ENTREVISTA

Miguel Sebastián: “El último dato de la inflación en España no es real"

“La idea de Yolanda Díaz de congelar las hipotecas no es progresista, perjudica a quienes optaron por el interés fijo”

“El BCE sube las hipotecas para enfriar la economía porque, por mucho que nos jorobe, no hay otro remedio si queremos superar esta crisis"

“El negocio de los test es uno de los grandes escándalos de la pandemia aún sin investigar”

Miguel Sebastián: “El último dato de la inflación en España no es real"

Miguel Sebastián.

El último libro de Miguel Sebastián dice mucho de su personalidad. Para escribir El virus interminable, cada día y durante dos años consultó y copió uno por uno los datos de la incidencia del Covid. Cada noche. Pasara lo que pasara, “porque al día siguiente el Ministerio de Sanidad los borraba y era el único modo de tener la serie histórica de la pandemia. Ahora, incluso me ha llamado un investigador desde Australia para que se la pase”.

Economista, ex ministro de Industria del Gobierno de Zapatero, profesor en la Universidad Complutense y metódico, muy metódico, riguroso y didáctico. Por eso y porque no acostumbra a someter sus opiniones al dictado de nadie, un simple twit suyo cuestionando el cambio en los criterios de cálculo del IPC ha provocado un gran revuelo.

Pregunta.- Ha dicho que lo que ha hecho el Instituto Nacional de Estadística (INE) es “infumable”, ¿por qué?

Respuesta.- He de decir que soy un gran defensor del INE, pero no estoy de acuerdo con el cambio metodológico que han aplicado en enero para calcular el IPC. Han incorporado el precio del mercado libre de la electricidad y eso es erróneo en un momento como el actual porque sobrestima el dato del IPC, que es el indicador de la inflación en España.

P.- Explíquese…

R.- El precio de la electricidad pesa cerca de un 4% en el IPC, que es un porcentaje muy relevante. Lo que ha pasado es que hasta enero de este año, ellos contabilizaban solamente el precio del mercado regulado, el denominado PVPC. Más o menos la mitad de la población está en el mercado regulado y la otra mitad ha contratado en el mercado libre. En este último, la tarifa no ha variado por los contratos estables, mientras que el precio regulado, que cambió el PP, está totalmente vinculado al mercado diario y es muy volátil. Pongo un ejemplo para ilustrarlo.

P.- Por favor…

R.- Supongamos que tenemos la mitad de la población en el mercado libre y la otra mitad en el regulado. Partimos del precio medio de la electricidad de hace año y medio y pongamos que estaba en 100 en ambos mercados (no es un dato real, solo una cifra redonda para que se entienda mejor la proporción).  En este año y medio, el precio del mercado regulado sube un 80% (otro dato redondo para el ejemplo) y el libre no sube porque son contratos estables.

El INE, como no incorporaba entonces el precio del mercado libre al cálculo del IPC, decía entonces que la luz subía un 80%, pero no era verdad. Para que el dato hubiera sido real habría debido hacer la media del precio pagado por toda la población y como a la mitad no le había subido, el resultado habría sido un incremento del 40% y no del 80%.

P.- ¿Por qué no incluía entonces el mercado libre en el cálculo?

R.- Alegaba que tenía dificultades para tener esa información. Pero ahora veamos lo que ocurre en la bajada. En los últimos cinco meses ha bajado el precio de la tarifa regulada gracias a la denominada “excepción ibérica” y por el descenso del precio internacional del gas, pero al incorporar ahora la tarifa del mercado libre al cálculo del IPC, no recoge, como hubiera hecho antes, esta bajada. Volvamos a nuestro ejemplo…

P.- Proceda…

R.- Si estábamos en los 180 del precio del mercado regulado con la subida del 80% (insisto que no son datos reales) y la bajada vuelve a colocarlo en 100, mientras el del mercado libre se ha mantenido en 100, el cálculo debería dar como resultado una bajada del 80% en el precio de la electricidad. Sin embargo, el INE al incorporar el del mercado libre, como ése no ha bajado, hace la media y limita la caída del precio al 40%, la mitad porque para la mitad de la población, la de los contratos estables, el precio no ha bajado.

P.- Es lo que usted pedía hace tiempo, que se hiciera la media, ¿no?

