Matanza en Libia, qué hace la OTAN
El tibio e indecente comportamiento político de la Unión Europea (y de los Estados Unidos) ante la crisis de Libia, que ha degenerado en una brutal masacre de cientos de ciudadanos libios a manos del ejército controlado por el dictador Gadafi, ha dado alas al autócrata para llevar a cabo una matanza de personas indefensas con bombardeos de su artillería y de la aviación. Y ante estos graves hechos cabe preguntarse: ¿dónde está la OTAN? En las actuales circunstancias cabe reflexionar sobre si los motivos que han justificado la intervención de la Alianza Atlánticaen Afganistán no son comparables a lo que ocurre en Libia.
El presidente Obama y los líderes europeos no pueden, tal y como lo han hecho, animar a los pueblos árabes a pedir libertad y democracia y luego abandonarlos a su suerte si los dictadores deciden emprender una acción de guerra en contra de ciudadanos indefensos como acaba de ocurrir en Libia.
Esta crisis, que podría extenderse a Argelia y Marruecos donde se siguen con indignación los acontecimientos de Libia, pone en evidencia la responsabilidad de todos los gobierno occidentales y en especial los de la UE, con España aquí incluida, que durante décadas han besado las babuchas de estos dictadores a cambio de contratos de gas y de petróleo, y de consentir la corrupción de los gerifaltes de la zona mientras sus pueblos vivían mayoritariamente en la miseria.
Pero ahora que ha comenzado el principio del fin de estas dictaduras –camino hacia no se sabe dónde- asistimos a un doble espectáculo de consecuencias imprevisibles: a una guerra civil entre el ejército del dictador y el pueblo libio indefenso; y a la parálisis de la Unión Europea, EE.UU, y de la OTAN que tienen sobrados motivos para actuar a gran velocidad en Libia, empezando por advertir a Gadafi del riesgo de una respuesta aliada, si no se suspendensus ataques a la población civil.
En la crisis Libia existen mayores argumentos que en Irak o en Afganistán para que la OTAN haga acto de presencia. Sobre todo porque países aliados como Francia, España e Italia, ribereños del Mediterráneo y muy próximos a Libia, Argelia y Marruecos, no solo tienen en peligros a muchos ciudadanos que aún residen en esas naciones, sino también muchos intereses económicos y energéticos -¿acaso no era el petróleo el verdadero motivo de las guerras de Irak y de Afganistán?- y no digamos si hablamos de las libertades y los Derechos Humanos –empezando por el derecho a la vida-, que tanto se han utilizado en Afganistán y en Irak.
Ya no hay tiempo para palabras vanas y tardías de la no menos inútil responsable de la diplomacia de la UE, la señora Asthon. Ahora es tiempo de acción y justificar a los ojos de los europeos (que pagamos la Alianza Atlántica) para qué sirve la OTAN. Y para qué se aprobó durante la reciente cumbre de Lisboa ampliar el campo de acción y respuesta de los aliados mas allá del territorio continental europeo y norteamericano, cuando se trata de la defensa de la pazcerca de nuestras fronteras. Advirtiendo a Trípoli que por ese camino no podrá continuar impunemente, lo que también debería ser entendido como una advertencia a los regímenes de Argel y de Rabat.