EL TIPO DE CAMBIO DE HOY ES DE: .
16 de diciembre, 2025
El Salvador dará un salto estratégico en su infraestructura digital con la construcción de su primer cable submarino internacional. El proyecto, adjudicado a Liberty Networks, busca reducir vulnerabilidades, ampliar capacidad y fortalecer la conectividad. Más allá de lo técnico, la decisión tiene implicaciones económicas, geopolíticas y de competitividad regional.
Por qué importa. Durante años, El Salvador ha dependido únicamente de enlaces terrestres para su conectividad internacional, una limitación estructural en un entorno cada vez más digitalizado. La llegada de un cable submarino marca un punto de inflexión para su resiliencia tecnológica y su inserción en la economía global, con efectos directos sobre inversión, servicios y competitividad.
- El proyecto permitirá diversificar rutas de conexión internacional, reduciendo riesgos asociados a fallas terrestres y a la dependencia de países vecinos para el tráfico de datos, un factor crítico para la seguridad y estabilidad digital.
- Al ampliar la capacidad de ancho de banda, se abren oportunidades para sectores intensivos en datos, desde servicios financieros y tecnológicos hasta educación y salud digital, sin necesidad de una mayor intervención estatal.
- Para los usuarios finales, el impacto se traduce en mayor estabilidad y calidad del servicio, un elemento clave para la productividad y el desarrollo de emprendimientos privados en un mercado cada vez más competitivo.
Datos clave. La Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) seleccionó a Liberty Networks para diseñar, construir y operar el primer sistema submarino del país. La obra se proyecta como una infraestructura crítica de largo plazo, con estándares regionales y proyección internacional.
- El cable tendrá una extensión aproximada de 1.800 kilómetros y conectará a El Salvador con centros internacionales de tráfico de datos, integrándolo de forma directa a las principales rutas digitales globales.
- Según la planificación oficial, el sistema entraría en operación en el segundo semestre de 2028, lo que implica un horizonte de mediano plazo para consolidar beneficios económicos y tecnológicos sostenibles.
- Liberty Networks opera más de 50.000 kilómetros de cable submarino en la región y administra sistemas como ARCOS-1 y MAYA-1, experiencia que fue clave en la decisión regulatoria.
Detrás de escena. La adjudicación refleja una apuesta por operadores con trayectoria probada, en lugar de esquemas estatales costosos o improvisados. Desde la empresa, el proyecto se presenta como una inversión estratégica que trasciende la obra física y apunta a habilitar crecimiento económico.
- Ray Collins, vicepresidente sénior de Infraestructura y Estrategia Corporativa de Liberty Latin America, afirmó que se trata de “un proyecto histórico” para el futuro digital del país.
- La empresa destacó que el cable no solo incrementará capacidad, sino que mejorará la confiabilidad del sistema, un aspecto esencial para atraer inversión privada y operaciones regionales.
- SIGET, como ente regulador, optó por un modelo de alianza con el sector privado, priorizando eficiencia, experiencia técnica y sostenibilidad a largo plazo.
Lo que sigue. El desafío ahora será la ejecución sin retrasos ni sobrecostos, así como garantizar reglas claras para el acceso y uso de la nueva infraestructura. La conectividad, por sí sola, no genera desarrollo si no se acompaña de un entorno favorable a la iniciativa privada.
- En los próximos meses se anunciará el socio tecnológico que participará en el despliegue, una decisión clave para definir estándares y capacidades del sistema final.
- El Estado deberá concentrarse en regulación y supervisión, evitando tentaciones de control excesivo que puedan desalentar inversión o limitar la competencia.
- Si se gestiona correctamente, el cable submarino puede convertirse en un habilitador silencioso de crecimiento, innovación y libertad económica en el ecosistema digital salvadoreño.
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16 de diciembre, 2025
El Salvador dará un salto estratégico en su infraestructura digital con la construcción de su primer cable submarino internacional. El proyecto, adjudicado a Liberty Networks, busca reducir vulnerabilidades, ampliar capacidad y fortalecer la conectividad. Más allá de lo técnico, la decisión tiene implicaciones económicas, geopolíticas y de competitividad regional.
Por qué importa. Durante años, El Salvador ha dependido únicamente de enlaces terrestres para su conectividad internacional, una limitación estructural en un entorno cada vez más digitalizado. La llegada de un cable submarino marca un punto de inflexión para su resiliencia tecnológica y su inserción en la economía global, con efectos directos sobre inversión, servicios y competitividad.
- El proyecto permitirá diversificar rutas de conexión internacional, reduciendo riesgos asociados a fallas terrestres y a la dependencia de países vecinos para el tráfico de datos, un factor crítico para la seguridad y estabilidad digital.
- Al ampliar la capacidad de ancho de banda, se abren oportunidades para sectores intensivos en datos, desde servicios financieros y tecnológicos hasta educación y salud digital, sin necesidad de una mayor intervención estatal.
- Para los usuarios finales, el impacto se traduce en mayor estabilidad y calidad del servicio, un elemento clave para la productividad y el desarrollo de emprendimientos privados en un mercado cada vez más competitivo.
Datos clave. La Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (SIGET) seleccionó a Liberty Networks para diseñar, construir y operar el primer sistema submarino del país. La obra se proyecta como una infraestructura crítica de largo plazo, con estándares regionales y proyección internacional.
- El cable tendrá una extensión aproximada de 1.800 kilómetros y conectará a El Salvador con centros internacionales de tráfico de datos, integrándolo de forma directa a las principales rutas digitales globales.
- Según la planificación oficial, el sistema entraría en operación en el segundo semestre de 2028, lo que implica un horizonte de mediano plazo para consolidar beneficios económicos y tecnológicos sostenibles.
- Liberty Networks opera más de 50.000 kilómetros de cable submarino en la región y administra sistemas como ARCOS-1 y MAYA-1, experiencia que fue clave en la decisión regulatoria.
Detrás de escena. La adjudicación refleja una apuesta por operadores con trayectoria probada, en lugar de esquemas estatales costosos o improvisados. Desde la empresa, el proyecto se presenta como una inversión estratégica que trasciende la obra física y apunta a habilitar crecimiento económico.
- Ray Collins, vicepresidente sénior de Infraestructura y Estrategia Corporativa de Liberty Latin America, afirmó que se trata de “un proyecto histórico” para el futuro digital del país.
- La empresa destacó que el cable no solo incrementará capacidad, sino que mejorará la confiabilidad del sistema, un aspecto esencial para atraer inversión privada y operaciones regionales.
- SIGET, como ente regulador, optó por un modelo de alianza con el sector privado, priorizando eficiencia, experiencia técnica y sostenibilidad a largo plazo.
Lo que sigue. El desafío ahora será la ejecución sin retrasos ni sobrecostos, así como garantizar reglas claras para el acceso y uso de la nueva infraestructura. La conectividad, por sí sola, no genera desarrollo si no se acompaña de un entorno favorable a la iniciativa privada.
- En los próximos meses se anunciará el socio tecnológico que participará en el despliegue, una decisión clave para definir estándares y capacidades del sistema final.
- El Estado deberá concentrarse en regulación y supervisión, evitando tentaciones de control excesivo que puedan desalentar inversión o limitar la competencia.
- Si se gestiona correctamente, el cable submarino puede convertirse en un habilitador silencioso de crecimiento, innovación y libertad económica en el ecosistema digital salvadoreño.
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