R.- Sí, pero no lo puedes hacer cuándo te place, si quieres ser consistente y el INE debe serlo, tienes que mantener los mismos criterios para la subida y para la bajada. Introduces un doble sesgo: uno cuando subía el mercado mayorista y luego otro cuando baja. Y todo ello en un momento que es crítico para la economía. Quizás, lo tenía que haber corregido hace un año y medio para reflejar la realidad, aunque es cierto que si lo hubieran hecho, los habrían acusado injustamente de manipular el precio para favorecer al Gobierno. Lo que no puedes es cambiar ahora.

P.-¿Por qué?

R.- Porque tergiversas la caída, que en realidad es mucho mayor. Y el resultado es que el IPC de la electricidad estaba sobrestimado cuando el precio estaba al alza y ahora se mantiene también sobrestimado porque no se registra toda la bajada. Por tanto, todo el IPC está distorsionado.

P.-¿Lo que está diciendo es que el dato del IPC español es engañoso?

R.- El dato del componente eléctrico es engañoso desde hace un año, desde que comenzó la crisis energética con la guerra en Ucrania. De hecho, en contra de lo que nos han dicho en el último mes, la inflación, que es la tasa de crecimiento del IPC, no solo no está aumentando, sino que está cayendo.

P.-¿Lo podría traducir en cifras?

R.- Nos han dicho que la tasa de inflación ha pasado del 5,7% al 5,8%. En el ICAE [el Instituto Complutense de Análisis Económico, del que forma parte] calculamos en diciembre una bajada hasta el 5,3%-5,5%, pero como preferimos ser prudentes en las previsiones, dijimos que la inflación iba a bajar a un 5,5%. La sorpresa es que ha subido y nos hemos preguntado cómo era posible tal diferencia.

"El dato de la inflación está sobrestimado: nos han dicho que sube  del 5,7% al 5,8%, cuando en realidad bajaría hasta un 5,5%"

Nosotros no hacemos nuestras previsiones del componente energético con modelos sujetos a error. Miramos a diario la evolución de los precios, los de red eléctrica del mercado regulado, que son los disponibles, y los de los combustibles, que se pueden consultar en la página del Ministerio de Industria [se creó cuando él era ministro del ramo]. Realizamos un seguimiento diario, que es lo que hace el INE también. La explicación a la diferencia entre sus datos finales y nuestras previsiones es la incorporación del precio de la electricidad en el mercado libre.

P.- Más allá de su desacuerdo y su enfado, ¿cuáles son las consecuencias para la economía española?

R.- El cálculo de la inflación está sobrestimado y el dato de este mes no es real.

P.- Eso que dice es bastante grave porque la inflación tiene una influencia importante en nuestra vidas…

R.- Es muy grave, sí y el INE debería, al menos, dar una explicación y facilitar los datos que permitan tener una serie homogénea y consistente. Deberían decir cuál sería el dato del IPC sin aplicar el cambio metodológico con el que han calculado el de enero.

P.- Usted dice que baja la inflación, pero la vida sube, los bolsillos no notan esa bajada…

R.- Lo importante es calcular bien cuánto sube la vida. El IPC crece, pero a un ritmo menor del que se ha dicho. Lo que baja es la inflación que es la tasa de crecimiento del IPC. La gente no lo nota en el bolsillo porque los precios siguen subiendo, aunque sea menos que antes. Siempre que la inflación es positiva, los precios suben. Por eso es también importante que el dato sea real. Es un concepto macroeconómico, pero es muy relevante. El ciudadano se fija en los precios de los productos de la cesta de la compra y no la tasa de crecimiento de ese precio que a lo mejor ha bajado del 10% al 5%.

P.- ¿A quién beneficia la decisión del INE?

R.- A nadie. Quizá a la oposición política, a juzgar por algunas reacciones que celebraban el anunciado repunte de la inflación. Al Gobierno no le beneficia en absoluto. Le perjudica. Pero sobre todo perjudica a España. Publicar un dato de inflación que está por encima del real es como tirar piedras sobre nuestro tejado. Las tasas de inflación inciden en las comparaciones internacionales, por ejemplo, de la competitividad del país, así que cuanto más baja sea, mejor para nuestro país.

Y el Banco Central Europeo se rige por la inflación de la zona euro, pero ese dato es un promedio de todas las inflaciones y si lo alimentas con un dato sobrevalorado, perjudicas también al resto de países. Se crea una distorsión que es mala para todos.

Es también un dato de referencia para muchísimas cosas… Por ejemplo, ahora estamos en plena revisión salarial y que se titule “repunta la inflación en España” dificulta la negociación. Es contraproducente para todo.

P.- ¿Cree que la decisión del INE obedece a razones políticas?

