Almunia y “el qué dirán”
El Gobierno lo tiene muy sencillo: solo debe hacer lo que dice el comisario español Joaquín Almunia, al que tanto gustan reñir los dirigentes del PP -empezando por Cospedal-, pero lo cierto es que Almunia, que habita en el corazón de la UE, ha acertado en todos sus pronósticos: dijo que España debía pedir el rescate de la banca, y Rajoy y su Gobierno se escandalizaron y lo descartaron; luego vaticinó el cierre o liquidación de bancos con problemas, y la Moncloa lo desmintió; y ahora nos acaba de decir que España debe solicitar la ayuda de los fondos de rescate de la UE, para frenar los problemas e intereses de la deuda español y Rajoy y sus ministros han guardado un sonoro silencio, porque saben que el comisario Almunia volverá a acertar.
Y conste que Almunia ni es mago, ni maneja información secreta o confidencial sino que con los datos en la mano aplica la lógica y ofrece soluciones de sentido común que están al alcance de todo el mundo. Pero el Gobierno sigue actuando muy por detrás de los acontecimientos, se niega a reconocer la realidad y sobre todo ha convertido su fracaso y sus diferentes etapas de rendición en algo dramático que se niega a reconocer y se empeña en disfrazar con unas inútiles máscaras de hielo que se derriten con facilidad.
Rajoy primero negó el rescate de la banca y lo disfrazó de “línea de crédito”, ahora niega el cierre de bancos y De Guindos ya lo llama “reestructuración”, y pronto pedirá a los fondos UE de una manera oficial el rescate de la deuda del Estado, y nos dirán que se abre una nueva línea de crédito que se añade a la de la banca y que eso no es un rescate sino una “facilidad”. Parece que lo que más le importa al Gobierno no es arreglar los graves problemas financieros de España sino “el qué dirán” de ellos dentro y fuera de España.
Sobre todo Rajoy no quiere que se compare a España con Grecia, Irlanda y Portugal, ni que se hable de rescate y mucho menos que se mencione la maldita palabra de intervención. Cuando los cierto es que ya tenemos rescate en la banca e intervención del sistema financiero y de las políticas monetaria y económica. Dos vocablos “rescate” e “intervención” que aumentarán en los próximos días su presencia en nuestro país mal que le pese al Gobierno y si no quieren que vayamos de cabeza y del ronzal al rescate total en la senda de Grecia, porque con dos ataques más de los mercados a la prima de riesgo y los intereses de España no sacan del circuito del dinero y se acabó la discusión con plena intervención del Estado español.
Y ¿por qué le preocupa tanto a Rajoy “el qué dirán”? Porque si se completa el aumento del rescate al Estado y la intervención de España, a Rajoy más de uno le va a decir o a pedir que se vaya. O que dimita, o adelante elecciones generales o que haga una crisis de Gobierno, porque su situación de España, adornada de una alta tensión social será políticamente difícil de controlar sin que nadie asuma responsabilidades por el fracaso en la gestión de la crisis y por meter a España en el rescate y bajo la tutela de la intervención de la UE. Y aunque, en cierta manera, Rajoy ya ha fracasado, aún no lo quiere reconocer y siempre piensa que se va a escapar y que le dará la vuelta a la tortilla al final de la legislatura, porque cree que España a partir de 2014 volverá a crecer, y entonces él será en las elecciones de 2015 salvador de la crisis y reformador del país.
Y todo eso está muy bien, pero -como diría el mismo- ahora hay que hacer lo que hay que hacer. Y decir la verdad y llamar a las cosas por su nombre, aunque duela. Además si en 2015 todo irá sobre ruedas el mérito salvador de Rajoy será mayor si ponemos desde ahora mucho más alto el listón.