Una esperanza para el Diablo de Tasmania

Una esperanza para el Diablo de Tasmania

Diablo de TasmaniaDiablo de Tasmania

Diablo de Tasmania

Diablo de Tasmania

Uno de los animales más típicos, por no decir el animal más típico, de Tasmania, que a su vez ha sido musa inspiradora del dibujo animado: El demonio de Tasmania, tiene serios problemas de extinción desde hace ya algunos cuantos años. Sin embargo, gracias al estudio y trabajo de distintos científicos, hoy existe una gran esperanza de vida para ellos.

Desde el año 1995, aproximadamente, la población de este animal fue disminuyendo de una forma muy veloz por culpa de un cáncer facial que atacaba a la mayoría de estas especies. El cáncer los infectaba y tardaba solamente 6 meses en matarlos.

A partir de ese año, muchos científicos se han puesto a trabajar en una cura que le permita al Diablo de Tasmania salvar su especie y no convertirse en un nuevo animal extinguido.


El principal problema que estos científicos han encontrado ha sido una de las características de dicho cáncer, que poco tienen que ver con uno normal. Estamos hablando de que este cáncer se contagia, algo que no sucede con los otros tipos. Lo hace mediante las peleas que estos animales tienen, más precisamente cuando se entrelazan en la lucha, ya que si un animal infectado muerde a otro sano, lo contagia inmediatamente.

En busca de encontrarle soluciones a esta enfermedad,  25 científicos, pertenecientes al proyecto “Salvemos al Diablo de Tasmania”, han descubierto que  las células cancerígenas de los diablos expresan genes que normalmente lo hacen en las células de Schwann, por lo que el cáncer comienza con ese tipo de células.

A partir de este descubrimiento, que la revista Science a denominado como “un gran paso adelante en la carrera hacia la salvación del diablo de Tasmania", podrían buscar maneras de combatir la enfermedad, diseñar tratamientos terapéuticos y vacunas preventivas.

Sin embargo los avances no terminan con este descubrimiento, además han encontrado una proteína, denominada peroxina, que sirve para diagnosticar el cáncer. ¿De qué manera? Sencillo, aquel demonio que tenga dicha proteína, está infectado. De esta forma podrán identificar a los animales enfermos y aislarlos para evitar la propagación del cáncer.

Lo interesante de todo esto es que esta investigación podría servir para descubrir el origen de un cáncer en un humano, causado cuando en 1996 un cirujano que estaba extirpando un tumor de un paciente se cortó con el bisturí accidentalmente, y luego, 5 meses más tarde, desarrolló el mismo cáncer que su paciente en la zona en la que se había cortado.

Sin dudas se trata de un gran avance que le entrega a los Diablos de Tasmania una esperanza de vida.