R.- No lo creo, no debería. Los equipos del INE no cambian con los cambios de Gobierno, sólo su presidente, que es nombrado por el Ministerio de Economía. Sinceramente, no tengo duda alguna sobre el rigor y la objetividad del trabajo del INE. Estoy seguro de que se desarrolla al margen de intereses políticos y es importante que sea así, que no haya sombra alguna de sospecha.

"España ha sido de los países con peor calidad estadística durante la pandemia. El Ministerio de Sanidad ha tenido una actuación desastrosa"

P.- Esa es la razón por la que usted reclamaba en plena pandemia de Covid que fuera el INE quien se ocupara del seguimiento de la incidencia…

R.- Sí, tendría que haberse hecho cargo de las estadísticas de las víctimas de Covid. Al final serán ellos los que tengan que decir cuántos muertos ha provocado, que todavía no lo sabemos. Ellos controlan los datos de población y a partir del exceso de mortalidad calcularán cuál ha sido de verdad el número de fallecido por Covid.  Oficialmente han sido 118.000, pero seguramente estaremos fácilmente sobre los 150.000, aunque hay que esperar a conocer lo que dice el INE. Las cifras del sistema de vigilancia de la mortalidad diaria (MoMo) del Instituto Carlos III dan un exceso de mortalidad por Covid en 2020, 2021 y 2022, es decir, que el número real de muertos es superior al de las estadísticas del Ministerio de Sanidad.

P.- En esto sí que ha sido muy crítico con el Gobierno…

R.- España ha sido de los países con peor calidad estadística durante la pandemia, el INE no hubiera permitido ese desastre. Y eso en parte es porque el Ministerio de Sanidad no está preparado para hacer una gestión estadística de esta envergadura: tener todos los días los datos de todas la comunidades autónomas, centralizarlos y publicarlos. Y así tener una buena base histórica estadística de la pandemia. de la que carecemos. Hubiera sido la solución que el INE se encargara de recopilar y publicar todos los datos y ahora tendríamos una base estadística disponible para todos los investigadores. Me han escrito desde Australia pidiéndome la serie española que he recopilado día a día.

P.- En su libro habla de “mentiras y errores” en la gestión oficial del Covid…

R.- Además de los datos estadísticos, aquel mensaje de que las mascarillas no servían fue terrible. Como se ha demostrado, no sólo servían, sino que han sido fundamentales para contener el contagio. Hubiera sido más honesto reconocer que no había suficientes mascarillas, como ocurría en otros países, y mucho más eficaz decirle a la gente que tuviera cuidado y guardara las distancias. 

Y fue también escandaloso lo de los test PCR, que nos costaban 150 euros, el equivalente a una mariscada para varias personas, mientras en otros países eran gratuitos o tenían precios mucho más razonables. Y cuando salieron los de antígenos, dijeron que no valían. El de los test es uno de los grandes escándalos aún por investigar: el negocio que ha habido con el tema de los test en España.

P.- ¿Por qué no se investiga?

R.- Nadie lo ha pedido. He llegado a la conclusión de que no le interesa a ningún partido político, bien porque gobiernan en comunidades autónomas bien porque tienen otras responsabilidades, no interesa a ninguno. Ha habido solo algo sobre la compra de mascarillas, pero con los test nadie lo ha exigido.

Y habría que descubrir también la verdad de lo que ha ocurrido en las residencias de la Comunidad de Madrid, que ha sido un verdadero horror.

P.- Usted titula El virus interminable, ¿de verdad no ve un final?

R.- Acabará cuando decida China y yo creo que ya estamos cerca del final, aunque lo más importante para termine es que tengamos una vacuna esterilizante, una vacuna "como dios manda", que si te la pones no te contagias y no contagias a otros.

P.- Oiga, ¿tiene sensación de ser un poco mosca cojonera?

R.- No, no la tengo. Lo que pasa es que yo me siento libre y digo las cosas que creo que son verdad, sin someterme a consignas políticas o de cualquier otro tipo. Puedo equivocarme, pero cuando hablo intento hacerlo siempre con datos. Pero igual que critico, como he hecho con la actuación desastrosa del Ministerio de Sanidad durante la pandemia, elogio la gestión del Gobierno en materia económica, por ejemplo.

"La gestión económica del Gobierno me parece muy correcta, aunque hay cosas que no me gustan, como las subidas de la pensiones para todos"

P.- ¿Ahora también?

R.- Sí, en general me parece muy correcta, aunque a veces hay cosas que no me gustan.

P.- ¿Por ejemplo?

