Rajoy bajo sospecha
Dentro de la dramática situación de España y de la crisis política, institucional y social que padecemos, confirmando el entierro del Régimen de la transición en un pantano de corrupción, tendría su gracia que el presunto delincuente que es Luis Bárcenas se fuera de rositas con sus diez millones de euros legalizados por causa de la amnistía fiscal del Gobierno. Y que Mariano Rajoy, por culpa del informe detallado y minucioso de la presunta contabilidad “B” del PP que ha publicado el diario El País y que había anunciado el diario El Mundo, deba dimitir de la presidencia del Gobierno y del PP, arrastrando con él a los que fueron primeros dirigentes y miembros de los gobiernos de José María Aznar, en caso de que dichos documentos fueran probados como auténticos. Lo que no es descartable porque, de momento, la caligrafía de parte de ellos es muy parecida a la de Bárcenas que aparece en otros escritos del ex tesorero del PP, lo que ya han confirmado algunos expertos en caligrafía a varios medios de comunicación.
Y eso es, precisamente, lo primero que debieron decidir Rajoy y Cospedal nada más conocer el informe del diario El País para ver si el autor de semejantes informes acusatorios y divulgados era y es el ex gerente y ex tesorero del PP, Luis Bárcenas, como parece a todas luces, y dentro de la lógica de su fría y cruel venganza por sentirse abandonado y acosado por el PP, tras su implicación en el caso Gürtel, ahora en la Audiencia Nacional. Convencidos como parecían en el PP de que Bárcenas nunca “cantaría” o revelaría su secreto porque complicaría más su situación procesal.
Pero entre la desidia y huida permanente de Rajoy y los disparates de Cospedal han conseguido abrir la caja de los truenos que el tal Bárcenas tenía guardada, celosa y primorosamente, en todos sus detallados cuadernos de la presunta doble contabilidad del PP, en la que no solo aparecen los cobradores en dinero negro, con el propio Rajoy y Cospedal incluidos, sino que además queda claro que por acción u omisión en toda a presunta trama de corrupción estarían implicados los presidentes recientes del PP, José María Aznar y Mariano Rajoy como máximos responsables del partido.
La acusación contra Rajoy por parte de Bárcenas y sus escritos es un hecho de la mayor gravedad porque afecta, como lo ha dicho el jefe de la oposición Rubalcaba, al presidente del Gobierno de España. El que, como siempre no que querido salir a dar la cara y se ha escondido tras las faldas de Cospedal. La que a su vez no ha sabido explicar por qué no ha investigado la caligrafía del informe de El País a ver si era de Bárcenas, como tampoco pudo justificar su cambio de posición de hace semanas, cuando a la vista de las primeras informaciones de El Mundo sobre el caso, ella dijo “que cada palo aguante su vela”, mientras ahora ella aguanta las velas de todos los dirigentes del PP que inmersos en tan impresionante contabilidad “B” descrita en los documentos de El País.
De la misma manera Cospedal no ha puesto denuncia ni del PP ni suya contra El Mundo y su director (que acusó directamente al PP de esta corrupción), y ahora anuncia que se querellará contra El País, y todo el que se haga eco de estas noticias -es decir contra la gran mayoría de la prensa nacional e internacional-, cuando lo que Cospedal tendría que anunciar es su querella contra Bárcenas (y contra Lapuerta si llegara el caso), cosa a lo que no se atreve, una vez que saben que Bárcenas los puede dinamitar, algo que ya ha empezado a hacer, a pesar de sus cínicos desmentidos para que no le imputen la autoría y revelación de los famosos documentos de El País.
Como suele ocurrir siempre que hay un problema, Rajoy tardará en salir con lo que las sospechas que se ciernen sobre su cabeza y su partido habrán aumentado en lugar de disminuir, al tiempo que crece, y con razón, la indignación nacional por este y por otros asuntos (desde el caso Urdangarin a la independencia catalana) que nos alarman y atenazan al tiempo que anuncia un final del Régimen nacido de la transición de manera estrepitosa, lo que obligará a una reforma -nada de regeneración- democrática en profundidad de las reglas del juego político y la Constitución. Decíamos ayer que los palacios de la Zarzuela y la Moncloa ya están bajo sospecha y en coplas de corrupción y advertíamos sobre lo que aún estaba por salir. Pues bien ya ha salido una parte de todo ello pero no la totalidad como pronto lo podremos ver y comprobar. Y ¿entonces? Pues entonces ya veremos pero no sería ningún disparate que, de la misma manera que parece que el PP tenía una contabilidad “B”, en la Moncloa tengan preparado un Plan B, e incluso un posible sustituto de Rajoy si todo esto sigue como va y se van confirmando los informes que acaban de salir y que pueden continuar.