Las cuentas del “Gran Capitán”
El Gobierno de Rajoy está encantado con las cuentas del déficit público de 2012, que según informó el presidente del Gobierno en el Congreso de los Diputados será del 6,7 %, cuatro décimas más de lo pactado con la UE, sobre todo por el desvío del gasto de las Comunidades Autónomas y de la Seguridad Social. Lo que, sin duda, constituye una buena noticia para España.
Un buen resultado en lo que al llamado “déficit estructural” de España se refiere, porque si añadimos la incidencia del rescate bancario, y al parecer ciertas facturas públicas que podrían haberse aplazado para 2013 -otra vez el truco del cajón- entonces estaríamos en un déficit de más 10 %, como realidad el oficial. Además, como han dicho desde el PSOE, el Gobierno no puede hablar de déficit “estructural” para 2012, y de un déficit general para 2011, como se hizo cuando estimo en un 9 % la herencia de Zapatero. O sea, hubo algo de maquillaje contable y de eso que en nuestro país se presenta como “las cuentas del Gran Capitán”, en alusión a la respuesta que el ilustre soldado español, Gonzalo Fernández de Córdoba dio al Rey Fernando que le pedía cuentas sobre la campaña de Nápoles, y a lo que el capitán, no sin sorna, respondió: “picos, palas y azadones, cien millones”.
Lo cierto es que el Gobierno ha hecho un gran esfuerzo en reducir el gasto público del Estado y de las Autonomías, y ello es bueno y encomiable, al margen del resultado contable final que en unos meses será fijado en Bruselas por la UE. Y ese esfuerzo notable de la reducción del déficit es el que el ministro Cristóbal Montoro ha pretendido presentar con bombo y platillo a los mercados a ver si con ello, las malas noticias que ahora vienen de Italia pasan lo antes posible y nuestro país recupera el aliento y la financiación.
Sobre todo, con esta noticia Rajoy espera es que España pueda iniciar el crecimiento y la recuperación a finales de este año, dejando atrás el tiempo de recesión que en el último trimestre del año pasado ha sido bastante mala. Podemos decir que Rajoy, el PP y su gobierno se juegan mucho en esta apuesta del control del déficit, que tanto le critica la oposición del PSOE porque para el PP sin este control no habrá crecimiento. Y si hay crecimiento la situación económica y financiera de España mejorarán y entonces habrá empleo, lo que constituye el “cuento de la lechera” que se hace Rajoy en su despacho de la Moncloa donde suele recluirse para huir de los medios y del mundanal ruido, disfrazado de una especie de vicepresidente económico del Gobierno, más que de un presidente político y ejecutivo. Un Gran Capitán, algo que nunca llegará a ser Rajoy porque la gestión política no es su plato fuerte sino mas bien su debilidad.
De hecho Rajoy huye de los problemas políticos como del diablo, y suele hacer dejación de esas funciones que nadie en el gobierno asume, con lo que -como ahora se diría en Roma tras la renuncia del Papa- estamos ante una situación política española al estilo de la “Sede Vacante”, y en nuestro caso ampliada porque Rajoy tiene problemas y ausencias en el PP, Rubalcaba en el PSOE y el Rey -que este fin de semana entra en el quirófano- en la Zarzuela.
Es el liderazgo político lo que necesita España y lo que nos parece tan importante o más que como el control del déficit, sobre todo ahora que la UE -tras lo ocurrido en las elecciones italianas- empieza a cuestionarse el extremo rigor presupuestario impuesto por Merkel, aunque desde Berlín se insiste en no bajar la guardia del desfase presupuestario. Lo que empiezan a poner en duda los gobiernos progresistas de París y Roma, y lo que también debería reconsiderar Rajoy no vaya a ser que a su “lechera” se le rompa el cántaro y España se quede en una recesión crónica.
Por todo ello está muy bien que Montoro se felicite por el trabajo hecho por su Gobierno y su ministerio, aunque este ministro de Hacienda debería moderar su euforia y cuidar sus modales que no son nada corteses ni justos. Por ejemplo como cuando insinuó en el Congreso que algunos de los diputados socialistas no pagaban sus impuestos, lo que es un disparate nada democrático, máxime cuando hemos sabido, por lo publicado por “El País”, que la cúpula del PP, presidida por Rajoy, recibía sobres con dinero negro que el ministro de Hacienda no ha mandado investigar y que veremos si ahora lo investiga la Audiencia Nacional como consecuencia de la querella interpuesta por IU sobre la presunta financiación ilegal del PP. No vaya a ser que, los papeles de Bárcenas, presentados ante notario nos confirmen unas contabilidad “B” al viejo estilo del Gran Capitán cordobés, con lo de “picos, palas y azadones…”.
Gracias, Daniel, por poner sobre el "papel" lo que muchos pensamos. Es lástima que no pueda compartir el artículo en facebook. Un saludo.
"Hay que combatir lo políticamente correcto, los fundamentalismos pujantes que surgen en nuestras propias religiones, los extremismos políticos, los fanatismos ideológicos, la corrupción política, el nihilismo moral y todas las corrientes que socavan los principios sagrados [...] de la libertad, la igualdad, la fraternidad, la tolerancia y la democracia".
Este es el meollo del acertado comentario de Daniel Martín, que suscribo plenamente, aunque sospecho que será en el "modo de combatir" donde aparezcan serias diferencias en la desestructurada sociedad española.
Honor también al policía Ahmed y a los rehenes de la tienda kosher. Todos han muerto por la misma razón.