R.- ¿Y por qué no me pregunta de lo que me gusta? (risas). La subida de las pensiones para todos creo que es un error. Creo que deberían estar excluidos, al menos de momento, quienes perciben las pensiones más altas y concentrarse en subir las bajas, no solo las mínimas, las bajas. No me ha gustado tampoco la subvención de la gasolina y el gasóleo porque tiene un coste muy alto, es regresiva, va en contra del medio ambiente, favorece a Putin…. En fin, no había por donde cogerlo…  Ha sido un error que afortunadamente han eliminado y corregido.

P.- ¿Le gusta la idea de Yolanda Díaz de congelar las hipotecas vistos los beneficios de la banca?

R.- Para empezar, no me gusta reaccionar por el hecho de que las empresas tengan beneficios. Que las empresas tengan beneficios es algo bueno, muy positivo para sus trabajadores y para sus accionistas. Pero también para el país en general: pagan más impuestos y eso es bueno para todos. En esto, creo que estaremos todos de acuerdo.

En la práctica, lo que propone Yolanda Díaz es transformar las hipotecas con interés variable en hipotecas con interés fijo, porque eso es lo que sucedería si lo congelaras la cuota. Pero la hipotecas a interés fijo ya existen y las pagan quienes prefirieron pagar más cuando el mercado favorecía las de interés variable con el Euribor negativo. Pagaron más por el tipo fijo, a cambio de seguridad.

"Congelar las hipotecas a interés variable es una patada a la 'equidad horizontal' y es injusto para los que desde el principio eligieron el interés fijo a cambio de seguridad"

Me parece discriminatorio e injusto respecto a los que desde el principio eligieron el interés fijo. No me parece progresista perjudicar a los que optaron por prudencia, por minimizar riesgos y pagaron por esa seguridad.

P.- ¿Ni siquiera lo ve bien en un momento como el actual, en el que la gente sufre por llegar a final de mes?

R.- La gente que se encuentra en situaciones difíciles dispone de ayudas, ya hay un acuerdo del Gobierno con la banca para apoyar a quienes lo están pasando peor. Yo no hablo de esas familias, hablo de muchos otros, profesionales con buenos sueldos, que se han beneficiado cuando el Euribor estaba en negativo. Eso no es progresista, eso es una patada a la "equidad horizontal", que sería tratar por igual a dos personas que se encuentran en el mismo nivel económico, uno siendo prudente y el otro arriesgado.

Además, técnicamente no creo que se pueda hacer porque el Banco Central Europeo no lo va a permitir. El Banco Central Europeo sube los tipos de interés para que suban las hipotecas, es lo que quiere. Busca enfriar la economía porque, por mucho que nos jorobe, no hay otro remedio si queremos superar esta crisis.

"No hay otro camino: si queremos frenar la inflación, tenemos que frenar la demanda"

La subida de tipos frena la solicitud de hipotecas y la inversión inmobiliaria. Para quien ya tiene hipoteca, recorta el consumo familiar y se piden menos créditos personales. Y las empresas aumentan sus costes financieros e invierten menos. No hay otro camino: si queremos frenar la inflación hay que frenar la demanda.

P.- Volvemos al punto de partida, a la inflación…

R.- Es importante que sea real, sí. Aunque el INE no tiene la culpa de lo que decide el Banco Central, éste sí usa ese dato. Si no conseguimos enfriar la economía, volverán a subir los intereses y medidas como la de Yolanda Díaz no ayudan. 

P.- ¿Es optimista?

R.- Sí, yo estoy en la banda de los optimistas, estoy más cerca de lo que dice el Gobierno, que de lo que dicen los pesimistas. Tenemos un nivel de endeudamiento de familias y empresas bajo. El euro está muy barato y eso ayuda mucho a la economía española, muy dependiente del exterior. Desde el punto de vista del suministro de energía estamos mejor que buena parte de Europa. Y estoy convencido de que la negociación para terminar con la guerra en Ucrania se producirá este año y cuando eso suceda, la recuperación será muy intensa.

Sobre el autor de esta publicación

Isabel Longhi-Bracaglia

Isabel Longhi-Bracaglia (Madrid, 1968) es periodista. Comenzó a ejercer convencida de la importancia de la información local en varios medios hace más de 30 años (Efe, Onda Cero, Telemadrid y El Mundo). En este diario, se especializó primero en temas sociales, en temas de comunicación después y en información internacional al final, antes de decidir mudarse a vivir a Italia. Desde allí, observa y cuenta en Republica.com lo que ocurre en este país, que la fascina.