España naufraga entre escándalos y mentiras
Se suele decir que “las mentiras tienen las patas muy cortas” y por ello se las acaba cazando con facilidad. Y aunque Urdangarin tenga las piernas -y las manos- muy largas todo apunta a que es un mentiroso compulsivo -por más que ahora ejerza su derecho de defensa- como lo han demostrado hechos y documentos que han aparecido desde que acudiera por primera vez a declarar ante el juez del llamado caso Nóos. Es decir sus palabras exculpatorias del Rey y de la Casa Real lejos de tranquilizar a nadie constituyen más bien un alegato de sospechas que implican a sus pretendidos defendidos en el caso.
Y por si algo faltara en este culebrón ahí tenemos a la princesa Corinna, diciendo -para que no la llamen a declarar- que ella no ha cobrado nada de Nóos, a pesar de haber figurado en eventos. Aunque lo mas llamativo de su declaración periodística es que se ha presentado públicamente como “una consultora del Gobierno” y una especie de espía o agente secreto al servicio de España en asuntos confidenciales, además de ser “una amiga entrañable del Rey” don Juan Carlos I. Lo que traducido al lenguaje popular quiere decir que participado en algunos asuntos secretos y en negocios donde intervino el Rey don Juan Carlos I como Jefe del Estado -aunque no cobrara del Gobierno de España, pero si de empresarios- y que, como todo el mundo sabe, es la “compañera sentimental” del monarca español. Sin embargo lo de agente “confidencial del Gobierno”, o lo de “asesora estratégica” del Gobierno de España como ella ha declarado dos veces, eso es algo que debería de aclarar o desmentir oficialmente el Gobierno de Rajoy, y que ya veremos las consecuencias que acarrea porque esas declaraciones están empeorando, mas si cabe, la situación personal e institucional del Rey Juan Carlos y podrían ser el detonante de su abdicación. A la espera estamos, también, de lo que sobre todo esto diga la Oposición.
No pasa nada. En España nunca pasa nada. Por ejemplo, hoy va Luis Bárcenas a declarar ante el juez, después de pasar por el notario con su dilatada agenda de la doble contabilidad y tras intentar disimular su escritura ante el fiscal, y puede que tampoco le pase nada a este pájaro de altos vuelos, porque si le ocurre algo a lo mejor empiezan a llegar a las redacciones de los periódicos algunos “recibís” de los sobresueldos en dinero negro que parece que él (y Álvaro Lapuerta) les pagaban a los dirigentes del PP.
Lo que sería otra prueba o indicio de la responsabilidad de Rajoy en esta presunta financiación irregular del PP, como presidente que es y ha sido del Partido Popular. Algo que desmienten, sin convencer a nadie, el propio Rajoy y otros dirigentes del PP, con la sola excepción de Cospedal que se ha atrevido a demandar a Bárcenas, ex tesorero del PP a quien Rajoy -ni su vicepresidenta Soraya- se atreven a mencionar por miedo a su posible respuesta en sede judicial.
Bueno, a Rajoy lo acaba de desmentir en su optimismo político el comisario Olli Renh con el 10,2 % de déficit público español para 2012, y el 1,4 % de recesión y el 27 % del paro para 2013, con lo que los brotes verdes, de los que el presidente del Gobierno habló en el debate de la nación, se aplazan sine die hasta mejor ocasión.
Desde luego miente Artur Mas cuando dice o insinúa que España roba a Cataluña, o Griñán desde Andalucía cuando asegura que el no sabía nada de los ERE´s fraudulentos, o Duran i Lleida en el caso Pallerols, o los del PSC y CiU en los espionajes variados, o el ex presidente y los ex consejeros de Bankia, Rato y compañía, o la Fiscalía cuando afirma que la responsabilidad de la Infanta Cristina en el caso Nóos está “difuminada”, etcétera, etcétera.
La mentira se ha instalado en los primeros palacios e instituciones del país en un intento desesperado de salvar la cabeza de los que hoy son primeros gobernantes, maquillar las instituciones y a la vez recomponer el régimen de poder, muy moribundo, nacido en la reforma de la transición y cuya cabeza visible es el Rey. Y en estas dramáticas y tensas circunstancias de los poderes públicos puestos en cuestión, cuando la ciudadanía sufre la embestida de la crisis económica y el estrangulamiento que Alemania y la UE está imponiendo a los Presupuestos de nuestro país, mientras solicitan mas ajustes y reformas, las preguntas que se plantean son las de: ¿qué va a pasar, hacia donde va España y quien puede pilotar la nave del Estado en semejante situación? La respuesta a todo ello bien merece una larga reflexión, pero en un resumen de urgencia y teniendo en cuenta “los mimbres” que hay, parece que existe una sola salida: un pacto nacional de los grandes partidos unidos en un gobierno de coalición o de concentración para impulsar una reforma a fondo de las reglas de la política y de la Constitución. Y cuando antes se haga todo esto mucho mejor. No vaya a ser que todas estas mentiras estallen al unísono y en todo su esplendor y entonces entremos en un proceso revoltoso y sin ningún control.