíflua réplica de su vicepresidenta Sáenz de Santamaría que se ha limitado a pedir a Artur Mas que ‘respete la legalidad y la neutralidad’. Término este último que no sabemos bien que significa o que misterio encierra a estas alturas del desafío secesionista catalán, salvo que se refiera a la aparente 'neutralidad de Rajoy'ante el evidente 'fraude de ley' que encierra la convocatoria electoral.
La que Mas ha envuelto bajo la aparieincia masl disimulada de unas elecciones autonómicas para evitar el recurso del Gobierno al Tribunal Constitucional (TC), a pesar de que son múltiples los hechos y declaraciones públicas de Mas, su Gobierno y compañeros de viaje al independentismo de que estamos ante un intento flagrante de burla de la legalidad. El que sabemos que no conducirá a la independencia porque el Estado no lo permitirá y porque esperamos que la sensatez de los catalanes impida que una mayoría acompañe a Mas en su salto al vacío, fuera de España, de la UE, de la legalidad y del bienestar económico y social de Cataluña.
Y aunque son muchos los españoles que están de vacaciones y hartos de la política y del intenso año electoral de 2015, también son muchos los españoles que no entienden -incluso en las mas altas esferas del PP- la ausencia de Rajoy en un día tan sonado, salvo que el presidente tenga preparada una réplica adecuada ante semejante desafío que se haría pública en los próximos días, lo que tampoco es fácil de imaginar.
De momento Rajoy ha renunciado a hacer coincidir con los anunciados comicios catalanes del 27 de septiembre las elecciones generales tal y como se había especulado para de esa manera embarrar el llamado proceso secesionista en una doble cita electoral. Algo que se habría considerado como la respuesta apropiada y merecida a los que pretenden burlar la legalidad pero que no entra en el estilo de Rajoy. Un político siempre reacio a tomar decisiones audaces porque piensa que la mejor manera de no equivocarse consiste en no hacer nada. Al menos hasta que llega la hora de la verdad y no tienen mas alternativa que actuar.
Esta actitud huidiza de Rajoy ante el desafío catalán le ha dado alas a Mas para envalentonarse, e ir subiendo el nivel de su apuesta hasta llegar a la convocatoria de las elecciones plebiscitarias camufladas. Una escalada que se inició en el otoño de 2012 cuando, tras la Diada en la que se lanzó el mensaje de ‘España nos roba’, Artur Mas fue al palacio de la Moncloa a pedirle a Rajoy un ‘pacto fiscal’ como el del País Vasco, lo que el presidente español rechazó subrayando que ello es inconstitucional. Ante esa afirmación la réplica de Mas a Rajoy en la Moncloa fue algo así como: 'si no me das el concierto fiscal atente a las consecuencias’. O dicho vulgarmente: ‘te vas a enterar’. Frases de sal gruesa que un presidente de España nunca debió aceptar en su presencia por parte de un presidente autonómico y menos aún en la sede de la Presidencia del Gobierno de España.
Pero Rajoy -que tiempo después relató la asombrosa amenaza de Mas en la Moncloa en el Senado- se amilanó, o no entendió el alcance de la advertencia de Mas y dejó pasar sin mas la ocasión. Luego llegaron el intento de un referéndum independentista que impidió el Tribunal Constitucional y la posterior Consulta ilegal y no democrática del 9N que sí consintió Rajoy, con el argumento de la ‘respuesta proporcional' y tras no solicitar -intencionadamente- al TC la 'suspensión cautelar' de esta otra convocatoria con la que Mas burló la legalidad, mientras el Tribunal Constitucional dejaba pasar el tiempo.
El mismo argumento de la 'respuesta proporcional' que Rajoy parece utilizar ahora para evitar el cuerpo a cuerpo con Mas, en la creencia de que los independentistas catalanes se van a estrellar en las elecciones del 27-S. Y que con ellos Artur Mas pondrá fin a su carrera política y al proceso secesionista, lo que le permitirá a Rajoy presumir de haber derrotado a Mas sin mover un solo dedo.
Eso es al menos lo que se piensa en la Moncloa y en los altos despachos del poder político y económico nacional (y catalán), desde donde se le ha aconsejado a Rajoy la máxima prudencia para evitar movilizar a los nacionalistas dudosos en favor de Mas, porque creen que las encuestas que ellos tienen en sus manos les garantizan que la ‘lista ‘unitaria’ de Mas y Junqueras no logrará la mayoría absoluta -ni con el apoyo de CUP- de la Cámara, porque lo que nadie podrá proclamar la independencia de Cataluña que además quedaría con un Parlamento fracionado e ingobernable.
Pero ¿y si Mas y Junqueras logran su objetivo, o si Podemos se pasa al bando independentista para provocar una crisis del Estado? Pues en ese caso, aunque ya demasiado tarde, Rajoy se tendrá que enfrentar a la hora decisiva de la verdad con decisiones mas contundentes y mas dramáticas que las que podía haber adoptado desde que se inició este demencial desafío catalán.