Pese a que la compañía de Bill Gates presentó recurso a la sanción impuesta por la Comisión Europea en 2004, un tribunal de primera instancia de la Unión ha ratificado dicha pena.
La justicia Europea considera a Microsoft culpable de abuso de posición dominante, por lo que deberá pagar 497 millones de Euros como multa, publicar información técnica suficiente para que terceras partes puedan hacer programas compatibles con su sistema operativo Windows, y vender una versión de este último sin el reproductor multimedia Windows Media Player instalado. El mercado bursátil reaccionó inmediatamente a la noticia haciendo descender un 2% el precio de las acciones de Microsoft.
Mucho ruido y pocas nueces
Pese a que importante mediáticamente y como precedente, la sentencia va a tener poco impacto real en Microsoft. Evidentemente 497 millones de Euros perdidos molestan, pero no es una cantidad suficientemente grande como para sangrar al gigante que es la compañía cofundada por Bill Gates.
En cuanto al aspecto de liberar información, pueden dar a conocer mucha, pero a buen seguro que también se guardarán algunos aspectos esenciales que no permitan a las aplicaciones de terceros trabajar de forma tan óptima con Windows como lo hacen las propias aplicaciones de Microsoft. O, por lo menos, no deberían tener mucha dificultad en hacerlo si quieren.
Por otra parte, habrá que ver como se cumple exactamente la parte de la sanción que obliga a Microsoft a separar el Windows Media Player del sistema operativo, y que opciones se le darán al usuario, ya que si se incluye en el escritorio del sistema un icono que permite descargarlo de Internet e instalarlo... volveremos a estar en las mismas.
En definitiva, una sentencia timorata que si bien parece castigar a Microsoft (y de hecho, tampoco le hace ningún favor), no lo hace con exceso.
Arena de otro costal sería que obligasen a los muchachos de Redmond a proporcionar especificaciones detalladas de como se implementan sus formatos de fichero propietarios y todas las funcionalidades que ofrecen, lo que permitiría por ejemplo implementar traductores para archivos de Word y Excel para programas como OpenOffice o KOffice que permitiesen utilizar funcionalidades avanzadas y representar correctamente elementos con los que actualmente hay problemas, como las tablas.
Claro que el juicio no iba de esto, si no de formatos multimedia. Una lástima, pues la Comisión Europea también habría podido obligar a Microsoft a publicar las especificaciones detalladas de formatos como el VMV o de los sistemas DRM que este incorpora. Al menos, habría sido más divertido en las próximas semanas...